Cáceres acoge la exposición «MIRAR LAS HURDES. El viaje de Alfonso XIII a través de la cámara de Campúa»

La Junta de Extremadura inauguró el pasado 23 de junio de 2022 la exposición MIRAR LAS HURDES. El viaje de Alfonso XIII a través de la cámara de Campúa, en el Archivo Histórico Provincial de Cáceres. Una muestra que recoge las fotografías realizadas por José Demaría Vázquez ‘Campúa’ —el único reportero gráfico que formó parte de la comitiva en el viaje del monarca a la comarca hurdana en junio de 1922—, que ha sido comisariada por la periodista y biznieta del fotógrafo Cristina Ruiz Fernández.

El acto de presentación contó con la presencia de la consejera de Cultura, Turismo y Deportes, Nuria Flores Redondo, quien señaló que la exposición se organiza con motivo del centenario de la visita de Alfonso XIII y “se convierte en un documento histórico de gran valor, pero que es también destacable por el valor artístico que la fotografía tiene en sí misma”. La consejera también agradeció a la familia de ‘Campúa’ la disponibilidad y generosidad que ha permitido el montaje de la exposición y ha invitado a visitarla en la sede del Archivo Provincial cacereño, que acoge hasta el 18 de septiembre «un gran testimonio de nuestra historia reciente».

La consejera de Cultura, Turismo y Deportes, Nuria Flores Redondo durante la inauguración de "Mirar Las Hurdes. El viaje de Alfonso XIII a través de la cámara de Campúa".

Por su parte, Cristina Ruiz Fernández agradeció a su vez «la oportunidad de mostrar este legado, que es memoria colectiva». La comisaria ha lanzado una invitación a mirar las fotografías poniéndose en la piel del público de la época, señalando que «hoy en día estamos saturados de imágenes, una persona puede ver cientos de miles de fotos al día, pero hace cien años no era así y poder ver una fotografía era un hecho muy excepcional, por eso estas imágenes de Las Hurdes captadas por ‘Campúa’ tuvieron un impacto social enorme, incluso a nivel internacional».

El núcleo de la exposición se compone de 34 fotografías que han sido restauradas digitalmente con motivo del centenario. «Se trata de fotos que no fueron pensadas para contemplarse —como las vemos ahora, como nunca antes— reproducidas en papel fotográfico de alta calidad», señaló la comisaria, «sino que se concibieron para ser publicadas en las páginas de la prensa y tener una gran difusión».

Una de las novedades que aporta la exposición es una colección de imágenes estereoscópicas que proceden del archivo del Palacio Real y que probablemente ‘Campúa’ realizó como encargo personal para el rey. Son imágenes hechas para verse en tres dimensiones, con un visor especial, y que muestran una cara más desconocida del viaje: la población con trajes típicos, las caballerías, el recibimiento de las autoridades…

Al acto inaugural también han asistido el diputado de Cultura y Deportes de la Diputación de Cáceres, Fernando Grande, el presidente de la Mancomunidad de las Las Hurdes, José María Martín; el alcalde de la localidad hurdana de Azabal, Isidro Alonso Herrero, además de la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Cáceres, Fernanda Valdés Sánchez.

LA EXPOSICIÓN
La muestra ofrece la perspectiva del fotógrafo sobre los momentos vividos por la comitiva real y ciertos detalles curiosos y desconocidos para el público en general. A estas fotografías del archivo familiar se unen algunas otras cedidas recientemente por la Fundación Ortega y Gasset – Gregorio Marañón y el Archivo General de Palacio, que completan el relato.

Vista de la exposición "Mirar Las Hurdes. El viaje de Alfonso XIII a través de la cámara de Campúa"

Se trata de imágenes captadas por ‘Campúa’ con tan sólo 21 años y que se convirtieron en las fotografías más representativas de su carrera. Para el fotógrafo, este viaje supuso un momento fundacional en su trayectoria al ser elegido por sorteo entre los reporteros, con el compromiso de entregar las fotografías a toda la prensa gráfica de la época. En algunas de las fotos se ven encuadres que luego repetiría cuando acompañó a Niceto Alcalá Zamora durante sus viajes por España o incluso, más tarde, como fotógrafo de Franco: las vistas cenitales de la comitiva, la foto del balcón desde un lateral, los retratos de la gente recibiendo al monarca. Una forma de hacer periodismo gráfico que perduraría en el tiempo.

Las instantáneas se publicaron en revistas como Nuevo MundoMundo Gráfico o La Esfera y fueron un revulsivo para la opinión pública española al tomar conciencia de la enorme pobreza que se vivía en Las Hurdes en esa época.

Público asistente a la inauguración de "Mirar Las Hurdes. El viaje de Alfonso XIII a través de la cámara de Campúa"

Además, en el marco de la exposición se proyecta la versión completa del vídeo documental original que Armando Pou realizó en 1922 titulado Las Hurdes, país de leyenda. El viaje de S.M. el Rey Don Alfonso XIII. Su proyección ha sido posible gracias a la digitalización de alta calidad realizada en 2015 por la Filmoteca de Extremadura a partir de los materiales fotoquímicos originales.

Un documental de gran interés y complementario al material gráfico de la exposición, ya que añade información y detalles sobre la propia visita, sobre cómo fue la recepción de ese hecho y cómo la información se transmitió al resto del país.

La exposición se completa con material de hemeroteca y objetos procedentes de la colección y el legado familiar de ‘Campúa’ y podrá verse hasta mediados del mes de septiembre en el Archivo Provincial de Cáceres.

Horarios e información práctica. 
Banderola de la exposición "Mirar Las Hurdes. El viaje de Alfonso XIII a través de la cámara de Campúa"

Exposición abierta al público del 23 de junio al 18 de septiembre de 2022 (agosto cerrado) PRORROGADA HASTA EL 15 DE OCTUBRE DE 2022.
Horario:
De martes a viernes de 18:30 a 21:00 h y sábados de 12:00 a 14:00 h y de 18:30 a 21:00 h
Archivo Provincial de Cáceres. Palacio Toledo-Moctezuma (Plaza del Conde de Canilleros, 1, Cáceres)

Campúa, único fotógrafo en el viaje de Alfonso XIII a Las Hurdes

(Actualización de la entrada publicada el 20 de septiembre de 2013)

Entre el 20 y el 24 de junio de 1922, José Demaría Vázquez «Campúa» tendría la oportunidad de ser el fotógrafo oficial que cubriría el viaje del rey Alfonso XIII a la empobrecida región extremeña de Las Hurdes. Pudo hacer ese viaje gracias a que ganó un sorteo entre los reporteros gráficos y, con tan solo 22 años, realizó algunas de las fotografías más representativas de su carrera. Fue seleccionado como fotógrafo con el compromiso de facilitar las fotografías a toda la prensa ilustrada, tal y como señala Juan Miguel Sánchez Vigil en su tesis «La Documentación Fotográfica en España: revista La Esfera». Como redactor para cubrir el viaje fue agraciado por sorteo José García Mora, del diario El Debate.

Alfonso XIII retratado por Pepe Campúa en Las Hurdes mientras organizaba el reparto de alimentos, en el viaje que realizó junto al Doctor Marañón

Alfonso XIII retratado por Pepe Campúa en Las Hurdes mientras organizaba el reparto de alimentos, en el viaje que realizó junto al Doctor Marañón

Las imágenes que captó la cámara de Campúa se publicarían en revistas como Nuevo MundoMundo Gráfico, La Esfera y Blanco y Negro—entre otras cabeceras de prensa escrita que se hiceron eco de la visita— y se convertirían un revulsivo para la opinión pública española al tomar conciencia de la enorme pobreza que se vivía en aquella región del país. Tal y como lo relató Mundo Gráfico en su número de 5 de julio de 1922:

Otro instante del viaje de Alfonso XIII a Las Hurdes, retratado por Pepe Campúa al salir de una de las viviendas de dicha

Otro instante del viaje de Alfonso XIII a Las Hurdes, retratado por Pepe Campúa al salir de una de las viviendas de dicha

Al volver a Madrid Don Alfonso, después de su visita a Las Hurdes, habrá traído, junto a la doliente visión de aquellos lugares tan llenos de pobreza y abandono, el anhelo firme y el propósito alentador de ir haciendo los esfuerzos posibles y las gestiones necesarias a fin de que se aminoren esta miseria y este dolor que hoy llenan a la más abandonada región de España.

Con un valor artístico y documental indudable, sus fotografías transmiten el relato de la población hurdana: sus paisajes escarpados, sus casas de pizarra, la situación de miseria extrema en la que vivían y la emoción esperanzada con la que recibieron al monarca.

En una entrevista publicada en el 18 de junio de 1963 en el diario Pueblo, el reportero recordaba:

«Fueron siete duras jornadas a caballo, por caminos difíciles y abiertos en la roca. […] Había que rodear montañas a unas alturas escalofriantes y yo he visto al rey que en algunos trechos tenía que bajarse de caballo y pasar a pie, porque tenía vértigo y le daban mareos. […] En el curso de cada jornada pasábamos un calor sofocante».

Alfonso XIII, que apodaba a Pepe Campúa como «Pajarito», porque en aquel entonces estaba muy delgado y ya le caracterizaba su gran nariz, pudo estrechar lazos con el joven reportero en aquel viaje y le dedicó una fotografía en la que posaron juntos en la región hurdana.

Alfonso XIII firmó para Pepe Campúa un retrato de ambos durante su visita a Las Hurdes en 1922

Alfonso XIII firmó para Pepe Campúa un retrato de ambos durante su visita a Las Hurdes en 1922

Durante aquella ruta, además, Campúa le tomó al rey Alfonso XIII y al doctor Marañón una foto desnudos al bañarse en el río de Los Ángeles, que luego el fotógrafo recordaría como una de sus instantáneas más audaces. Según narran las crónicas completas de aquel viaje publicadas por la oficina de turismo de Caminomorisco:

Alfonso XIII le dijo a Campúa: «¡ven Pajarito!, que vas a hacer una fotografía que no me ha hecho nunca tu padre». El Rey se desprendió del pantalón y de la camisa, con lo cual quedó completamente desnudo, al tiempo que invitaba a bañarse a cuanto componían su séquito. Antes de meterse en el agua llamó al doctor Marañón, que se había quedado con el calzoncillo debajo de la rodilla. El Rey el echó el brazo por encima del hombro y Campúa disparó una placa».

Lamentablemente no se conservan las placas originales del viaje a Las Hurdes debido a los sucesivos saqueos e incendios que sufrió el estudio de Campúa. Décadas más tarde el fotógrafo aportaba en la entrevista de Pueblo algunos datos sobre el destino de aquella foto del rey desnudo:

«Esa fotografía, cuyo cliché le entregué al rey en París, no sé cómo llegaría a manos de El Caballero Audaz en tiempos de la República. El caso es que la publicó en la portada de un libro… ¡En fin, más vale no hablar de eso!»

Un viaje que marcó historia y que en el año 1998 fue repetido por los reyes de España Don Juan Carlos (nieto de Alfonso XIII) y Doña Sofía, quienes realizaron en Las Hurdes la misma ruta que cubrió Campúa. Asimismo, en 2022 con motivo del centenario de la travesía los reyes Don Felipe y Doña Letizia visitaron la región.

Exposición «Campúa, sueños en blanco y negro» en el CDIS de Santander

Hasta el 19 de septiembre de 2021 podrá visitarse en el Centro de Documentación de la Imagen de Santander (CDIS) la exposición «Campúa, sueños en blanco y negro», la primera individual dedicada a José Demaría Vázquez «Campúa», desde su fallecimiento. Integrada en la programación de PhotoEspaña 2021, en ella se presenta el lado más optimista y esperanzado de sus fotografías. Comisariada por María Millán y Cristina Ruiz Fernández, muestra una dimensión particular del trabajo poliédrico que este fotógrafo desarrolló durante cinco décadas incansables de compromiso con el oficio.

Vídeo de presentación de la exposición realizado por el CDIS


Recién finalizada la Guerra Civil, España se aferra a sus sueños y a la búsqueda de la esperanza para hacer frente al régimen de austeridad, limitaciones y terror impuesto por los vencedores. José Demaría Vázquez (Madrid, 1900-1975), conocido por el pseudónimo de «Campúa», es uno de esos españoles que se resisten, como pueden, a la destrucción. En 1941 instala su estudio en la Gran Vía madrileña. Ante su cámara desfila la alta sociedad de la ciudad, además de actores y actrices, modelos, bailarinas… pero también gente anónima que acude allí a retratarse con motivo de alguna ocasión especial.

Continuador de la saga de fotoperiodistas iniciada por su padre, fue acusado de pertenecer a la masonería y procesado en 1942. Una vez terminada su inhabilitación a finales de los años cuarenta, retoma también el trabajo de cobertura de noticias, que tantos éxitos le había producido. Su carrera se había consolidado cubriendo los viajes y visitas oficiales de Alfonso XIII, la actualidad política durante la II República y, más tarde, el reportaje de guerra.

A través de su objetivo, Campúa describe ahora la vida y los sucesos de la ciudad, sin dejar de retratar a las figuras más admiradas de la época, tanto en el ámbito de la literatura y el pensamiento como en el del fútbol o las estrellas de Hollywood que se paseaban por la Castellana. Personajes que alimentaron los sueños de esa población aún conmocionada por la vivencia traumática de la Guerra Civil.

Vídeo del Ayuntamiento de Santander sobre la exposición

Con esta muestra el CDIS inaugura una colección de catálogos que bajo el título de “Pequeño Formato” y el diseño de Raúl Hevia. La exposición, que permanecerá abierta en la Sala Ángel de la Hoz del CDIS hasta el 19 de septiembre, se podrá visitar de martes a viernes de 11:00 a 14:00 horas, y de 18:00 a 21:00 horas. Los sábados, domingos y festivos el horario de visita será de 11:00 a 14:00 horas.

Más información: http://portal.ayto-santander.es/portalcdis/Index.do

Campúa se suma a la colección PHotoBolsillo de grandes nombres de la fotografía

La colección PHotoBolsillo ha incorporado a uno de los autores pioneros de la fotografía española del siglo XX: José Demaría Vázquez “Campúa”. Con una cuidada monografía que incluye un total de 62 fotografías –muchas de ellas inéditas–, La Fábrica recupera la obra de un reportero que marcó la historia de este oficio durante más de 50 años de trabajo.

Desde 1921 y hasta su muerte en 1975, “Campúa trabajó de manera constante y en su obra puede verse la evolución de toda una profesión hasta los tiempos modernos”, explica en el prólogo la periodista y bisnieta del fotógrafo Cristina Ruiz Fernández. “La mirada que ofrece este libro nos permite profundizar en su obra y nos hace descubrirle como una figura absolutamente poliédrica, con la convicción de que limitarse al apelativo de «el fotógrafo de Franco» para definirle es caer en el reduccionismo”, señala la autora.

La publicación hace un recorrido por su trayectoria mostrando tanto la labor oficial como el lado más humano y social de su carrera. Desde los retratos de Alfonso XIII –a quien Campúa acompañó en su célebre viaje a Las Hurdes en 1922– hasta las recepciones y actos públicos de Francisco Franco, pasando por su trabajo como reportero durante la II República y la guerra civil. Asimismo, las páginas del libro sirven para descubrir su lado menos conocido en los retratos de figuras de la cultura y estrellas de cine, los reportajes de calle o las fotografías de estudio, que son espejo de la sociedad de toda una época.

Una parte de las imágenes que componen este nuevo volumen de la colección PHotoBolsillo son de especial interés dado que nunca se habían publicado anteriormente. Procedentes del estudio de Campúa, se trata de fotografías que no habían visto la luz al formar parte de encargos privados o de amplios reportajes, de los que los periódicos de la época apenas entresacaban una o dos instantáneas.

El trabajo conjunto de la familia del fotógrafo con Chema Conesa –director de la colección– ha permitido descubrir rostros y modas de la época, momentos cotidianos del Madrid de posguerra o los encuadres menos vistos de las visitas oficiales de Francisco Franco, incluyendo un primer plano de sus manos realizado para un estudio grafológico.

Campúa falleció unos meses antes que Franco y no tuvo la oportunidad que vivieron otros fotógrafos de seguir desarrollando su oficio en tiempos de democracia, por lo que su figura cayó en el olvido”, explica su bisnieta. “Este libro es, por tanto, una oportunidad para redescubrir su obra y darle el lugar que le corresponde en la historia de la fotografía española”.

Sobre el autor

José Demaría Vázquez (Madrid, 1900-1975), conocido como “Campúa”, fue reportero gráfico y empresario del teatro y del cine. Colaboró con importantes medios de la época como Mundo Gráfico, La Esfera o Nuevo Mundo. Cubrió las campañas de África, así como multitud de eventos y sucesos del día a día, desde carreras de motor hasta accidentes de tranvía. En 1922 fue el único fotógrafo que acompañó a Alfonso XIII en su famoso viaje a Las Hurdes y, durante la guerra civil, se unió al bando nacional realizando incontables fotografías tanto en el frente como en la retaguardia. También fotografió a innumerables personalidades de la sociedad, las artes y la política, incluyendo a Truman Capote o Gregory Peck, entre muchos otros.

> Más información y ejemplares

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El Madrid de Campúa (XI): Las fiestas de San Isidro

Siempre pendiente de la actualidad de las calles de Madrid, José Demaría Vázquez «Campúa» realizó varios reportajes de las fiestas de San Isidro, en especial en los años de postguerra. Uno de los primeros registros que se conserva es de 1950, realizado muy probablemente para el diario Informaciones.

Aquel año Pepe Campúa retrató tanto la procesión como la ofrenda al patrón de Madrid que tuvo lugar el 15 de mayo, así como el pregón previo que se leyó una semana antes, el 7 de mayo y con el que dieron inicio las fiestas. En la procesión participaron varias autoridades de la época, como el ministro de Agricultura, Carlos Rein y varios cargos del Ayuntamiento, así como miembros de las Asociaciones de Ganaderos y Labradores y una escuadra de la Guardia Civil. La ceremonia estuvo presidida por el patriarca de las Indias Occidentales y el entonces obispo de la diócesis de Madrid-Alcalá, Monseñor Eijo Garay.

Recorte realizado sobre el contacto fotográfico para seleccionar la parte de la fotografía que sería publicada.

Recorte realizado sobre el contacto fotográfico para seleccionar la parte de la fotografía que sería publicada con el entonces obispo de la diócesis de Madrid-Alcalá, Monseñor Eijo Garay.

Nota informativa firmada por Víctor Babot con la previsión del recorrido de la procesión de San Isidro

Nota informativa firmada por Víctor Babot con la previsión del recorrido de la procesión de San Isidro

Junto con las fotografías, en el archivo de Campúa se conserva también una breve nota informativa, firmada por Víctor Babot, que reseñaba el recorrido de la procesión de San Isidro por las calles del centro de Madrid:

«A las siete de la tarde saldrá la tradicional procesión que recorrerá las calles de Toledo, Tintoreros, Puerta Cerrada y Sacramento, cantándose una salve ante la virgen de la Almudena, patrona de Madrid en el atrio de su iglesia. Continuará el cortejo por la calle Mayor, Ciudad Rodrigo y Plaza Mayor donde se hará la ofrenda de los frutos del campo por las muchachas de la Hermandad de la Ciudad y el Campo y continuará por la calle de Toledo a la Catedral donde se dará a besar la reliquia del Santo.

La ofrenda de frutos se celebrará durante la procesión en la Plaza Mayor. El grupo de danzas de la ciudad y el Campo ejecutará delante del Santo diversas danzas campesinas de la Edad Media»

Pero, además de las fiestas religiosas, Campúa también retrató otros eventos que se celebraban en Madrid en torno a las fiestas del santo patrón, como el premio internacional de motocicletas y de motos con side-car que se celebró aquel año en el Parque del Retiro, en el circuito del Paseo de Coches. El ganador de la carrera de side-cars fue Jean Murti y los pilotos José Redruello y su «paquete» Manuel García protagonizaron una espectacular caída. Por su parte los vencedores de la prueba de 500 cc. fueron Pagani, oampeón del mundo y Aranda y Ortuetaclasificados en segundo y tercer lugar.

Cartel de las fiestas de San Isidro en Madrid en 1969

Cartel de las fiestas de San Isidro en Madrid en 1969

Una visión distinta de las fiestas madrileñas, casi dos décadas más tarde, la encontramos en el archivo de José Demaría Vázquez «Campúa» con su reportaje de 1969, año en el que el pregón fue leído por Enrique de Aguinaga, cronista de la Villa, desde el balcón de la Casa de la Panadería en la Plaza Mayor de Madrid. Al terminar el pregón una gran «mascletá» organizada por la Pirotecnia Bosch, llenó la plaza de ruido y humo. Al acto asistió, además, el escuadrón de la Policía Municipal de gala que ofreció un concierto con desfile de gigantes y cabezudos, del que no se conservan fotografías.

Cuarenta años sin Campúa

José Demaría Vázquez "Campúa" en su estudio en los años 40

José Demaría Vázquez «Campúa» en su estudio en los años 40

El 28 de febrero de 1975 falleció José Demaría Vázquez, conocido como Pepe Campúa. Se cumplen, por tanto, ahora cuatro décadas de su muerte. Un tiempo en el que tanto España como la fotografía han cambiado enormemente. Su obra, relegada durante décadas, recobra ahora el interés y vuelve a ver a luz en una época en la que la imagen fotográfica está siendo cada vez más valorada y recuperada.

Campúa fue uno de los principales fotógrafos españoles del siglo XX, además de empresario teatral y cinematográfico. Se ha afirmado en ocasiones que nació en Jerez de la Frontera, al igual que su padre el también fotógrafo José L. Demaría López «Campúa», sin embargo los documentos oficiales señalan que nació el 18 de septiembre de 1900 en Madrid, en la calle San Hermenegildo, para luego posiblemente ser inscrito en Jerez y conservar la tradición familiar.

Se forma en el liceo francés y obtiene el título de bachillerato, tras el cual comienza a desarrollar su vocación por la fotografía y el periodismo -en contra de la voluntad de su padre que quería que estudiara ingeniería- y con 19 años se independiza y crea la «Agencia Express». En aquella época también se siente atraído por las artes plásticas y frecuenta el estudio de Joaquín Sorolla donde realiza sesiones fotográficas a modelos y actrices.

Alfonso XIII firmó para Pepe Campúa un retrato de ambos durante su visita a Las Hurdes en 1922

Alfonso XIII firmó para Pepe Campúa un retrato de ambos durante su visita a Las Hurdes en 1922

Empieza a colaborar en diversos medios como El Fígaro, Mundo Gráfico y La Esfera, entre otros. Realiza dos viajes como periodista para cubrir las Guerras de Marruecos en 1921 y 1922. A su regreso de África alcanzó gran prestigio cuando en 1922 fue el único reportero gráfico que, elegido por sorteo, acompañó a Alfonso XIII en su viaje a Las Hurdes. En esos años estuvo considerado entre los mejores reporteros gráficos españoles junto a Alfonso Sánchez PortelaJosé María Díaz Casariego y Luis Ramón Marín que estuvieron trabajando en equipo en la publicación Mundo Gráfico que dirigió su padre hasta poco antes de su asesinato en 1936. Fotografió frecuentemente las actividades de la Casa Real y también de los gobernantes en el periodo de la II República, cubrió acontecimientos de actualidad como los sucesos de Casas Viejas o la Revolución de Asturias no sólo con su cámara fotográfica sino también con la de película.

Además de trabajar como reportero, desarrolló su actividad como empresario cinematográfico, primero en la gestión del cine Royalty y luego poniendo en marcha el cine Actualidades, donde proyectaba sus propios reportajes y noticias. En 1935 inaugura el cine Madrid-París en la antigua sede de los almacenes del mismo nombre en la Gran Vía madrileña.

Campúa durante la guerra civil en una imagen tomada probablemente en Gernika

Campúa durante la guerra civil en una imagen tomada probablemente en Gernika

En junio de 1936 constituye la Unión de Informadores Gráficos y ocupa el cargo de presidente. Con el estallido de la Guerra Civil y tras el asesinato de su padre en septiembre de 1936 se refugia en la Embajada Argentina y, desde allí, a través de Alicante sale de España en la embarcación Tucumán hasta las costas de Marsella. Desde allí entra a la zona Nacional y comienza a trabajar desde San Sebastián cubriendo el conflicto bélico tanto en el frente como en la retaguardia. Durante la guerra también obtiene un permiso para ir a Roma en 1938 para cubrir como fotógrafo el bautizo de Juan Carlos ISin embargo junto a otros fotógrafos permitidos por el franquismo colaboró en la revista Fotos fundada en 1937 por Manuel Fernández Cuesta y que se estuvo editando hasta 1963 con una alta calidad técnica.

Autorretrato de Campúa, tomado en los años 40 y registrado con el nº 13 en su archivo

Autorretrato de Campúa, tomado en los años 40 y registrado con el nº 13 en su archivo

Acabada la contienda retoma con intensidad su actividad de empresario teatral y de cine, terreno en el que ayudará a iniciar la carrera de reconocidos artistas del espectáculo, pero sin abandonar la labor de fotógrafo tanto de estudio como periodístico. Por su estudio -que primero estuvo ubicado en la Avenida de José Antonio (actual Gran vía) entre 1941 y 1948 y luego en la calle Bárbara de Braganza desde 1949 hasta su muerte- pasaron multitud de personajes de la sociedad, las artes y la política para tener un retrato de Campúa. Entre 1941 y 1947 trabajó en dicho estudio el fotógrafo húngaro Gyenes hasta que éste último montó su propio estudio.

En 1940 y 1941 trabajó para la Casa del Generalísimo como encargado de la programación de cine del Palacio de El Pardo. En 1942 fue acusado de haber pertenecido a una logia masónica durante finales de los años 20 y principios de los 30. Fue condenado por ello el 7 de julio de 1942 y pasó algo más de tres meses en la Cárcel de Porlier hasta que el 19 de octubre le conmutaron la pena por la de inhabilitación y reclusión menor.

Crea la Agencia Gráfica Campua, que colaborará con La Vanguardia, el ABC¡Hola! y otras publicaciones nacionales como extranjeras. Era considerado el fotógrafo habitual de Franco y de la Casa Real española.

En 1925 se casó con Esther Piñerúa Fernández del Nogal. Con ella tuvo una única hija, Esther Demaría Piñerúa, que no continuó con la tradición familiar, por lo que al fallecer Pepe Campúa el estudio, que en aquella época se encontraba en la madrileña calle de Bárbara de Braganza, se cerró. Su archivo y sus materiales fotográficos fueron guardados y no pudieron ser sacados a la luz hasta décadas despúes.

Campúa fotografiado por J.M. García en 1967 durante una entrevista con Televisión Española

Campúa fotografiado por J.M. García en 1967 durante una entrevista con Televisión Española

Desde 2006 una calle en Jerez lleva su nombre a propuesta de la asociación cultural jerezana Cine-Club Popular de Jerez. En 2010, la figura de Campúa es recuperada, junto con la de otros tres fotógrafos (Alfonso Sánchez PortelaJosé María Díaz-Casariego y Luis Ramón Marín) en el documental «Héroes sin armas«, dirigido por Ana Pérez de la Fuente y Marta Arribas y promovido por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales. En él se relata el trabajo que realizaron estos tres fotógrafos durante la Guerra Civil española y, especialmente, en el Frente de Madrid.

Campúa visto por la pintora Magda Andrade

Retomamos esta sección del blog, «Campúa visto por otros», que hace tiempo que no actualizábamos para sacar a la luz un retrato de José Demaría Vázquez «Campúa» realizado por una pintora olvidada en el panorama latinoamericano del arte contemporáneo: Magda Andrade.

José Demaría Vázquez "Campúa" retratado por la pintora Magda Andrade

José Demaría Vázquez «Campúa» retratado por la pintora Magda Andrade

De origen venezolano, Magdalena Schlottman Andrade (1900), inicia sus estudios en la ciudad de Osnabruch (Alemania) en el Convento de Las Ursulinas, para posteriormente ser trasladada a Berlín en el mismo instituto. Tiempo después su padre Gustavo Schlottman es nombrado Cónsul General de Venezuela en Buenos Aires, lugar donde la futura artista permanece hasta 1931 dedicada a los estudios de pintura. Allí inicia sus clases con el profesor Max Orcikowsky, para frecuentar más tarde la escuela de Arte Libre.

Regresa a su patria siendo una adolescente y es entonces cuando sus obras tienen aceptación en el panorama artístico de la capital de Venezuela. El antiguo Ateneo de Caracas organizó una exposición con obras de pintoras venezolanas, entre ellas Magda Andrade y algunas de las escasas mujeres artistas que entonces habían podido alcanzar renombre.

Gracias a uno de sus cuadros es becada por el gobierno de Venezuela en diciembre de 1933 y emprende su viaje a París, donde guiará sus estudios el pintor André Lothe. Cuatro años más tarde es instruida por Othon Friesz y Marcel Gromaire, quienes ejercieron gran influencia en la pintora. Llegó a convertirse en la primera mujer que expuso sus obras en la exigente galería Wildenstein de Nueva York. Pero ella no quería ser «imitadora de la legión de pintores que acuden a la ciudad luz» y fue adquiriendo un estilo personal. Desde entonces se dedicó fundamentalmente a realizar retratos, como este de Campúa que le entregó el 1 de diciembre de 1952 tal y como atestiguan estas fotos del archivo personal de José Demaría Vázquez.

Un año antes la pintora había realizado una exposición en Madrid, en los salones Ana de Pombo, situados en la calle Claudio Coello con retratos realizados en España. En aquella época La Vanguardia dio noticia de la inauguración en su edición del 4 de diciembre de 1951:

La producción que exhibe la pintora venezolana Magda Andrade no es -como la mayoría de las veces que se anuncia el nombre de una mujer esperan los críticos- el resultado de un mero pasatiempo femenino […] sino la sincera expresión de una vocación artística cumplida con honestidad, gracia y arte.

El retrato de Campúa guarda el estilo colorista de la pintora y en él el fotógrafo aparece con su cámara de fotos Rolleiflex, una de las que más frecuentemente utilizaba en sus reportajes, en la mano derecha. La pose recuerda a otro óleo, un retrato de José Luis Demaría López, Campúa padre realizado a principios del siglo XX, pero con un estilo mucho más moderno y colorista. El retrato se conservó durante décadas como parte de la decoración del estudio de Campúa en Bárbara de Braganza, colgado en el salón en el que recibía a sus clientes como puede verse en la siguiente fotografía.

Salón del estudio de Campúa en Bárbara de Braganza

Salón del estudio de Campúa en Bárbara de Braganza, con el cuadro de Magda Andrade colgado al fondo de la imagen.

 

 

Otto Skorzeny ante la cámara de Campúa: un nazi en Madrid

Pasaporte de Otto Skorzeny emitido en Madrid en el que figura su domicilio en la Avenida de José Antonio, 44 (actual Gran Vía)

Pasaporte de Otto Skorzeny emitido en Madrid en el que figura su domicilio en la Avenida de José Antonio, 44 (actual Gran Vía)

Entre los personajes que retrató José Demaría Vázquez «Campúa» se encuentra también Otto Skorzeny (Viena, 1908-Madrid, 1975), ingeniero y coronel austríaco de las Waffen-SS, que estuvo al mando de la unidad Friedentahler y ejerció como especialista en operaciones especiales a las órdenes de Adolf Hitler. Fue conocido como el hombre más peligroso de Europa y, entre diversos hechos se le atribuye el haber rescatado a Mussolini de su secuestro en 1943 y también el haber asesinado al científico Nikola Tesla.

Al concluir la Segunda Guerra Mundial, Skorzeny logró huir con ayuda de algunos excompañeros de las SS y, tras una primera parada se trasladó a Buenos Aires, donde se dice que ejerció como asistente de Juan Domingo Perón y como guardaespaldas de su esposa, Eva Perón.

Otto Skorzeny en Madrid, fotografiado por Campúa en 1958

Otto Skorzeny en Madrid, fotografiado por Campúa en 1958

Más tarde se establecería durante un tiempo en Irlanda y, desde allí, haría constantes viajes a España donde establecería finalmente su residencia. En Madrid viviría durante dos décadas, hasta su fallecimiento y en la capital española llevaría una vida aparentemente normal, aunque existen documentos que afirman que durante esos años fue uno de los principales agentes de ODESSA, una red de colaboración integrada por antiguos miembros de las SS que se ocupaba de facilitar la huída de nazis hacia América Latina. En 1970 concedió una entrevista a Antonio Alférez para el diario ABC en la que afirmaba:

«Yo no soy ningún refugiado político. Estoy en España simplemente porque me gusta. España es mi segunda patria y aquí terminaré mi vida».

El ex coronel nazi Otto Skorzeny en un kiosko de prensa en Madrid. Foto realizada por Campúa en 1958

El ex coronel nazi Otto Skorzeny en un kiosko de prensa en Madrid. Foto realizada por Campúa en 1958

Durante esos años en Madrid, Campúa le retrató en algunas ocasiones, entre las que destaca un reportaje en el que se mostraba la vida aparentemente normal que el ex coronel nazi llevaba en la ciudad. Las fotos le retratan al volante de un coche, viendo la prensa en un kiosko, tomando el autobús en la Plaza de Ruiz de Alda, actual Glorieta de López de Hoyos o recibiendo a una señorita en lo que parece ser su casa en Madrid, una vivienda similar a las que se conservan hoy en el barrio de El Viso -pese a que en su pasaporte figuraba la Avenida de José Antonio cómo lugar de residencia.

En una de las imágenes aparece también el periodista Víctor de la Serna, lo cual indica que posiblemente las fotografías fueron tomadas para ilustrar una entrevista o reportaje realizado por él a Otto Skorzeny. En el archivo del nazi, vendido en Estados Unidos hace algunos años, figuran entre otros documentos dos recomendaciones de visados firmadas por de la Serna dirigidas a diplomáticos españoles en Alemania.

Otra de las ocasiones en las que Campúa retrató a Otto Skorzeny fue con motivo de una conferencia ofrecida por éste último en el Instituto Nacional de Industria sobre el tema «Diques flotantes» el 19 de marzo de 1958.

Una de las imágenes fue publicada como fotonoticia abriendo la portada del diario La Vanguardia el 21 de marzo de 1958, destacando en su pie que Skorzeny fue el responsable de la liberación de Mussolini.

Cabecera y fotonoticia de La Vanguardia con el pie: MADRID.- Otto Skorzeny, el oficial alemán que liberó a Mussolini de su prisión, pronuncia una conferencia en el Instituto Nacional de Industria sobre el tema "Diques flotantes".

Cabecera y fotonoticia de La Vanguardia con el siguiente pie:
MADRID.- Otto Skorzeny, el oficial alemán que liberó a Mussolini de su prisión, pronuncia una conferencia en el Instituto Nacional de Industria sobre el tema «Diques flotantes».

El viaje de Campúa a la Italia de Mussolini

En noviembre de 1923 José Demaría Vázquez «Campúa» realizó la primera cobertura internacional de un viaje oficial de la que se tiene constancia en su carrera. El joven fotógrafo, con tan solo 23 años, ya había estado en la guerra de Marruecos y había retratado a Alfonso XIII en numerosos actos y viajes, como el realizado a Las Hurdes en 1922. Después de aquel viaje tuvo que viajar a Suiza para reponerse, por su delicada salud pulmonar que se había deteriorado por las duras condiciones hurdanas. Sin embargo en junio de 1923 ya estaba de vuelta en Madrid para reincorporarse al trabajo como fotógrafo en las publicaciones de Prensa Gráfica Española.

Ese año, entre el 19 y el 28 de noviembre los reyes de España, Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battemberg emprendieron junto al general Miguel Primo de Rivera un viaje a Italia para encontrarse con Víctor Manuel III y su esposa Elena de Montenegro, así como con Benito Mussolini que llevaba poco más de un año como presidente del Consejo de Ministros del gobierno italiano.

Fotografía de Campúa publicada en La Esfera el 1 de diciembre de 1923 con el siguiente pie:SS. MM. los Reyes de Italia y España, el Príncipe heredero y  Mussolini y Primo de Rivera en las maniobras militares de los señores Centocelle.

Fotografía de Campúa publicada en La Esfera el 1 de diciembre de 1923 con el siguiente pie:
SS. MM. los Reyes de Italia y España, el Príncipe heredero y
Mussolini y Primo de Rivera en las maniobras militares de los señores Centocelle.

Varios periodistas y fotógrafos -además de Campúa consta que al menos Marín, Duque, Vidal y Ortiz– fueron como enviados especiales en aquel viaje, a bordo del buque Jaime I, que salió de Valencia rumbo a Roma. De hecho, tal y como relató ABC en la crónica del viaje, la Asociación de la Prensa italiana celebró la noche del 19 de noviembre una recepción en honor a los periodistas españoles que habían acompañado al séquito real. Asistieron al acto numerosas personalidades del mundo del periodismo y la política […]. Se pronunciaron elocuentes brindis de confraternidad.

La revista de actualidad Nuevo Mundo daba el 30 de noviembre de 1923 la crónica completa del viaje ilustrada con numerosas fotos de Campúa:

Roma, Florencia, Nápoles. Las ciudades gloriosas de la vieja Italia han asistido vibrantes de entusiasmo al paso de los Reyes de España.

El viaje, por encima de las rigideces del protocolo y las exigencias de la etiqueta, ha tenido extrema valoración de que, durante él, el pueblo italiano ha demostrado cien veces sus simpatías hacia nuestros Reyes, poniendo en las recepciones oficiales ese calor cordial que da el contacto y el aplauso de las muchedumbres.

Durante varios días Italia y, sobre todo, la nueva Italia que con el fascismo resurge de las inquietudes y tenebrosidades de la postguerra, ha rendido a los Reyes de España un tributo de admiración, un entusiasta homenaje.

Alfonso XIII fotografiado por Campúa mientras colocaba una corona de laurel en la tumba del Soldado Desconocido.

Alfonso XIII fotografiado por Campúa mientras colocaba una corona de laurel en la tumba del Soldado Desconocido.

Una de las visitas más destacadas por la prensa fue la de Alfonso XIII y Victoria Eugenia al Panteón, donde visitaron el sepulcro de Victor Manuel II y la tumba del Soldado Desconocido. Tal y como relataba en su crónica del viaje el periodista Rafael Sánchez Maza en ABC el 21 de noviembre de 1923:

Los Reyes de España depositaron una artística corona, que en los lazos, de los colores nacionales, lucía una inscripción con los nombres de Alfonso XIII y Victoria. Después, acompañados por el embajador español y por algunas personas de su séquito, los Soberanos marcharon a visitar la tumba del Soldado Desconocido, donde depositaron flores. El ramo de la Reina estaba formado por flores españolas y el del Rey era una guirnalda de laureles.

Doble página de La Esfera publicada el 1 de diciembre de 1923 con fotografías del viaje de Alfonso XIII a Roma realizadas por Campúa y Ortiz

Doble página de La Esfera publicada el 1 de diciembre de 1923 con fotografías del viaje de Alfonso XIII a Roma realizadas por Campúa y Ortiz

Fotografía de Campúa publicada en La Esfera y Nuevo Mundo de la audiencia del papa Pío XI a los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia en el Vaticano en 1923.

Fotografía de Campúa publicada en La Esfera y Nuevo Mundo de la audiencia del papa Pío XI a los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia en el Vaticano en 1923.

Benito Mussolini retratado por José Demaría Vázquez "Campúa" durante el viaje de los reyes y Primo de Rivera a Italia

Benito Mussolini retratado por José Demaría Vázquez «Campúa» durante el viaje de los reyes y Primo de Rivera a Italia

Los reyes visitaron, entre otros lugares, el palacio del Quirinal, las Termas de Caracalla, las ruinas de Pompeya, Nápoles y el Vaticano, donde fueron recibidos por el papa Pio XI. Hacía cuatro siglos que ningún rey español había viajado a Roma y el viaje era especialmente importante, además Alfonso XIII había querido visitar anteriormente al papa Benedicto XV en el Vaticano, pero las circunstancias internacionales se lo impidieron. Difícilmente podría imaginar el monarca que la capital italiana sería la ciudad en la que acabaría en 1941 sus días durante el exilio.

Además, el general Primo de Rivera acababa de instaurar una dictadura en España y se ha hecho una lectura de este viaje en clave de sintonía entre Mussolini y el general español. Lo que sin duda se puede afirmar es que el viaje contribuyó a mejorar las declaraciones bilaterales de ambos estados. Según el diario italiano La Stampa se había cumplido el deseo de que Italia fortaleciese las relaciones con aquellos estados cuyos intereses y orientaciones coinciden con los nacionales. El propio Primo de Rivera declaró: «El viaje de Sus Majestades marca la iniciación de una unión indisoluble entre los dos pueblos».

La visita concluyó el 28 de noviembre, noche en que los reyes y su séquito volvieron a embarcar rumbo a España, llegando primero al puerto de Palma de Mallorca y luego al de Barcelona.

 

Ya en Madrid, sin la premura de enviar las fotografías de actualidad de la visita oficial, José Demaría Vázquez «Campúa» aprovechó para sacar a la luz otras instantáneas del viaje como una magnífica vista del Coliseo que publicó La Esfera el 22 de diciembre de 1923:

Fotografía del Coliseo realizada por Campúa y publicada por La Esfera el 22 de diciembre de 1923

Fotografía del Coliseo realizada por Campúa y publicada por La Esfera el 22 de diciembre de 1923

Y, desde luego, otra parte destacable del trabajo de aquel viaje fueron las fotos aéreas que, desde un globo dirigible, el joven Campúa tomó de los monumentos clásicos romanos. El fotógrafo, que ya había demostrado su valentía al capturar imágenes desde cualquier medio de locomoción -aunque le valiera un accidente en la cobertura de la guerra de Marruecos-, mostraba ahora una visión de Roma muy poco acostumbrada para la época.

Doble página publicada en Nuevo Mundo el 21 de diciembre de 1923 con las fotos aéreas de Roma tomadas por Campúa desde el zepelín Hesperia

Doble página publicada en Nuevo Mundo el 21 de diciembre de 1923 con las fotos aéreas de Roma tomadas por Campúa desde el zepelín Hesperia

El artículo de Nuevo Mundo, titulado «Un vuelo sobre Roma», describía de esta manera el reportaje con fotos de Pepe Campúa:

Como recuerdos del reciente y triunfal viaje de nuestros monarcas a Roma, publicamos estas diversas fotografías de monumentos romanos vistos desde el dirigible «Hesperia». Contempladas así, desde las alturas, aquellas piedras venerables doradas por el sol de tantos siglos, parecen adquirir más imponente grandeza, destacadas sobre el montón de construcciones que a su alrededor se agrupan.

José Demaría Vázquez «Campúa» en el Berlín de postguerra, un reportaje y un misterio que resolver

El 2 de mayo de 1945 el General Helmuth Weidling, último comandante nazi alemán de Berlín, se rendía con el resto de sus tropas, dos días antes Adolf Hitler se había suicidado y seis días después se daría por terminada la Segunda Guerra Mundial. En aquel momento gran parte de Berlín se encontraba en ruinas. Más de 600 mil viviendas habían sido reducidas a escombros y apenas quedaba en la ciudad poco más de la mitad de su población original. También habían quedado seriamente dañados algunos de los principales edificios de la capital: el Palacio del Kaiser, la catedral, el Palacio de los Deportes, la histórica Puerta de Brandenburgo…

Las siguientes fotografías figuran en el archivo de Pepe Campúa sin que en ellas se haya encontrado la fecha exacta, consignadas solamente como «Berlín después de la Segunda Guerra Mundial, 1945». Tampoco se ha encontrado aún de ellas un registro de hemeroteca que permita saber si fueron publicadas y en qué días, por lo que es posible que sean inéditas.

Fotografía con la siguiente leyenda en el reverso: "Berlín Oriental, restos del Palacio Real o del Kaiser", con sello del estudio de Campúa en Bárbara de Braganza (con lo cual fue positivado a partir de 1949, año en la que el fotógrafo empieza a trabajar en esta sede)

Fotografía con la siguiente leyenda en el reverso:
«Berlín Oriental, restos del Palacio Real o del Kaiser»
con sello del estudio de Campúa en Bárbara de Braganza, lo cual indica que pudiera haber sido positivado a partir de 1949, año en la que el fotógrafo empieza a trabajar en esta sede.

Resulta paradójico que, durante el año en que acabó la Segunda Guerra Mundial, el fotógrafo se encontraba bajo pena de reclusión menor, tras haber sido juzgado en 1942 por el Tribunal Especial de Represión de la Masonería y el Comunismo, que le condenó acusado de haber pertenecido a una logia masónica.

Al encontrarse en reclusión menor, Pepe Campúa tenía que solicitar permiso para salir de la ciudad de Madrid y así lo hizo, según consta en los archivos del Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH), para ir cinco días primero y quince días después a San Sebastián en octubre de 1943; veinticinco días en agosto de 1944 para ir a Cestona y San Sebastián; y seis meses a partir de junio de 1946 para viajar por motivos de trabajo a EE.UU. y Reino Unido. No figura, por tanto, entre dichos permisos ninguno para viajar en 1945 a Alemania (el viaje, por los clichés existentes, incluyó al menos Berlín y Munich). Esto puede deberse a que no se conserven todos los documentos en el CDMH, a que el permiso se concediera por otra vía, al improbable caso de que Campúa viajase sin autorización o a la posibilidad de que las fotos no sean de su autoría, pese a encontrarse en su archivo, aunque algunos rasgos de la composición van en la línea de otras de sus obras.

Con la información de la que disponemos actualmente no es posible determinar cuál de esas circunstancias se dieron, pero sería a partir del 23 de julio de 1946 cuando el Consejo de Ministros le conmutaría la pena de reclusión menor por la de inhabilitación y separación para cargos políticos y sindicales, así que otra posibilidad es que el viaje sea posterior a esa fecha, a partir del momento en que Pepe Campúa pudo volver a viajar libremente, como lo hizo a menudo durante los años 50 y 60 por Alemania y el resto de Europa.