Entrevista y caricatura de José Campúa por Manuel del Arco

El 16 de noviembre de 1952 el Diario de Barcelona publicó una entrevista a José Demaría Vázquez «Campúa», realizada por el periodista y caricaturista aragonés Manuel del Arco que alcanzó gran prestigio por hacer interviús atrevidas que incluían siempre una caricatura del  personaje entrevistado. Se inició en el Heraldo de Aragón y después, en 1939, se trasladó a Barcelona donde colaboró con periódicos como el Diario de Barcelona y La Vanguardia.

Reproducimos íntegramente su entrevista con el fotógrafo a continuación, incluyendo algunas de las fotografías a las que hacía referencia, para seguir profundizando en la vida y la trayectoria profesional de Pepe Campúa.

Caricatura que ilustraba la entrevista, publicada el 16 de diciembre de 1952 en el Diario de Barcelona

Caricatura que ilustraba la entrevista, publicada el 16 de diciembre de 1952 en el Diario de Barcelona

Vd. dirá… José Campúa

Fotomontaje del cadáver de Eduardo Dato tras el atentado, publicada en Mundo Gráfico el 16 de marzo de 1921

Fotomontaje del cadáver de Eduardo Dato tras el atentado, publicada en Mundo Gráfico el 16 de marzo de 1921

Treinta y cuatro años de vida profesional lleva José Campúa, decano de los periodistas fotógrafos en activo. Es el presidente de la Asociación de Informadores Gráficos.– ¿No te han roto nunca la máquina?
– Una vez en Sevilla, en una tarde desastrosa del «Gallo» se echó sobre mí uno de su cuadrilla y me la arrebató.

– Y, ¿qué hiciste?
– Presenté la denuncia, y se cortó la cosa por intervención de «Joselito», que me regaló una máquina nueva mejor que la que tenía.

– ¿Cuál ha sido la fotografía que no has podido hacer?
– Cuando el asesinato de Dato, quise fotografiar el cadáver de Don Eduardo en la mesa de operaciones de la casa de socorro; y la hija del presidente, llorando, me rogó que no la hiciera.

– Pero, ¿no se publicó esa foto?
– Sí; era la época de las composiciones fotográficas, y mi director, Don Francisco Verdaguer, no se quiso perder el éxito y compuso una doble página con la foto que yo hice en la mesa de operaciones, y detrás, los médicos y el juez; y, luego, se colocó con arreglos la figura de Don Eduardo, yacente.

Cadáver de Antonio Teruel, autor del crimen del correo de Andalucía. Fotografía de Campúa publicada en Mundo Gráfico el 23 de abril de 1924

Cadáver de Antonio Teruel, autor del crimen del correo de Andalucía.
Fotografía de Campúa publicada en Mundo Gráfico el 23 de abril de 1924

– ¿Cuál es la figura que más veces has retratado?
– Don Alfonso XIII, primero, y ahora, casi alcanzándole, al general Franco.

– ¿Cuál fue la fotografía más íntima que lograste del rey?
– Durante el viaje a Las Hurdes, donde fui como único periodista, en el pueblo Las Mestas en pleno corazón de esa región inhóspita, debido al calor asfixiante descendimos de los caballos y nos metimos en un riachuelo; y el rey me dijo: «tráete la máquina, que vas a hacerme la única fotografía que no pudo hacerme tu padre»; y en ella aparece con el doctor Marañón. Ten en cuenta que no llevábamos ninguno traje de baño.

– ¿Cuál fue la más indiscreta de estos últimos tiempos?
– En la ONU, el año pasado en noviembre, tuve la suerte de pillar a Vichinsky con una paloma blanca que le ofreció una señora, diciéndole que no estrangulase la paz.

Toma del Gurugú (Marruecos), fotografiada por Campúa en 1921

Toma del Gurugú (Marruecos), fotografiada por Campúa en 1921

– ¿Qué foto le gustaría hacer ahora?
– Acompañar a Einsenhower a Corea.

– ¿Cuál no hubieras querido hacer?
– Las del crimen del correo de Andalucía, por lo desagradable del asunto.

– De todas cuantas fotografías hiciste en tu vida, si te dijeran que conservases una sola, ¿por cuál te decidirías?
– La toma del Gurugú en 1921.

– ¿Cuál ha sido tu reportaje mejor pagado?
– Tres fotografías de la boda de la marquesa de Villaverde, 25.000 pesetas, que se publicaron en los Estados Unidos y en Inglaterra antes que en Madrid.

– Con el «flax», ¿está hoy todo resuelto?
– Totalmente, si hay un periodista detrás…

– Y delante, un objetivo…

DEL ARCO

Sanjurjo en el penal de El Dueso fotografiado clandestinamente por Campúa

En los primeros años de la carrera periodística de José Demaría Vázquez «Campúa» uno de los reportajes que terminó por consagrarle fue el tomado -al parecer de forma clandestina- al general Sanjurjo en el penal de El Dueso (Cantabria) en 1934. Ambos se conocían desde años antes, cuando coincidieron en las campañas de la Guerra de África que cubrió el fotógrafo y también porque el reportero había sido amigo del hijo del general, Justito Sanjurjo, ya que compartieron juntos estancia en Suiza en 1923.

Incendios durante la "Sanjurjada" en Sevilla en agosto de 1932 fotografiados por Pepe Campúa para como enviado  especial de Mundo Gráfico

Incendios durante la «Sanjurjada» en Sevilla en agosto de 1932 fotografiados por Pepe Campúa para como enviado especial de Mundo Gráfico

José Sanjurjo Sacanell (Pamplona, 1872 – Estoril, 1936) había sido un militar destacado en España durante la monarquía de Alfonso XIII y la dictadura de Primo de Rivera. Sin embargo, con la llegada de la Segunda República manifestó su oposición al nuevo régimen y, siendo director general de Carabineros y ex director general de la Guardia Civil, se sublevó en Sevilla el 10 de agosto de 1932. La rebelión, conocida como la «Sanjurjada» fue fotografiada por Pepe Campúa en Sevilla como enviado especial de Mundo Gráfico y Nuevo Mundo. Esta «jornada sediciosa», como la denominaron dichas publicaciones, tuvo como consecuencia la entrega de Sanjurjo ante Miguel Romero, guardia de seguridad de Huelva, su detención y su condena a muerte, aunque dicha sentencia le fue conmutada por la cadena perpetua.

A finales de agosto el líder de la revuelta fue encarcelado en el Penal de El Dueso y su caso siguió siendo de plena actualidad en los meses siguientes, fruto de lo cual se publicarían varios reportajes en Mundo Gráfico y Nuevo Mundo, firmados por Juan Ferragut, en los cuales se explicaba el modo de vida en la prisión, las habitaciones, el ambiente, el trabajo de los presos, con fotos de Campúa de otros presos, pero sin mostrar a Sanjurjo más que en un retrato de archivo. Ferragut consiguió incluso una entrevista con el general sublevado pero que se publicaría con un retrato de archivo. Más tarde Pepe Campúa retrataría a Sanjurjo en julio de 1933 cuando éste se presentó ante los tribunales en Madrid por la causa del levantamiento.

Sin embargo la fotografía que pasaría a la posteridad sería tomada por el joven reportero el último día de Sanjurjo en la cárcel cántabra, justo antes de que le trasladaran al Penal de Santa Catalina en Cádiz. Así contaba la anécdota el propio Pepe Campúa en el artículo “Campúa cuenta su vida” de Marino Gómez Santos, publicado en el diario Pueblo el 18 de junio de 1963:

«El general Sanjurjo había sido encarcelado en el penal del Dueso, donde estaba totalmente prohibido el paso a los periodistas. Y precisamente por eso el éxito era conseguir el reportaje gráfico. Campúa se lo propuso y una mañana llegó al Dueso con dos cámaras: una de cine y otra de fotografía.
Por consejo del administrador entré en el penal con la máquina de fotografía, porque la de cine abultaba mucho. El riesgo no sólo estaba en entrar en el penal, sino en poder salir victorioso. Este administrador, que estaba de acuerdo conmigo, me dijo: «veremos cómo nos arreglamos para que usted pueda salir».
Había que esperar pacientemente la hora propicia para hacer la fotografía del general Sanjurjo sin que el director del penal se enterase.
Lo mejor -le dijo el administrador del penal a Campúa- es que yo le facilite una celda vacía donde usted pase la noche. La mejor hora es la del amanecer, cuando los presos salen al patio y el director del penal no está aquí. Ese es su momento.
Campúa siguió las instrucciones del administrador del penal y así pudo retratar al general Sanjurjo, vestido de presidiario, rodeado de criminales.

Sanjurjo retratado por Campúa junto a sus compañeros de prisión en el penal de El Dueso (Cantabria) en enero de 1934

Sanjurjo retratado por Campúa junto a sus compañeros de prisión en el penal de El Dueso (Cantabria) en enero de 1934

– Cuando tuve hechas las fotografías metí el «almacén», o sea el estuche donde iban las placas, en la cesta de la comida del gneral Sanjurjo. Uno de sus ayudantes lo hizo llegar a mi padre, que lo mandó a revelar y lo cedió a La Nación para que se publicara.
En las tertulias de Madrid y en la calle no se habló de otra cosa en varios días. Mundo Gráfico dio también la fotografía del general Sanjurjo vestido de presidiario a doble página.
– Esta cuestión se llevó a las Cortes y a los pocos días fui citado por el fiscal de la República que me dijo: «No tengo más remedio que procesarle». Me reclamaron 500 pesetas de fianza para la libertad provisional, las pagó el periódico y este proceso quedó sobreseído con el tiempo.

Breve de La Vanguardia en el que se anuncia la llegada de Sanjurjo a la prisión de Santa Catalina y el barco en el que iban, entre otros, Campúa.

Breve de La Vanguardia en el que se anuncia la llegada de Sanjurjo a la prisión de Santa Catalina y el barco en el que iban, entre otros, José Demaría Vázquez «Campúa».

Al día siguiente Sanjurjo iba a ser trasladado al Castillo de Santa Catalina en Cádiz tras dieciséis meses en El Dueso. Varios familiares y amigos del militar le seguirían en dicho traslado y, junto a ellos, también Pepe Campúa para fotografiar su entrada en la prisión militar. Finalmente, por aplicación de la Ley de Amnistía, se daría la orden de libertad de José Sanjurjo que se trasladaría a vivir a la ciudad portuguesa de Estoril donde falleció en un accidente aeronáutico recién iniciada la Guerra Civil en 1936.

Homenajes a José L. Demaría López, «Campúa» padre

José Demaría López "Campúa" padre © Alfonso Sánchez García (Archivo Fotográfico Alfonso), VEGAP, Madrid, 2014

José Demaría López, «Campúa» padre
© Alfonso Sánchez García (Archivo Fotográfico Alfonso), VEGAP, Madrid, 2014

José Luís Demaría López, «Campúa» padre, fue pionero en el trabajo de reportero gráfico en España. Hombre polifacético, también fue impulsor de la industria del espectáculo tanto en el cine -dirigiendo salas, distribuyendo películas y materiales cinematográficos- como en el teatro, convirtiéndose en empresario de algunas de las compañías de mayor renombre en las décadas de los 20 y los 30.

Por este motivo, José Campúa fue objeto de numerosos homenajes a lo largo de la carrera, tanto del gremio periodístico como del mundo del espectáculo. El primero de estos agasajos del que existen referencias se celebró en octubre de 1909 con motivo de la cobertura que el fotógrafo había realizado en la Guerra de Marruecos. Así lo contaba el diario La Época en su edición del 4 de octubre de 1909, en el breve titulado «En honor de Campúa»:

Ayer fue obsequiado con un banquete íntimo, por sus compañeros de redacción y los empleados todos del popular semanario Nuevo Mundo, el redactor artístico del mismo Sr. Campúa, que tan brillante campaña acaba de realizar en Melilla. Se celebró la fiesta en el restaurant La Huerta. Al final del banquete que presideron el festejado y los Sres. Verdugo y Zavala, director y gerente respectivamente de Nuevo Mundo, se pronunciaron sentidos brindis de justo homenaje al talento y a las dotes excepcionales de actividad y valor que una vez más ha acreditado el señor Campúa. El popular fotógrafo vuelve otra vez a Melilla para continuar su campaña.

Años más tarde Torcuato Luca de Tena recordaría, en un pequeño artículo publicado en La Correspondencia de España el 14 de enero de 1915, hablando sobre Blanco y Negro y Nuevo Mundo, que esta última publicación gozaba de una situación favorable y excepcional que…

«…de nada le habría servido de no haber tenido la fortuna de contar entre sus redactores al fotógrafo Sr. Campúa que, uniendo a sus cualidades excelentes de artista aptitudes periodísticas verdaderamente extraordinarias, realizó la información fotográfica más sugestiva y más interesante que se ha hecho en España y que dudo haya logrado conseguir ningún periódico extranjero. Para nadie puede ser un secreto que, si Nuevo Mundo se veía en aquella época tan solicitado por el público era, en primer término, por las fotografías de Campúa».

Fotonoticia del banquete íntimo en honor a Campúa publicada en Mundo Gráfico el 4 de abril de 1917

Fotonoticia del banquete íntimo en honor a Campúa publicada en Mundo Gráfico el 4 de abril de 1917

El prestigio del reportero crecía y el reconocimiento se hizo mayor al recibir José Campúa la Cruz de Alfonso XII en marzo de 1917, a propuesta del Ministerio de Instrucción Pública. Aquella distinción se festejó con una comida íntima con los compañeros de Prensa Gráfica, pero en aquella cita decidieron que no era suficiente y que era necesario celebrar un banquete mayor y abierto al público. Éste tuvo lugar el jueves 12 de abril de 1917 en el Hotel Palace y las entradas, al precio de quince pesetas, se vendieron en el Círculo de Bellas Artes, el Ateneo, las librerías de Fernando Fe y San Martín y en el propio hotel. Gran parte de la prensa se hizo eco -desde La Época, La AcciónEl Imparcial… y , por supuesto, las publicaciones de la editorial Prensa Gráfica S.L. en la que trabajaba Campúa- y a la fiesta asistieron más de 200 personas, congregadas para homenajear al fotógrafo: «una pequeñísima parte de los admiradores y amigos de Campúa», según relataba el diario El Liberal.

Con Campúa se sentaron a la mesa presidencial Natalio Rivas, Francos Rodríguez, Mariano Benlliure, Virgilio Anguita, José Mª López Mezquita, Julio Romero de Torres, Francisco Verdugo, Mariano Zabala y Félix Lorenzo y Benedicto. Los discursos, al final del banquete, corrieron a cargo de los escritores Felipe Sassone y Federico García Sanchíz, y del secretario del Círculo de Bellas Artes, Mariano Carranceja . También dijeron unas palabras el subsecretario de Instrucción Pública, Natalio Rivas y Fabián Fernández.

Entre las noticias y crónicas publicadas sobre el evento destacan las de La Esfera y Nuevo Mundo, las revistas donde más había trabajado el fotógrafo. En la primera un artículo de Francisco Verdugo, fundador de Prensa Gráfica Española, elogiaba al periodista:

«Campúa rompió lo que podía ser roto y venció cuanto se oponía a su paso y merecía ser vencido. […] La curiosidad pública podía satisfacerse a su placer; las revistas ensanchaban su campo de acción y el nombre de Campúa lograba al mismo tiempo, en la noble profesión de periodista gráfico, una popularidad por nadie superada todavía»

Portada e interior del menú del banquete en honor a José Demaría López "Campúa". Los platos aparecían reseñados en francés al estilo de la época. Las crónicas mencionan que, además, se repartieron habanos por cortesía de Prensa Gráfica Española S.L.

Portada e interior del menú del banquete en honor a José Demaría López «Campúa». Los platos aparecían reseñados en francés al estilo de la época. Las crónicas mencionan que, además, se repartieron habanos por cortesía de Prensa Gráfica Española S.L.

La segunda crónica destacable,  firmada con las iniciales F.G.S. en Nuevo Mundo se tituló «Notas al dorso del menú», haciendo alusión al menú que encontraron los comensales en las mesas con un positivado original de Campúa pegado en cada uno de ellos y firmado por el fotógrafo, como recuerdo de la fiesta y los platos que se degustarían. Con pluma al dorso de ese menú escribía:

«Campúa es el cómplice de las grandezas españolas desde hace veinte años. Y, además, el innovador que dio al periodismo inquietudes y palpitaciones de modernidad. Todavía falta por añadir el merecimiento supremo, la huella de los dioses en el espíritu del triunfador. Nos referimos a su elevada categoría artística y a su genialidad».

Crónicas publicadas en Nuevo Mundo (a la izquierda) y La Esfera (a la derecha) sobre el homenaje a Campúa

Crónicas publicadas en Nuevo Mundo (a la izquierda) y La Esfera (a la derecha) sobre el homenaje a José Demaría López, Campúa padre

Pasarían casi tres décadas hasta que el periodista volviera a recibir un gran homenaje -aunque posiblemente en ese tiempo también fuera objeto de agasajos, pero no de tan gran repercusión. Sería en 1935 con motivo de su nombramiento como socio de honor de la Unión de Informadores Gráficos de Prensa (UIGP). Tal y como señalan Juan Miguel Sánchez Vigil y María Olivera en el libro Fotoperiodismo y república, «la UIGP tuvo especial relevancia al formar parte de la misma profesionales de diferentes ideologías vinculados a publicaciones del amplio espectro político, desde las más conservadoras hasta las anarquistas. Por otra parte consiguió representación ante las instituciones oficiales y fue lugar de encuentro y debate de sus problemas».  José Demaría Vázquez, «Campúa» hijo, acreditado por la Agencia Actualidades-Noticiario Cine, ocuparía unos meses más tarde el cargo de presidente de la UIGP hasta el estallido de la guerra civil.

Pero meses antes, el 20 de mayo de 1935 los reporteros, unidos, reconocían así al que fuera pionero y maestro en el manejo de la máquina fotográfica y el ministro de Trabajo, entonces Federico Salmón, le entregó a Campúa un pergamino con las firmas de todos sus compañeros.

La crónica del diario La Libertad relataba la crónica de la fiesta y cómo el presidente de la Asociación de la Prensa, don Alfonso R. Santa María…

«…hizo un cálido elogio de Campúa y de su labor periodística y puso de manifiesto la devoción de Campúa por el periodismo, del que no se ha apartado aún teniendo otros medios de vida«.

Campúa era entonces director de la revista mensual ilustrada Mundo Gráfico, cargo que ocupó hasta enero de 1936. Posiblemente nadie podía imaginar entonces que este amigo y profesional reconocido por todos, «hombre no político» -como se le ha definido posteriormente-, fallecería asesinado al año siguiente, tras ser detenido y llevado a la cheka de Fomento.

Fotonoticia publicada en la revista Crónica el 26 de mayo de 1935 dando cuenta del homenaje a Campúa y del posterior cocktail ofrecido por Perico Chicote

Fotonoticia publicada en la revista Crónica el 26 de mayo de 1935 dando cuenta del homenaje a Campúa y del posterior cocktail ofrecido por Perico Chicote

 

El accidente aéreo de Ramón Franco y Pepe Campúa

Campúa en un avión (foto de fecha no identificada)

Campúa trabajando como reportero en un avión (foto de fecha no identificada)

Una de las vivencias que más marcaron a Pepe Campúa en los inicios de su carrera fue el accidente aeronáutico que sufrió en mayo de 1922 mientras realizaba la cobertura informativa de la guerra de Marruecos. El reportero quería fotografiar desde el aire la zona de las Alhucemas y tuvo la oportunidad de subir a un hidroavión pilotado por Ramón Franco -hermano de Francisco Franco-, pero surgieron dificultades. El propio fotógrafo recordaba así la anécdota en una entrevista concedida a Marino Gómez-Santos para el diario Pueblo en junio de 1963.

La historia es la siguiente: Estando yo en África se hacían unos vuelos con los pocos hidroaviones con que se contaba. En una de aquellas ocasiones, el glorioso aviador Ramón Franco fue tan amable que me invitó a acompañarle a un bombardeo que iba a hacer sobre Alhucemas. Junto a las costas de Villa Cisneros tuvimos una avería en el motor y caímos al mar. Gracias a que Ramón Franco era un as de la aviación no tuvimos un accidente serio, aunque sí pegamos un panzazo enorme. Se rajó el fuselaje, el agua empezó a entrar y gracias a Dios que estaba próximo el «Bustamante y el «Alfonso XIII», cuya tripulación nos puso a salvo. Además yo, con la afección de bronquios, nado como un martillo. Vamos, que en aquella ocasión me hubiera ahogado. Creo que fue el primer baño que me di en el mar en toda mi vida. Salvé la vida y salvé el material, que era lo importante; porque lo esperaban en el periódico.

No solo consiguió salvar el material, sino que después del accidente se subió a los mástiles del barco para realizar las fotografías de cómo los marineros subían el avión a la embarcación Alfonso XIII y tomar las siguientes imágenes que fueron publicadas por Mundo Gráfico el 17 de mayo de 1922.

Momento del salvamento del avión. El pie de foto original de Mundo Gráfico señalaba: El hidroavión pilotado por el capitán Franco y en el que iba nuestro querido compañero Campúa, que cayó al mar por efecto de una avería, siendo salvado por las tripulaciones del "Bustamante" y el "Alfonso XIII".

Momento del salvamento del avión. El pie de foto original de Mundo Gráfico señalaba: El hidroavión pilotado por el capitán Franco y en el que iba nuestro querido compañero Campúa, que cayó al mar por efecto de una avería, siendo salvado por las tripulaciones del «Bustamante» y el «Alfonso XIII».

Otra vista desde mayor altura del salvamento del avión accidentado. El pie de foto original señalaba:  El hidroavión en que volaban sobre el campo enemigo de Alhucemas a mil setecientos metros de altura, el capitán Franco y nuestro compañero Campúa, al ser recogido por el "Alfonso XIII" cuya tripulación acudió en el auxilio de los náufragos.

Otra vista desde mayor altura del salvamento del avión accidentado. El pie de foto original de Mundo Gráfico anotaba: El hidroavión en que volaban sobre el campo enemigo de Alhucemas a mil setecientos metros de altura, el capitán Franco y nuestro compañero Campúa, al ser recogido por el «Alfonso XIII» cuya tripulación acudió en el auxilio de los náufragos.

Fragmento de la página de Mundo Gráfico del 17 de mayo de 1922 en el que bajo el título "Interesantes notas de la campaña de Marruecos" se daba noticia, entre otros hechos, del accidente de Campúa y Ramón Franco.

Fragmento de la página de Mundo Gráfico del 17 de mayo de 1922 en el que bajo el título «Interesantes notas de la campaña de Marruecos» se daba noticia, entre otros hechos, del accidente de Campúa y Ramón Franco.

El 22 de marzo de 1955 Pepe Campúa también recordaría estos hechos en su conferencia «La Prensa Gráfica» pronunciada en el Club de Prensa «Jaime Balmes» de Madrid:

Desde Nador hasta Monte Arruit fui recorriendo aquel penoso camino de la reconquista de nuestro territorio y allí conocí al famoso comandante Franco cuyo nombre, casi en su adolescencia, sonaba ya por los adures amigos y por los enemigos con matices de leyenda. En aquella guerra fue mi propio padre quien me lanzó al oficio sin reservas. Cuando me vio llegar a la costa mojado, pero habiendo salvado la máquina, después de capotar en un hidroavión mandado por Ramón Franco, se le asomaron las lágrimas a los ojos. No sé de qué: de ver a su hijo a salvo, desde luego. Pero, además, creo que de ver a su discípulo realizar un servicio arriesgado, preocupándose de salvar lo que importaba: la información.

Aquella no era la primera vez que Pepe Campúa realizaba fotografías aéreas ya que semanas antes había ido junto al capitán Antonio Ferreiro, con el que voló sobre el campo del ejército marroquí y fotografió las costas de Nador y el buque Giralda en el mar, así como el bombardeo de varios poblados. Dichas fotografías se publicaron en la revista Nuevo Mundo el 12 de mayo de 1922. José Demaría Vázquez «Campúa» demostraba con estos reportajes su valentía y su profesionalidad como fotoperiodista con tan solo 22 años ya era capaz de utilizar cualquier medio -avión, coche, barco…- para conseguir la imagen de la noticia.

Nuevo Mundo le tenía como enviado especial y fue la publicación donde aparecieron las imágenes captadas en el vuelo con Ramón Franco con el siguiente pie de foto:

A consecuencia de un accidente sufrido en pleno vuelo sobre el territorio enemigo, el aeroplano pilotado por el capitán aviador Franco, y en el que se hallaba nuestro compañero Campúa, cayó en el mar a poca distancia del Peñón de Vélez. Esta circunstancia permitió a nuestro arriesgado camarada Campúa visitar el Peñón, de noche, aprovechando uno de los convoyes. He aquí una interesantísima fotografía obtenida desde el aeroplano, por Campúa, momentos antes del referido accidente.

Página de Nuevo Mundo en cuya parte superior aparece una de las fotografías tomadas antes del accidente.

Página de Nuevo Mundo en cuya parte superior aparece una de las fotografías tomadas antes del accidente y el reportaje obtenido en la «visita inesperada» al peñón de Vélez en La Gomera.

En la foto inferior Campúa retrataba a algunas de las autoridades militares de la zona, según el pie de foto:

La oficialidad que manda la guarnición del Peñón de Vélez de la Gomera, reunida en el subterráneo que le sirve de alojamiento, al amparo del bombardeo. En el grupo, los Sres. Esparza del Tercio; Ferrer de Artillería; Andreu, teniente de Alcántara; Armada, capitán de artillería; Guerra, capitán de Policía Indígena y los marinos que hacen el convoy, Sres. Aldecoa y Pérez Izquierdo. El último a la derecha, el capitán de aviación Sr. Franco, uno de nuestros más brillantes pilotos militares y a cuya pericia se debió el resultado de esta expedición hecha por nuestro enviado Campúa.

Ramón Franco fotografiado por Pepe Campúa

Ramón Franco fotografiado por Pepe Campúa en La Gomera en 1922

Ramón Franco Bahamonde recibió en 1924 la Medalla Militar por sus actuaciones en la Guerra del Rif. El aviador se consagró en 1926 al ser el primero en cruzar en avión el Atlántico con el vuelo del Plus Ultra desde Palos de la Frontera hasta Buenos Aires. Una siguiente expedición de Ramón Franco -esta vez a Nueva York- fracasó al estrellarse en aguas portuguesas. En 1930 se sublevó contra la monarquía en el aeródromo militar de Cuatro Vientos, desde donde despegó para arrojar proclamas revolucionarias amenazando bombardear el Palacio Real. Se exilió volando hasta Lisboa y su trayectoria dio numerosos vuelcos tanto personales como ideológicos.  Años más tarde otro accidente aeronáutico -que se dice pudo ser a causa de un sabotaje- acabaría con la vida del piloto cerca de Formentor, en la isla de Mallorca. Su figura estuvo envuelta de polémica y misterio, con sucesivos cambios de bando que han sido objeto de estudios y publicaciones.

Su padre, José L. Demaría López «Campúa»

 Jose Luis Demaría López «Campúa» (Jerez de la Frontera, 1870 – Madrid, 22 de septiembre de 1936) ha sido calificado como «el verdadero creador del reporterismo gráfico en España». En un artículo publicado en ABC el 25 de enero de 1976 por José Altabella, dentro de la serie «Los grandes de la fotografía española» se narran sus inicios:

Desde modesto aprendiz de barbería en Jerez de la Frontera, llegó a ser el as de los periodistas gráficos en nuestro país. […] Siendo un muchacho y para ayudar a su familia, se colocó a los trece años en una barbería. Habría de recordar ya en pleno triunfo, que así ganó su primera peseta, afeitando en la cárcel y en el hospital. Por aquel entonces Diego González Ragel abrió una galería fotográfica en la calle Larga nº 15 y en ella entró el aprendiz de fígaro. Sólo estuvo escasos meses, porque en el año 1893 Manuel Compañy, a la sazón popular fotógrafo de autores y artistas, le trajo contratado a Madrid para trabajar en una de las galerías que poseía».

Retrato en cartón fotográfico fechado en 1878 por el estudio de Gervasio Alonso Montenegro en el que figura la siguiente dedicatoria posiblemente escrita por el padre del primer Campúa: "El hoy Campúa. Mi hijo Juan José Demaría López, año 1878 dedicada a mis queridos padres"

Retrato en cartón fotográfico fechado en 1878 por el estudio de Gervasio Alonso Montenegro en el que figura la siguiente dedicatoria posiblemente escrita por el padre del primer Campúa: «El hoy Campúa. Mi hijo Juan José Demaría López, año 1878 dedicada a mis queridos padres»

También su hijo, Pepe Campúa, se referiría a estos inicios paternos en una entrevista publicada en el diario Pueblo por Marino Gómez-Santos el 18 de junio de 1963:

«En muy poco tiempo también su fama de buen profesional llegó a Madrid y aquí lo trajo el famoso Compañy, que era el fotógrafo de moda en la corte. Tenía mi padre entonces veinticinco años y a los tres de prestar servicios en Madrid, Compañy le subió el sueldo a cinco duros diarios». […]

«El mozo de Jerez, no contento con sus progresos, trabajaba con entusiasmo creciente, se hacía amigos en todas las esferas sociales y, cuando ya había culminado en jefe de aquellos famosos estudios de fotografía, coincidió con que surgían los periódicos gráficos», describía Gómez-Santos en el artículo de Pueblo .

«Dejó el estudio de fotografía para dedicarse al reportaje, que entonces era una experiencia nueva con amplio horizonte. Ingresó en Nuevo Mundo con don José del Perojo»

Caricatura de José Luis Demaría López "Campúa" realizada por Brunet

Caricatura de José Luis Demaría López «Campúa» realizada por Brunet

Después llegarían La Esfera y Mundo Gráfico, los reportajes y la fundación del estudio con el que  Jose Luis Demaría López se convertiría en el iniciador de la saga de fotógrafos. Reportero bélico, alcanzó el éxito pleno a partir de la guerra de Marruecos en 1909, donde ya hizo gala de la cualidad que transmitió a su hijo «estar en el momento justo en el lugar adecuado».

Es en esa época cuando decide buscar un seudónimo como fotógrafo, según la moda de la época. Tal y como lo explicaba su hijo en la misma entrevista publicada en diario Pueblo:

«Cuando mi padre empezó a tener en Madrid un cierto prestigio como fotógrafo decidió independizarse. Sus apellidos, Demaría López, no eran realmente muy a propósito para encabezar el nombre de un estudio fotográfico y, entonces, se acordó -ignoro la razón- del nombre de Capua, que es una ciudad italiana de la provincia de Caserta. Pensó en Capua como seudónimo: «Capua, estudio fotográfico».

Ya decidido el nombre mandó a la imprenta que le hicieran los membretes y demás impresos. Pero como era un hombre muy nervioso, lo cual se reflejaba en la escritura, el cajista interpretó mal su letra y cometió una errata: en vez de Capua había puesto Campúa.

Mi padre se molestó mucho al advertir la errata, pero lo pensó luego bien y no la mandó a corregir, porque Campúa sonaba mejor y le gustaba más. Algunos años después el rey le autorizó para que utilizara Campúa como apellido«.

La admiración de José Demaría Vázquez «Campúa» hacia su padre fue muy grande y se refirió a él como «el auténtico Campúa» en un discurso pronunciado el 22 de marzo de 1955 en el Club de Prensa «Jaime Balmes» de Madrid, bajo el título La Prensa Gráfica. Sobre él decía:

Portada de la edición impresa de la conferencia pronunciada por Campúa en 1955

Conferencia pronunciada en el Club de Prensa Jaime Balmes en 1955

«Tenía tal idea de superación y de dignificar la profesión, dignificándose él, que en sus comienzos en Madrid, al terminar su trabajo, acudía a una academia para ampliar sus estudios, muy modestos por haber tenido que ganarse la vida en los primeros años, allí en poco tiempo se dio cuenta de que lo que más convenía a un periodista que ansiaba conocer mundo, era poseer idiomas».

También desarrolló una amplia trayectoria como empresario en el mundo del espectáculo. A partir de 1920, pasó a ocupar la dirección de la revista Mundo Gráfico y es entonces cuando Campúa hijo toma las riendas del oficio y asumiría el seudónimo de su padre.

Fue empresario teatral en los locales Madrid Cinema, Royalty y Romea, entre otros. Además fue coautor de diversas obras teatrales y radionovelas como «De polo a polo», escrita con Felipe Moreno y otros dos títulos escritos con Joaquín Vela: «¡Por si las moscas…!» y «Noche loca».

Murió en 1936, a los inicios de la guerra, convirtiéndose en uno de los primeros reporteros gráficos asesinados en España. Hay fuentes que afirman que fue asesinado en la puerta de su casa el 21 de septiembre de 1936, sin embargo el documento inédito que publicamos a continuación afirma que fue detenido el día 20 de septiembre y llevado a la Checa de Fomento, de donde fue sacado para ser asesinado el día 22 de septiembre del mismo año, siendo hallado su cadáver en el el Depósito Judicial.

Certificado de la Causa General de Madrid fechado en 1941 sobre las circunstancias de la muerte de José L. Demaría López "Campúa"

Certificado de la Causa General de Madrid fechado en 1941 sobre las circunstancias de la muerte de José L. Demaría López «Campúa»

José Luis Demaría Vázquez, "Campúa" padre junto a Alfonso XIII

José Luis Demaría Vázquez, «Campúa» padre junto a Alfonso XIII. En la dedicatoria puede leerse:
«Para Pepe Díaz, autor de esta para mí [emocionante] fotografía su amigo y admirador J. Campúa, 1916».
Dada la dedicatoria el autor de la foto pudo ser José María Díaz Casariego, que entonces trabajaba junto a Campúa en Mundo Gráfico

Algunos testimonios  afirman que fue asesinado por por su proximidad con la monarquía -durante años fue fotógrafo oficial de la Casa Real a partir de sus éxitos en Marruecos y mantuvo con Alfonso XIII una cercana amistad. Pero su hijo, en el mismo discurso antes citado, tenía clara la ideología de su padre y, con una frase que probablemente también podría definirle a él mismo, afirmó:

«Pepe Campúa era un trabajador de la clase humilde, del pueblo… Apolítico, como todo honrado informador gráfico, pero español cien por cien».

Su trayectoria y obra fotográfica -no suficientemente documentada- bien merecerían otro blog y un profundo estudio de investigación. A través de esta página también intentaremos publicar los retazos de su vida que sea posible rescatar. Entretanto, lo más completo que puede encontrarse en Internet es su biografía en wikipedia.

Será con una de sus imágenes como empresario teatral, rodeado de las «alegres vicetiples y girls« con la que terminemos a este post, sobre un pionero tanto de la fotografía como del espectáculo[Campúa padre aparece en el centro, marcado con un número 1 escrito a mano en la época].

Campúa padre, en un homenaje a las chicas de la compañía de Romea. Aparece en el centro rodeado de las "alegres vicetiples y girls"

Campúa padre, en un homenaje a las chicas de la compañía de Romea. Aparece en el centro rodeado de las «alegres vicetiples y girls«

Dos fotógrafos y un rey: los Campúa y Alfonso XIII

La trayectoria de los fotógrafos Campúa, padre e hijo, está unida a la vida de Alfonso XIII de Borbón, casi desde su nacimiento hasta su muerte.

Campúa padre, como reportero de Nuevo Mundo, muy pronto comenzó a seguir la actividad de Alfonso XIII por toda España y poco a poco fueron forjando una relación de amistad personal. Le acompañó en 1909 por tierras andaluzas y en sus visitas a distintas ciudades de Europa. Cuando su carrera se centró más en el mundo del cine y del espectáculo como empresario, sería Campúa hijo quien tomaría el relevo como fotógrafo frecuente del rey.

La primera experiencia intensa de José Demaría Vázquez «Campúa» junto al monarca fue el viaje a Las Hurdes en el que Pepe Campúa fue el único reportero gráfico que acompañó a Alfonso XIII en 1922 gracias a un sorteo en el que fue agraciado. Desde entonces las fotos se sucederían en actos oficiales, escenas familiares y viajes, hasta el punto de que en una entrevista publicada en el Diario de Barcelona  el 16 de noviembre de 1952 el periodista Del Arco le preguntó al fotógrafo:

¿Cuál es la figura que más veces has retratado?
Don Alfonso XIII primero y, ahora, casi alcanzándole, al General Franco.

Serían innumerables, por tanto, las imágenes que podrían ilustrar este post. Fotos que se publicaron en páginas y páginas de Mundo Gráfico, La Esfera, los diarios de la época… Poco a poco las estamos recopilando para crear una galería más amplia de imágenes, pero hemos querido elegir -para empezar- dos instantáneas representativas de cómo, desde el principio hasta el final de la vida de Alfonso XIII, la saga de los Campúa acompañó al monarca en su trayectoria. Dos positivados que, además, Pepe Campúa guardaría entre sus recuerdos personales hasta el final de su vida.

Alfonso XIII niño a caballo, retratado por Jose Demaría López, Campúa padre

Positivado de época de Alfonso XIII niño a caballo, retratado por Jose L. Demaría López, Campúa padre

Positivado de época de AlfonsoXIII retratado en su madurez por José Demaría Vázquez, Campúa hijo

Positivado de época de AlfonsoXIII retratado en su madurez por José Demaría Vázquez, Campúa hijo

Campúa retratado por D. Mullor en el frente

Rescatamos hoy esta caricatura original de D. Mullor en la que aparece José Demaría Vázquez «Campúa» -a la izquierda- junto con otros dos compañeros en lo que parece ser un alojamiento en el frente de batalla.

El retrato no está fechado aunque, muy probablemente, se llevó a cabo en Melilla en los años 20 en uno de los viajes que Campúa realizó durante la guerra de Marruecos. Esto es deducible dada la gran cantidad de dibujos y postales que se conservan de este autor con escenas, paisajes y caricaturas de la vida en Marruecos y Melilla. Es el caso, por ejemplo, de los apuntes del natural publicados en La Libertad en septiembre de 1925 en los que el dibujante retrató a tipologías de habitantes de la zona.

Caricatura de Campúa y otros dos compañeros realizada por D. Mullor

Caricatura de Campúa y otros dos compañeros realizada por D. Mullor

Si alguna de las personas que visita este blog pudiera tener datos sobre quiénes acompañaban a Campúa en estas coberturas de guerra o reconociera quienes pueden ser los otros periodistas retratados, sería una información muy útil para poder catalogar este dibujo, que muestra una parte de la historia del reporterismo gráfico español.

Pepe Campúa en la Guerra de Marruecos

Uno de los primeros viajes como reportero de José Demaría Vázquez «Campúa» fue a Marruecos, para realizar la cobertura de la Guerra del Rif a principios de los años 20. Seguía así los pasos de su padre, José L. Demaría López «Campúa», que entre 1909 y 1911 llevó a cabo en Marruecos los reportajes que le consagrarían como fotógrafo.

Pepe Campúa llegó a Marruecos en 1921 al poco tiempo de haberse producido el Desastre de Annual, solo un año después de asumir el estudio y el seudónimo de su padre. Con apenas 21 años, su carrera como reportero comenzaba a despegar. En este primer viaje africano le tomaron este retrato montado a caballo y con un gesto lleno de juventud y deseos de aventura. A mano sobre esta imagen, un positivado original de época -que en algunas investigaciones se ha ubicado en el campamento de «Monte Arruit»- Campúa escribió: «Melilla, agosto 1921».

Positivado de época de Pepe Campúa montado a caballo en Melilla, durante la Guerra de Marruecos en agosto de 1921

Positivado de época de Pepe Campúa montado a caballo en Melilla, durante la Guerra de Marruecos en agosto de 1921