Las fiestas en el estudio de Campúa

Rodeado siempre de buenos amigos y amigas, de gente del mundo del teatro, del ocio y del espectáculo, así como de personalidades relevantes de la sociedad madrileña, a José Demaría Vázquez «Campúa» le gustaba celebrar fiestas y convocar a sus conocidos tanto en su casa como en su estudio. Una ocasión especial siempre era el día 19 de marzo, festividad de San José que celebraba con más intensidad que el día de su cumpleaños (13 de febrero).

El fotógrafo había recibido dicho nombre de su padre, José Luis Demaría López, el primer «Campúa», quien a sus dos hijos varones había puesto cada uno de los nombres que formaban su compuesto: José y Luis.

Especialmente durante los años 50, Pepe Campúa festejó el día de su santo, tal y como atestiguan numerosos registros en su archivo, dentro de la sección «Particular Don José», bajo el título «Onomástica de Don José Campúa». Aquí recogemos algunas de ellas, repletas de personajes de la época pendientes de identificar y también con presencia de empleados del estudio, botones, personal de servicio y camareros que atendían en estos festejos. Pese a la dificultad de conocer la identidad de la mayor parte de las personas que aparecen en las fotografías, resultan interesantes para conocer la vida de la época y el ambiente del estudio del fotógrafo en la calle Bárbara de Braganza nº 2.

Amparo Rivelles, una leyenda de las artes escénicas, fotografiada por Pepe Campúa

El pasado jueves falleció una de las grandes leyendas del cine, la televisión y el teatro español: Amparo Rivelles. A lo largo de su vida participó en decenas de obras de teatro y películas, desde finales de los años 30 cuando tenía apenas 15 años. A mediados de los años 50 se trasladó a América Latina, primero para trabajar en la televisión cubana y después para establecer su residencia durante veinte años en México, donde sobre todo destacó como actriz de telenovelas. Su regreso a España se produjo en 1979 con la obra «Salvar a los delfines», de Santiago Moncada, siendo ya considerada una de las actrices más prestigiosas del panorama español. Recibió en 1986 el primer Goya a la Mejor interpretación femenina protagonista por la película «Hay que deshacer la casa».

En los años 40, cuando se la conocía como Amparito Rivelles, no faltó a la cita que en aquella época era imprescindible para las artistas en Madrid: el estudio de José Demaría Vázquez «Campúa» que entonces se encontraba en el número 32 la Avenida de José Antonio (Gran Vía). El fotógrafo la retrató en diversas ocasiones y con distintos peinados y estilos, según la moda de la época. En la galería de imágenes a continuación pueden verse algunos de esos retratos de la entonces joven diva, retratada en toda su belleza por Pepe Campúa.

El estudio de Campúa en la Gran Vía de Madrid

Sobres originales del primer estudio de Pepe Campúa, que el fotógrafo usaba para guardar el archivo de retratos

Sobres originales del primer estudio de Pepe Campúa, que el fotógrafo usaba para guardar el archivo de retratos

Al terminar la Guerra Civil española, José Demaría Vázquez «Campúa» regresó a Madrid y siguió trabajando como reportero con Víctor de la Serna, primero en Informaciones y luego en La Tarde.

Pero paralelamente a los reportajes de actualidad, fue desarrollando con fuerza la otra vertiente de su trabajo fotográfico: el retrato y la fotografía de estudio. Durante esos años hizo sesiones con personalidades y artistas de la época, al igual que cuando en los inicios de su carrera fotografiaba a personajes teatrales en los jardines de Sorolla. Muchas de esas fotografías de actores y actrices de cine se publicaron también en Cámara, pionera como revista cinematográfica en España.

Era evidente la necesidad de tener un estudio donde revelar los materiales y con un buen plató donde hacer los retratos tanto de personalidades de la escena madrileña como de particulares que acudían a hacerse retratos con motivo de su boda o a encargar una foto familiar. El lugar elegido por Pepe Campúa para ubicar su estudio fue la misma manzana de la Gran Vía donde había estado situado el cine Madrid-París que él mismo dirigió en los años 30, en el número 32, a diferencia de que en ese momento la calle principal de Madrid se llamaba Avenida de José Antonio.

Según el libro Gyenes, el fotógrafo del optimismo, de Fernando Olmeda, el estudio fue inaugurado el 10 de enero de 1941. Así lo contó Juan Gyenes -que en aquella época trabajaba con Campúa- en una entrevista a Miguel Ángel Gonzalo publicada en la revista Época, tal y como señala el libro de Olmeda:

«Siempre recordaba que aquel día la nieve llegaba hasta la rodilla»

Más adelante el diario ABC en su edición de la mañana del 17 de octubre de 1944 publicaría una breve nota sobre la inauguración del estudio, que probablemente respondía a la apertura de la temporada o a la inauguración de una exposición de sus fotos, ya que parece claro por el trabajo fotográfico que se conserva -tanto de Campúa como de Gyenes- que el estudio llevaba funcionando desde años antes. En esta inauguración que reseña ABC el fotógrafo ofreció una gran fiesta a la que acudieron las principales personalidades de la sociedad, la política y el mundo del arte, y de la que dio cuenta el diario:

En la sección de Informaciones de Madrid, el diario ABC dio cuenta de la apertura del estudio fotográfico de Campúa en el número 32 de la entonces llamada Avenida de José Antonio, la Gran Vía.

En la sección de Informaciones de Madrid, el diario ABC dio cuenta el 17 de octubre de 1944 de la apertura del estudio fotográfico de Campúa en el número 32 de la entonces llamada Avenida de José Antonio, la Gran Vía.

Del archivo de Campúa rescatamos algunas imágenes de cómo era el estudio en aquella época, con una tarima de columnas que servía de escenario para las sesiones, al igual que el sofá que le acompañaría después a su siguiente estudio, que estaría situado en la calle Bárbara de Braganza. Una chimenea simulada completaba la decoración para, con distintos juegos de luces conseguir los efectos típicos del retrato de aquel tiempo, con sombras dramáticas y poses a menudo teatralizadas. (Las imágenes pueden ampliarse para verlas en modo galería haciendo click en cualquiera de ellas)

Fue en aquella época también cuando el fotógrafo de origen húngaro Juan Gyenes se inició como ayudante en el estudio de Campúa, tal y como puede verse en la siguiente imagen. De hecho, otro de los datos que corroboran esta versión es el hecho de que el gran fotógrafo conocería en el estudio de Campúa a la que luego fue su mujer, Sofía Vázquez, que trabajaba allí como secretaria y con la que se casó en 1943.

Juan Gyenes en los años 40 en el estudio de Campúa

Juan Gyenes en los años 40 en el estudio de Campúa

Por el estudio de Pepe Campúa en la Avenida de José Antonio nº 32 pasarían en los años siguientes incontables personalidades relevantes, pero también mucha gente anónima a las que el fotógrafo retrataba con la misma maestría y singularidad, convirtiéndolas en «artistas de cine» fuera cual fuera su apellido. En esta sede estaría el estudio hasta enero de 1949, cuando José Demaría Vázquez «Campúa» se traslada a la que ya sería su sede definitiva en la calle Bárbara de Braganza nº 2.