Cuarenta años sin Campúa

José Demaría Vázquez "Campúa" en su estudio en los años 40

José Demaría Vázquez «Campúa» en su estudio en los años 40

El 28 de febrero de 1975 falleció José Demaría Vázquez, conocido como Pepe Campúa. Se cumplen, por tanto, ahora cuatro décadas de su muerte. Un tiempo en el que tanto España como la fotografía han cambiado enormemente. Su obra, relegada durante décadas, recobra ahora el interés y vuelve a ver a luz en una época en la que la imagen fotográfica está siendo cada vez más valorada y recuperada.

Campúa fue uno de los principales fotógrafos españoles del siglo XX, además de empresario teatral y cinematográfico. Se ha afirmado en ocasiones que nació en Jerez de la Frontera, al igual que su padre el también fotógrafo José L. Demaría López «Campúa», sin embargo los documentos oficiales señalan que nació el 18 de septiembre de 1900 en Madrid, en la calle San Hermenegildo, para luego posiblemente ser inscrito en Jerez y conservar la tradición familiar.

Se forma en el liceo francés y obtiene el título de bachillerato, tras el cual comienza a desarrollar su vocación por la fotografía y el periodismo -en contra de la voluntad de su padre que quería que estudiara ingeniería- y con 19 años se independiza y crea la «Agencia Express». En aquella época también se siente atraído por las artes plásticas y frecuenta el estudio de Joaquín Sorolla donde realiza sesiones fotográficas a modelos y actrices.

Alfonso XIII firmó para Pepe Campúa un retrato de ambos durante su visita a Las Hurdes en 1922

Alfonso XIII firmó para Pepe Campúa un retrato de ambos durante su visita a Las Hurdes en 1922

Empieza a colaborar en diversos medios como El Fígaro, Mundo Gráfico y La Esfera, entre otros. Realiza dos viajes como periodista para cubrir las Guerras de Marruecos en 1921 y 1922. A su regreso de África alcanzó gran prestigio cuando en 1922 fue el único reportero gráfico que, elegido por sorteo, acompañó a Alfonso XIII en su viaje a Las Hurdes. En esos años estuvo considerado entre los mejores reporteros gráficos españoles junto a Alfonso Sánchez PortelaJosé María Díaz Casariego y Luis Ramón Marín que estuvieron trabajando en equipo en la publicación Mundo Gráfico que dirigió su padre hasta poco antes de su asesinato en 1936. Fotografió frecuentemente las actividades de la Casa Real y también de los gobernantes en el periodo de la II República, cubrió acontecimientos de actualidad como los sucesos de Casas Viejas o la Revolución de Asturias no sólo con su cámara fotográfica sino también con la de película.

Además de trabajar como reportero, desarrolló su actividad como empresario cinematográfico, primero en la gestión del cine Royalty y luego poniendo en marcha el cine Actualidades, donde proyectaba sus propios reportajes y noticias. En 1935 inaugura el cine Madrid-París en la antigua sede de los almacenes del mismo nombre en la Gran Vía madrileña.

Campúa durante la guerra civil en una imagen tomada probablemente en Gernika

Campúa durante la guerra civil en una imagen tomada probablemente en Gernika

En junio de 1936 constituye la Unión de Informadores Gráficos y ocupa el cargo de presidente. Con el estallido de la Guerra Civil y tras el asesinato de su padre en septiembre de 1936 se refugia en la Embajada Argentina y, desde allí, a través de Alicante sale de España en la embarcación Tucumán hasta las costas de Marsella. Desde allí entra a la zona Nacional y comienza a trabajar desde San Sebastián cubriendo el conflicto bélico tanto en el frente como en la retaguardia. Durante la guerra también obtiene un permiso para ir a Roma en 1938 para cubrir como fotógrafo el bautizo de Juan Carlos ISin embargo junto a otros fotógrafos permitidos por el franquismo colaboró en la revista Fotos fundada en 1937 por Manuel Fernández Cuesta y que se estuvo editando hasta 1963 con una alta calidad técnica.

Autorretrato de Campúa, tomado en los años 40 y registrado con el nº 13 en su archivo

Autorretrato de Campúa, tomado en los años 40 y registrado con el nº 13 en su archivo

Acabada la contienda retoma con intensidad su actividad de empresario teatral y de cine, terreno en el que ayudará a iniciar la carrera de reconocidos artistas del espectáculo, pero sin abandonar la labor de fotógrafo tanto de estudio como periodístico. Por su estudio -que primero estuvo ubicado en la Avenida de José Antonio (actual Gran vía) entre 1941 y 1948 y luego en la calle Bárbara de Braganza desde 1949 hasta su muerte- pasaron multitud de personajes de la sociedad, las artes y la política para tener un retrato de Campúa. Entre 1941 y 1947 trabajó en dicho estudio el fotógrafo húngaro Gyenes hasta que éste último montó su propio estudio.

En 1940 y 1941 trabajó para la Casa del Generalísimo como encargado de la programación de cine del Palacio de El Pardo. En 1942 fue acusado de haber pertenecido a una logia masónica durante finales de los años 20 y principios de los 30. Fue condenado por ello el 7 de julio de 1942 y pasó algo más de tres meses en la Cárcel de Porlier hasta que el 19 de octubre le conmutaron la pena por la de inhabilitación y reclusión menor.

Crea la Agencia Gráfica Campua, que colaborará con La Vanguardia, el ABC¡Hola! y otras publicaciones nacionales como extranjeras. Era considerado el fotógrafo habitual de Franco y de la Casa Real española.

En 1925 se casó con Esther Piñerúa Fernández del Nogal. Con ella tuvo una única hija, Esther Demaría Piñerúa, que no continuó con la tradición familiar, por lo que al fallecer Pepe Campúa el estudio, que en aquella época se encontraba en la madrileña calle de Bárbara de Braganza, se cerró. Su archivo y sus materiales fotográficos fueron guardados y no pudieron ser sacados a la luz hasta décadas despúes.

Campúa fotografiado por J.M. García en 1967 durante una entrevista con Televisión Española

Campúa fotografiado por J.M. García en 1967 durante una entrevista con Televisión Española

Desde 2006 una calle en Jerez lleva su nombre a propuesta de la asociación cultural jerezana Cine-Club Popular de Jerez. En 2010, la figura de Campúa es recuperada, junto con la de otros tres fotógrafos (Alfonso Sánchez PortelaJosé María Díaz-Casariego y Luis Ramón Marín) en el documental «Héroes sin armas«, dirigido por Ana Pérez de la Fuente y Marta Arribas y promovido por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales. En él se relata el trabajo que realizaron estos tres fotógrafos durante la Guerra Civil española y, especialmente, en el Frente de Madrid.

Sanjurjo en el penal de El Dueso fotografiado clandestinamente por Campúa

En los primeros años de la carrera periodística de José Demaría Vázquez «Campúa» uno de los reportajes que terminó por consagrarle fue el tomado -al parecer de forma clandestina- al general Sanjurjo en el penal de El Dueso (Cantabria) en 1934. Ambos se conocían desde años antes, cuando coincidieron en las campañas de la Guerra de África que cubrió el fotógrafo y también porque el reportero había sido amigo del hijo del general, Justito Sanjurjo, ya que compartieron juntos estancia en Suiza en 1923.

Incendios durante la "Sanjurjada" en Sevilla en agosto de 1932 fotografiados por Pepe Campúa para como enviado  especial de Mundo Gráfico

Incendios durante la «Sanjurjada» en Sevilla en agosto de 1932 fotografiados por Pepe Campúa para como enviado especial de Mundo Gráfico

José Sanjurjo Sacanell (Pamplona, 1872 – Estoril, 1936) había sido un militar destacado en España durante la monarquía de Alfonso XIII y la dictadura de Primo de Rivera. Sin embargo, con la llegada de la Segunda República manifestó su oposición al nuevo régimen y, siendo director general de Carabineros y ex director general de la Guardia Civil, se sublevó en Sevilla el 10 de agosto de 1932. La rebelión, conocida como la «Sanjurjada» fue fotografiada por Pepe Campúa en Sevilla como enviado especial de Mundo Gráfico y Nuevo Mundo. Esta «jornada sediciosa», como la denominaron dichas publicaciones, tuvo como consecuencia la entrega de Sanjurjo ante Miguel Romero, guardia de seguridad de Huelva, su detención y su condena a muerte, aunque dicha sentencia le fue conmutada por la cadena perpetua.

A finales de agosto el líder de la revuelta fue encarcelado en el Penal de El Dueso y su caso siguió siendo de plena actualidad en los meses siguientes, fruto de lo cual se publicarían varios reportajes en Mundo Gráfico y Nuevo Mundo, firmados por Juan Ferragut, en los cuales se explicaba el modo de vida en la prisión, las habitaciones, el ambiente, el trabajo de los presos, con fotos de Campúa de otros presos, pero sin mostrar a Sanjurjo más que en un retrato de archivo. Ferragut consiguió incluso una entrevista con el general sublevado pero que se publicaría con un retrato de archivo. Más tarde Pepe Campúa retrataría a Sanjurjo en julio de 1933 cuando éste se presentó ante los tribunales en Madrid por la causa del levantamiento.

Sin embargo la fotografía que pasaría a la posteridad sería tomada por el joven reportero el último día de Sanjurjo en la cárcel cántabra, justo antes de que le trasladaran al Penal de Santa Catalina en Cádiz. Así contaba la anécdota el propio Pepe Campúa en el artículo “Campúa cuenta su vida” de Marino Gómez Santos, publicado en el diario Pueblo el 18 de junio de 1963:

«El general Sanjurjo había sido encarcelado en el penal del Dueso, donde estaba totalmente prohibido el paso a los periodistas. Y precisamente por eso el éxito era conseguir el reportaje gráfico. Campúa se lo propuso y una mañana llegó al Dueso con dos cámaras: una de cine y otra de fotografía.
Por consejo del administrador entré en el penal con la máquina de fotografía, porque la de cine abultaba mucho. El riesgo no sólo estaba en entrar en el penal, sino en poder salir victorioso. Este administrador, que estaba de acuerdo conmigo, me dijo: «veremos cómo nos arreglamos para que usted pueda salir».
Había que esperar pacientemente la hora propicia para hacer la fotografía del general Sanjurjo sin que el director del penal se enterase.
Lo mejor -le dijo el administrador del penal a Campúa- es que yo le facilite una celda vacía donde usted pase la noche. La mejor hora es la del amanecer, cuando los presos salen al patio y el director del penal no está aquí. Ese es su momento.
Campúa siguió las instrucciones del administrador del penal y así pudo retratar al general Sanjurjo, vestido de presidiario, rodeado de criminales.

Sanjurjo retratado por Campúa junto a sus compañeros de prisión en el penal de El Dueso (Cantabria) en enero de 1934

Sanjurjo retratado por Campúa junto a sus compañeros de prisión en el penal de El Dueso (Cantabria) en enero de 1934

– Cuando tuve hechas las fotografías metí el «almacén», o sea el estuche donde iban las placas, en la cesta de la comida del gneral Sanjurjo. Uno de sus ayudantes lo hizo llegar a mi padre, que lo mandó a revelar y lo cedió a La Nación para que se publicara.
En las tertulias de Madrid y en la calle no se habló de otra cosa en varios días. Mundo Gráfico dio también la fotografía del general Sanjurjo vestido de presidiario a doble página.
– Esta cuestión se llevó a las Cortes y a los pocos días fui citado por el fiscal de la República que me dijo: «No tengo más remedio que procesarle». Me reclamaron 500 pesetas de fianza para la libertad provisional, las pagó el periódico y este proceso quedó sobreseído con el tiempo.

Breve de La Vanguardia en el que se anuncia la llegada de Sanjurjo a la prisión de Santa Catalina y el barco en el que iban, entre otros, Campúa.

Breve de La Vanguardia en el que se anuncia la llegada de Sanjurjo a la prisión de Santa Catalina y el barco en el que iban, entre otros, José Demaría Vázquez «Campúa».

Al día siguiente Sanjurjo iba a ser trasladado al Castillo de Santa Catalina en Cádiz tras dieciséis meses en El Dueso. Varios familiares y amigos del militar le seguirían en dicho traslado y, junto a ellos, también Pepe Campúa para fotografiar su entrada en la prisión militar. Finalmente, por aplicación de la Ley de Amnistía, se daría la orden de libertad de José Sanjurjo que se trasladaría a vivir a la ciudad portuguesa de Estoril donde falleció en un accidente aeronáutico recién iniciada la Guerra Civil en 1936.

Su padre, José L. Demaría López «Campúa»

 Jose Luis Demaría López «Campúa» (Jerez de la Frontera, 1870 – Madrid, 22 de septiembre de 1936) ha sido calificado como «el verdadero creador del reporterismo gráfico en España». En un artículo publicado en ABC el 25 de enero de 1976 por José Altabella, dentro de la serie «Los grandes de la fotografía española» se narran sus inicios:

Desde modesto aprendiz de barbería en Jerez de la Frontera, llegó a ser el as de los periodistas gráficos en nuestro país. […] Siendo un muchacho y para ayudar a su familia, se colocó a los trece años en una barbería. Habría de recordar ya en pleno triunfo, que así ganó su primera peseta, afeitando en la cárcel y en el hospital. Por aquel entonces Diego González Ragel abrió una galería fotográfica en la calle Larga nº 15 y en ella entró el aprendiz de fígaro. Sólo estuvo escasos meses, porque en el año 1893 Manuel Compañy, a la sazón popular fotógrafo de autores y artistas, le trajo contratado a Madrid para trabajar en una de las galerías que poseía».

Retrato en cartón fotográfico fechado en 1878 por el estudio de Gervasio Alonso Montenegro en el que figura la siguiente dedicatoria posiblemente escrita por el padre del primer Campúa: "El hoy Campúa. Mi hijo Juan José Demaría López, año 1878 dedicada a mis queridos padres"

Retrato en cartón fotográfico fechado en 1878 por el estudio de Gervasio Alonso Montenegro en el que figura la siguiente dedicatoria posiblemente escrita por el padre del primer Campúa: «El hoy Campúa. Mi hijo Juan José Demaría López, año 1878 dedicada a mis queridos padres»

También su hijo, Pepe Campúa, se referiría a estos inicios paternos en una entrevista publicada en el diario Pueblo por Marino Gómez-Santos el 18 de junio de 1963:

«En muy poco tiempo también su fama de buen profesional llegó a Madrid y aquí lo trajo el famoso Compañy, que era el fotógrafo de moda en la corte. Tenía mi padre entonces veinticinco años y a los tres de prestar servicios en Madrid, Compañy le subió el sueldo a cinco duros diarios». […]

«El mozo de Jerez, no contento con sus progresos, trabajaba con entusiasmo creciente, se hacía amigos en todas las esferas sociales y, cuando ya había culminado en jefe de aquellos famosos estudios de fotografía, coincidió con que surgían los periódicos gráficos», describía Gómez-Santos en el artículo de Pueblo .

«Dejó el estudio de fotografía para dedicarse al reportaje, que entonces era una experiencia nueva con amplio horizonte. Ingresó en Nuevo Mundo con don José del Perojo»

Caricatura de José Luis Demaría López "Campúa" realizada por Brunet

Caricatura de José Luis Demaría López «Campúa» realizada por Brunet

Después llegarían La Esfera y Mundo Gráfico, los reportajes y la fundación del estudio con el que  Jose Luis Demaría López se convertiría en el iniciador de la saga de fotógrafos. Reportero bélico, alcanzó el éxito pleno a partir de la guerra de Marruecos en 1909, donde ya hizo gala de la cualidad que transmitió a su hijo «estar en el momento justo en el lugar adecuado».

Es en esa época cuando decide buscar un seudónimo como fotógrafo, según la moda de la época. Tal y como lo explicaba su hijo en la misma entrevista publicada en diario Pueblo:

«Cuando mi padre empezó a tener en Madrid un cierto prestigio como fotógrafo decidió independizarse. Sus apellidos, Demaría López, no eran realmente muy a propósito para encabezar el nombre de un estudio fotográfico y, entonces, se acordó -ignoro la razón- del nombre de Capua, que es una ciudad italiana de la provincia de Caserta. Pensó en Capua como seudónimo: «Capua, estudio fotográfico».

Ya decidido el nombre mandó a la imprenta que le hicieran los membretes y demás impresos. Pero como era un hombre muy nervioso, lo cual se reflejaba en la escritura, el cajista interpretó mal su letra y cometió una errata: en vez de Capua había puesto Campúa.

Mi padre se molestó mucho al advertir la errata, pero lo pensó luego bien y no la mandó a corregir, porque Campúa sonaba mejor y le gustaba más. Algunos años después el rey le autorizó para que utilizara Campúa como apellido«.

La admiración de José Demaría Vázquez «Campúa» hacia su padre fue muy grande y se refirió a él como «el auténtico Campúa» en un discurso pronunciado el 22 de marzo de 1955 en el Club de Prensa «Jaime Balmes» de Madrid, bajo el título La Prensa Gráfica. Sobre él decía:

Portada de la edición impresa de la conferencia pronunciada por Campúa en 1955

Conferencia pronunciada en el Club de Prensa Jaime Balmes en 1955

«Tenía tal idea de superación y de dignificar la profesión, dignificándose él, que en sus comienzos en Madrid, al terminar su trabajo, acudía a una academia para ampliar sus estudios, muy modestos por haber tenido que ganarse la vida en los primeros años, allí en poco tiempo se dio cuenta de que lo que más convenía a un periodista que ansiaba conocer mundo, era poseer idiomas».

También desarrolló una amplia trayectoria como empresario en el mundo del espectáculo. A partir de 1920, pasó a ocupar la dirección de la revista Mundo Gráfico y es entonces cuando Campúa hijo toma las riendas del oficio y asumiría el seudónimo de su padre.

Fue empresario teatral en los locales Madrid Cinema, Royalty y Romea, entre otros. Además fue coautor de diversas obras teatrales y radionovelas como «De polo a polo», escrita con Felipe Moreno y otros dos títulos escritos con Joaquín Vela: «¡Por si las moscas…!» y «Noche loca».

Murió en 1936, a los inicios de la guerra, convirtiéndose en uno de los primeros reporteros gráficos asesinados en España. Hay fuentes que afirman que fue asesinado en la puerta de su casa el 21 de septiembre de 1936, sin embargo el documento inédito que publicamos a continuación afirma que fue detenido el día 20 de septiembre y llevado a la Checa de Fomento, de donde fue sacado para ser asesinado el día 22 de septiembre del mismo año, siendo hallado su cadáver en el el Depósito Judicial.

Certificado de la Causa General de Madrid fechado en 1941 sobre las circunstancias de la muerte de José L. Demaría López "Campúa"

Certificado de la Causa General de Madrid fechado en 1941 sobre las circunstancias de la muerte de José L. Demaría López «Campúa»

José Luis Demaría Vázquez, "Campúa" padre junto a Alfonso XIII

José Luis Demaría Vázquez, «Campúa» padre junto a Alfonso XIII. En la dedicatoria puede leerse:
«Para Pepe Díaz, autor de esta para mí [emocionante] fotografía su amigo y admirador J. Campúa, 1916».
Dada la dedicatoria el autor de la foto pudo ser José María Díaz Casariego, que entonces trabajaba junto a Campúa en Mundo Gráfico

Algunos testimonios  afirman que fue asesinado por por su proximidad con la monarquía -durante años fue fotógrafo oficial de la Casa Real a partir de sus éxitos en Marruecos y mantuvo con Alfonso XIII una cercana amistad. Pero su hijo, en el mismo discurso antes citado, tenía clara la ideología de su padre y, con una frase que probablemente también podría definirle a él mismo, afirmó:

«Pepe Campúa era un trabajador de la clase humilde, del pueblo… Apolítico, como todo honrado informador gráfico, pero español cien por cien».

Su trayectoria y obra fotográfica -no suficientemente documentada- bien merecerían otro blog y un profundo estudio de investigación. A través de esta página también intentaremos publicar los retazos de su vida que sea posible rescatar. Entretanto, lo más completo que puede encontrarse en Internet es su biografía en wikipedia.

Será con una de sus imágenes como empresario teatral, rodeado de las «alegres vicetiples y girls« con la que terminemos a este post, sobre un pionero tanto de la fotografía como del espectáculo[Campúa padre aparece en el centro, marcado con un número 1 escrito a mano en la época].

Campúa padre, en un homenaje a las chicas de la compañía de Romea. Aparece en el centro rodeado de las "alegres vicetiples y girls"

Campúa padre, en un homenaje a las chicas de la compañía de Romea. Aparece en el centro rodeado de las «alegres vicetiples y girls«

Campúa y El Tebib Arrumi, compañeros en el periodismo

José Demaría Vázquez «Campúa» tuvo, durante toda su vida, una excelente relación con sus compañeros de profesión, entre los que cosechó grandes amistades con quienes constituían los grandes nombres del periodismo de la época. Uno de ellos fue Victor Ruiz Albéniz, El Tebib Arrumi, que comenzó su trayectoria como médico en Marruecos -de ahí su seudónimo que quiere decir el médico cristiano en árabe- pero que pronto se reconvirtió al periodismo al realizar la cobertura de la guerra hispano-marroquí desde 1909.

La referencia bibliográfica de la relación entre Campúa y El Tebib es de 1937 cuando, al llegar a la Zona Nacional desde Marsella, Víctor de la Serna le presenta a Vicente Gay, entonces director de la Delegación del Estado para Prensa y Propaganda. Tal y como relata Marino Gómez-Santos en la entrevista al fotógrafo publicada en el diario Pueblo el 21 de junio de 1963:

Le ponen un coche y acompañado del «Tebib Arrumi» y de Víctor de la Serna, José Campúa recorre los frentes. Los dos grandes periodistas con sus plumas y Campúa con la cámara se complementan para informar a los españoles y al extranjero…

Compartieron los dos años y medio restantes de la Guerra Civil, donde pese a la diferencia de 15 años de edad, se forjó un gran vínculo entre ambos. Sin embargo es posible que el fotógrafo y el periodista hubieran coincidido antes ya que El Tebib había sido redactor jefe y subdirector del Diario Universal, así como director del periódico Informaciones. Una de las fotografías más célebres que Campúa le tomó a Víctor Ruiz Albéniz durante la contienda fue ésta en la que el periodista aparece junto a Franco examinando mapas de operaciones para prepararse de cara al Frente del Ebro.

En la dedicatoria puede leerse: "Pepe, para tí y para la memoria de tu padre que era como tú y tú como él. De todo corazón gracias porque me has dado la alegría [...] de mi vida"

En la dedicatoria puede leerse: «Pepe, para tí y para la memoria de tu padre que era como tú y tú como él. De todo corazón gracias porque me has dado la alegría […] de mi vida. El Tebib«

Al acabar la Guerra Civil, Víctor Ruiz Albéniz continuó ejerciendo como periodista en ABC, fue presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid y fue nombrado Cronista Oficial de la Villa de Madrid el 9 de junio de 1943, así como Periodista de Honor en 1953. Cercano a Franco, llegó a conocérsele como «el cronista de Franco», ya que al dictador le gustaba, ya desde la guerra, el estilo literario de El Tebib. Pese a ello, también hubo sospechas de que Víctor Ruiz Albéniz hubiera querido entrar en la masonería y que no se le permitió. Campúa fue interrogado sobre ello en su propio proceso ante el Tribunal Especial para la represión de la Masonería y el Comunismo, el 7 de julio de 1942:

El policía que le interrogó […] le preguntó si el Tebib Arrumi había solicitado el ingreso en la secta y que este había sido rechazado por indeseable, a lo que contestó el declarante que ignoraba estos extremos y consideraba a dicho señor que, en caso de ser así, hubiera sido un honor para este el ser rechazado; que a los dos días contó a don Víctor Ruiz Albéniz los extremos que a él se referían, sabiendo el declarante que puso una carta al Director General de Seguridad quejándose de la actuación del agente.

Algunas vivencias de José Demaría Vázquez «Campúa» durante la guerra civil española

Una de las etapas más intensas de la vida personal y profesional de Pepe Campúa fue la guerra civil española. Cuando estalla el conflicto, en 1936 el fotógrafo está en Madrid y recibe el primer golpe personal cuando, el día 20 de septiembre detienen a su padre y lo matan dos días después al sacarlo de la checa de Fomento.

Tal y como Pepe Campúa relata en la entrevista con Marino Gómez Santos, publicada en el diario Pueblo el 18 de junio de 1963 bajo el título “Campúa cuenta su vida”:

Ese mismo día mi vida peligraba también y me fui a la Embajada Argentina. Estaba de Encargado de Negocios Pérez Quesada, que era amigo mío. Me admitieron de verdadero milagro, porque la casa de la Embajada estaba llena de gente. Allí me encontré con Paco Casares, Benito Pico, los Urquijo, Gandarias, Blanquita Borbón…

En la primera expedición pudimos salir disfrazados de milicianos de la C.N.T., pues la Embajada Argentina había comprado uniformes a un tipo de la C.N.T., a condición de que se le pasara a él también.

Algunas de las personas que, junto con Pepe Campúa, se refugiaron en la Embajada de Argentina en Madrid durante la guerra civil

Algunas de las personas que, junto con Pepe Campúa, se refugiaron en la Embajada de Argentina en Madrid durante la guerra civil.
En el reverso de la imagen, el fotógrafo escribe: «Embajada Argentina en Madrid, noviembre 1936. Perseguidos por los rojos la Argentina los amparó» y los nombres del Marqués de Santa Cruz, el Ministro de la Monarquía Sr. Tormo, el Marqués de Santo Domingo y la Marquesa Viuda de Esquilache.

En la siguiente galería pueden verse algunas de las imágenes que captó Pepe Campúa durante aquellos días en la embajada:

Allí, en la embajada argentina, comenzó el largo recorrido que el reportero realizaría en los años de la guerra civil. Al llegar disfrazados a Alicante, donde ya no manda la C.N.T. sino las izquierdas republicanas, la expedición quedó confinada en un piso durante veinticuatro horas:

«Gracias a Pérez Quesada pudimos salir de allí, a las dos de la madrugada, para embarcar en el «Tucumán». Aquella tarde había embarcado también, vestido de marino, Serrano Suñer».

Aquel barco le llevó a la ciudad de Marsella y, desde allí, Pepe Campúa llega a la zona tomada por el bando nacional. Al entrar se encuentra con el periodista Victor de la Serna que le ayudó y le prestó dinero, puesto que el fotógrafo ya no tenía nada. Según narra en la entrevista de Pueblo:

«Yo llegaba materialmente sin cinco céntimos, entonces me indicó lo que procedía hacer para poder trabajar y me presentó a Vicente Gay, que era Director de la Delegación del Estado para Prensa y Propaganda».

En ese momento Campúa es nombrado Jefe de la Sección de Fotografías y Carteles. Le pusieron un coche e inició su recorrido por los frentes españoles, comenzando por el País Vasco, acompañado por Victor de la Serna y por el periodista de origen portorriqueño que se convertiría en el cronista de Franco, Víctor Ruiz Albéniz conocido como «Tebib Arrumi» (por los años que ejerció como doctor en Marruecos, ya que el seudónimo quiere decir doctor cristiano). Tal y como lo contó el fotógrafo, con la terminología habitual de la prensa de la época:

«A partir de 1937 yo he estado en la toma del Norte, en Extremadura, Levante, Cataluña… Hasta la Liberación, en todos los sitios. Me concedieron dos cruces rojas al Mérito Militar, la medalla de la Campaña, y el Caudillo, al poco tiempo, me concedió la medalla de Isabel la Católica».

Fue muchísimo el material fotográfico recogido por Campúa en dichos años en los que recorrió gran parte de España -ya que incluso consiguió un salvoconducto de la República Argentina para poder moverse por la zona republicana. Una selección de sus fotografías se expondrían en San Sebastián aún durante la contienda. Recogemos a continuación varias imágenes de distintos momentos de la guerra captados por el objetivo de Campúa o bien retratos del propio fotógrafo en distintos momentos de dicha época.

Campúa inició su recorrido por el País Vasco y allí captó innumerables imágenes, como esta de la camioneta del servicio de desinfección en Zarautz, Bilbao con Perico Chicote el 23 de junio de 1937

Campúa inició su recorrido por el País Vasco y allí captó innumerables imágenes, como esta de la camioneta del servicio de desinfección en Zarautz, Bilbao con Perico Chicote el 23 de junio de 1937

Pepe Campúa retrató en 1938 al comandante Vara del Rey junto con el avión "Satanás"

Pepe Campúa retrató en 1938 al comandante Vara del Rey junto con el avión «Satanás». La información de archivo no precisa el lugar donde fue tomada la fotografía.

Pepe Campúa en Benasque, mientras realizaba el reportaje del Frente del Pirineo en 1938

Pepe Campúa en Benasque, mientras realizaba el reportaje del Frente del Pirineo en 1938

Tras la toma de Vinaroz, Pepe Campúa retrata a Franco en el puerto de dicha ciudad valenciana en mayo de 1938

Tras la toma de Vinaroz, Pepe Campúa retrata a Franco en el puerto de dicha ciudad valenciana en mayo de 1938

Para realizar el trabajo de reportero de guerra unas veces hacía falta disfrazarse de sindicalista de la CNT y otras vestir el uniforme falangista. En esta imagen aparece Pepe Campúa a la izquierda en Badajoz en abril o mayo de 1937

Para realizar el trabajo de reportero de guerra unas veces hacía falta disfrazarse de sindicalista de la CNT y otras vestir el uniforme falangista. En esta imagen aparece Pepe Campúa a la izquierda en Badajoz en abril o mayo de 1937

Campúa visto por el fotógrafo Marín

Otro de los grandes reporteros gráficos de principios del siglo XX en España fue, sin duda, Luis Ramón Marín, conocido como nombre profesional solo por su segundo apellido «Marín».

Está considerado como uno de los primeros reporteros gráficos en la historia de la fotografía en nuestro país y se formó en Madrid como aprendiz de otro grande de la cámara, Alfonso. Comenzó a trabajar como fotógrafo en el año 1908, una década antes que Campúa, con quien coincidió a menudo en coberturas y eventos y con quien trabajó más tarde en la revista Mundo Gráfico, junto a Alfonso Sánchez Portela y José María Díaz Casariego.

Es posible que Campúa estuviese ante el objetivo de Marín en más de una ocasión. Rescatamos hoy esta foto de grupo, tomada en San Sebastián en 1938 por el célebre fotorreportero con motivo de la exposición en la Jefatura Provincial de Propaganda de dicha ciudad de fotografías de los Frentes de la Guerra Civil española realizadas por Pepe Campúa. En el reverso de la instantánea, que Campúa guardó como recuerdo durante toda la vida, el sello de «Marín Fotógrafo San Sebastián».

El célebre fotógrafo Marín retrató a Pepe Campúa en San Sebastián con motivo de la exposición de fotografías suyas de la guerra civil española

El célebre fotógrafo Marín retrató a Pepe Campúa en San Sebastián en 1938 con motivo de la exposición de fotografías suyas de los frentes la guerra civil española

No tenemos constancia de quienes son las personas que acompañan a Pepe Campúa en la foto, si bien una reseña publicada en el ABC de Sevilla el 21 de diciembre de 1938 señalaba que acudieron a la inauguración el ministro de Agricultura, señor Fernández Cuesta, las autoridades locales y otras personalidades, así como el ministro de Educación Nacional, señor Sáinz Rodríguez. También se publicaría en el Programa Oficial de Espectáculos, en las semanas siguientes el siguiente anuncio.

Anuncio de la exposición de Campúa en San Sebastián publicado en el Programa Oficial de Espectáculos el 4 de enero de 1939

Anuncio de la exposición de Campúa en San Sebastián publicado en el Programa Oficial de Espectáculos el 4 de enero de 1939

Tras la guerra Marín, tristemente, no pudo volver a ejercer de reportero gráfico por lo que se retiró de esta actividad y su archivo fotográfico -en el que también se incluyen algunas de las mejores imágenes de la guerra civil española- quedó escondido. Sin embargo su excepcional legado ha sido recuperado recientemente gracias a su hija Lucía Ramón Plá.

Campúa y Marín han sido además protagonistas, junto con Alfonso Sánchez Portela y José María Díaz Casariego del documental Héroes sin armas, que relata su trabajo como reporteros gráficos durante la guerra.

Su madre, su hermano Luis y sus hermanas Felisa y Mª de las Mercedes

José Luis Demaría López, el primer «Campúa», se casó con Felisa Vázquez y, fruto de este matrimonio, nacieron cuatro hijos: Luis, Mª de las Mercedes, Felisa y Pepe, que continuaría con el oficio de su padre.

La madre de José Demaría Vázquez "Campúa", Felisa Vázquez

La madre de José Demaría Vázquez «Campúa», Felisa Vázquez

Luis Demaría Vázquez -quien también usó en ocasiones el apodo de «Campúa» al estar ese nombre unido inevitablemente a la familia- fue marino mercante. Heredó por tanto de su padre la pasión por conocer mundo y por los idiomas como herramienta para poder comunicarse con la gente. Así lo recordaba Pepe Campúa en su discurso «La Prensa Gráfica» en 1955:

«Conmigo como con mi hermano esa fue siempre su idea; sobre la cultura general quería que hablásemos los idiomas necesarios para poder andar sin intérpretes por el mundo y lo mismo mi hermano Luis, hoy marino retirado, que ha dado varias veces la vuelta al mundo, que yo con mis trabajos periodísticos, reconocemos que tenía absoluta razón al guiarnos por ese camino».

De Felisa Demaría Vázquez nos llegan menos recuerdos, dado que como mujer en aquella época no estaba tan presente en la vida pública como sus hermanos y porque falleció más joven, en octubre de 1938.

A la derecha Felisa Demaría, hermana del fotógrafo, a la izquierda Felisa Vázquez, su madre y en el centro la que posiblemente era su abuela.

A la derecha Felisa Demaría, hermana del fotógrafo, a la izquierda Felisa Vázquez, su madre y en el centro la que posiblemente era su abuela.

Necrológica de Felisa Demaría Vázquez, hermana del fotógrafo Pepe Campúa

Necrológica de Felisa Demaría Vázquez, hermana del fotógrafo Pepe Campúa publicada en la Hoja Oficial el 10 de octubre de 1938.

Sabemos por esta necrológica que murió en la zona Madrid que en aquella época estaba regida por el bando republicano «víctima de las privaciones y de los hondos sufrimientos por que ha tenido que pasar. Su padre fue bárbaramente asesinado, su madre sucumbió al peso de tanto dolor. Poco ha podido sobrevivir ella a tanto infortunio».

Perdieron, por tanto, los hermanos Campúa en el plazo de apenas dos años a su padre José Luis, a su madre Felisa y a su hermana, también Felisa. Su otra hermana, Mª de las Mercedes murió aún más joven el 17 de octubre de 1935, antes de la guerra y, según fuentes familiares, sus descendientes se trasladaron años después a vivir a Barcelona, donde regentarían un hotel. Pero esos datos están pendientes de confirmación con algún tipo de fuente documental o bibliográfica.

Pepe Campúa les recordaría durante toda su vida y atesoraría en su estudio la siguiente fotografía en la que aparecen su padre, su madre y su hermana Felisa.

José L. Demaría López, "Campúa" padre, junto a su esposa Felisa Vázquez (abajo) y su hija Felisa Demaría (a la derecha)

José L. Demaría López, «Campúa» padre, junto a su esposa Felisa Vázquez (abajo) y su hija Felisa Demaría (a la derecha)