El Madrid de Campúa (VI): Toros y vacas bravas corriendo por la ciudad

José Demaría Vázquez «Campúa» fue testigo con su cámara de varias ocasiones en las que toros o vacas bravas se escaparon y corrieron libres por la ciudad despertando el pánico de los viandantes. La ocasión más célebre se produjo el 23 de enero de 1928 -día festivo en Madrid por celebrarse entonces el santo del rey-, fecha en la que un toro y una vaca brava se escaparon del ganadero que los llevaba al matadero en el paseo de la Virgen del Puerto. Los dos animales echaron a correr por la cuesta de San Vicente, llegaron a Plaza de España, subieron hasta la calle de los Reyes, Corredera baja de San Pablo y el entorno de San Ildefonso hasta volver a bajar por calle de Valverde a la Gran Vía, entonces llamada Avenida de José Antonio.

Foto publicada en la revista Nuevo Mundo con el pie: "El toro escapado en el momento de aparecer en la Gran Vía, donde fue muerto por Fortuna"

Foto publicada en la revista Nuevo Mundo con el pie: «El toro escapado en el momento de aparecer en la Gran Vía, donde fue muerto por Fortuna»

Fue en la Gran Vía donde los dos animales se encontraron con el torero Fortuna, Diego Mazquiarán, tal y como lo describió la revista Nuevo Mundo en su crónica de la escena, publicada en su nº 1775 del 27 de enero de 1928.

«Fortuna con su gabán ceñido y su sombrero flexible, enguantado y tranquilo, parece uno de tantos transeuntes que va a huir al ver un toro furioso. Pero el torero, como el policía, como el soldado, tiene el deber, la obligación de ser siempre lo que es, sobre todo en momentos de peligro para el orden…

El torero manda a su casa a buscar un estoque. Quince minutos tardan en traérselo. Y mientras, Fortuna entretiene, burla y sujeta al toro, evitando que haga nuevas desgracias, que siembre el pánico en la ciudad. Y cuando Fortuna empuña el estoque y fija a la res y la hiere certero, y luego, con un descabello la hace rodar inerte, mientras esto ocurre la multitud se olvida de su pánico. […] ¡Están viendo torear a fortuna!»

Foto publicada por Nuevo Mundo con el pie: El diestro Fortuna disponiéndose a dar muerte al toro desmandado. El reportaje aparece firmado de forma genérica como "Fotos. Campúa y Alfonso" por lo que no es posible atribuir cada foto a uno de ellos

Foto publicada por Nuevo Mundo con el pie: El diestro Fortuna disponiéndose a dar muerte al toro desmandado.

Así lo describía en Nuevo Mundo el periodista Juan Ferragut quien, acompañado por José Demaría Vázquez «Campúa», realizó la crónica de la singular escena:

Una hora después de la hazaña, Pepe Campúa y yo raptamos a Fortuna y nos le llevamos al Retiro. Le interrogo y Fortuna contesta:
– ¿Qué voy a decir? Iba yo por la Gran Vía y de pronto me veo un toro…

Fotografía publicada en Nuevo Mundo con el pie: "El toro que, con exposición de la vida, mató Fortuna, evitando con ello una verdadera catástrofe"

Foto publicada en Nuevo Mundo con el pie: «El toro que, con exposición de la vida, mató Fortuna, evitando con ello una verdadera catástrofe»

Fotografía publicada en Nuevo Mundo con el pie: "Fortuna, aclamado por la multitud, momentos después de su valerosa hazaña"

Foto publicada en Nuevo Mundo con el pie: «Fortuna, aclamado por la multitud, momentos después de su valerosa hazaña»

Las fotografías que ilustraban el reportaje aparecen firmadas de forma genérica como «Fotos: Campúa y Alfonso» por lo que no es posible atribuir cada foto a uno de ellos. Estas imágenes, en especial la segunda de ellas en la que aparece Fortuna toreando, parecen ser un montaje posterior y así lo afirma el historiador taurino José Ramón Márquez, autor de «Adiós Madrid. Paseos por el Madrid taurino». Tal vez en ese encuentro posterior en el Retiro fue donde Campúa fotografió al matador en posición de entrar a matar al toro y luego superpuso la imagen a una vista de la Gran Vía. La primera fotografía, con los viandantes corriendo Gran Vía abajo como en unos improvisados sanfermines, aunque demasiado efectista, sí podría haber sido verídica.

También el diario ABC, en su edición de Madrid, publicó una crónica sin fotografías el 24 de enero de 1928. En el blog Antiguos cafés de Madrid se describe con detalle el periplo de ambos  animales y los daños causados, así como la faena de Fortuna.

Casi tres décadas después, José Demaría Vázquez «Campúa» se encontraría con una escena similar y retrataría el 26 de octubre de 1954 el resultado de una faena callejera con una vaca brava que se había desmandado en las calles del barrio de Salamanca. El matador en este caso no fue tan célebre, sino que el animal fue herido con una pequeña navaja por José Sánchez, un vecino de la calle Villanueva nº 19. La crónica escrita a mano que acompaña a las fotos en el archivo señala que «por unanimidad de todo el público que presenciaba la faena le otorgaron la oreja de dicha res» y que fue ayudado por el banderillero de toros José Álvarez Giralda que casualmente se encontraba allí, por un transeúnte, José Vargas, de profesión chófer que también ayudó y Juan Sebastián socio de la peña La Manoletina.

Vaca brava huída por las calles del barrio de Salamanca fotografiada por Campúa el 26 de octubre de 1954

El improvisado matador y sus ayudantes posan junto a la vaca brava huída ante la cámara de Campúa el 26 de octubre de 1954

Vaca brava huída por las calles del barrio de Salamanca fotografiada por Campúa el 26 de octubre de 1954

La gente arremolinada en torno la vaca brava huída por las calles del barrio de Salamanca fotografiada por Campúa el 26 de octubre de 1954

El Madrid de Campúa (V): La bendición de los animales en San Antón

El 17 de enero se celebra el día de San Antón, patrón de los animales. En Madrid se conmemora como fiesta popular, con raíces en el siglo XIX, en torno a la Real Iglesia de las Escuelas Pías de San Antón, en la calle Hortaleza. La celebración  -conocida como «Las Vueltas de San Antón»- ha ido cambiando de forma y estilo con el paso de los siglos, desde una fiesta de origen medieval, pasando por una romería o desfile, hasta el día de hoy en que se sigue celebrando como una bendición de animales de compañía. Durante los años treinta y en la guerra civil esta fiesta no se celebró, pero en la postguerra y hasta 1967 volvió a llevarse a cabo como desfile y bendición de las mascotas o animales de trabajo y de compañía.

José Demaría Vázquez «Campúa», como testigo del día a día en la vida madrileña, retrató con su cámara esta celebración en varias ocasiones, tanto en la romería que transcurría por las calles del entorno de la iglesia (por calles como Barceló o Fuencarral) como en las bendiciones de todo tipo de animales. A continuación recogemos algunas de esas imágenes, captadas en diversos reportajes en los años 50.

Mariano Benlliure ante el objetivo de Campúa

El escultor Mariano Benlliure y Gil (Valencia, 1862 – Madrid, 1947) fue uno de los artistas que alcanzó mayor reconocimiento a finales del siglo XIX y principios del XX en España. Aunque comenzó su trayectoria en Valencia, se estableció en Madrid definitivamente en 1887, tan solo unos años antes de que José Luis Demaría López, «Campúa» padre llegara también a la capital. Allí se relacionaría con el entorno artístico de la época y establecería sólidos vínculos con Joaquín Sorolla y Vicente Blasco Ibáñez.

Campúa padre le fotografiaría en numerosas ocasiones, como la que recogemos a continuación, publicada en La Esfera en febrero de 1914, en el marco de un amplio reportaje sobre el estudio del escultor valenciano en Villalba. Una imagen que ha sido frecuentemente utilizada después en materiales de difusión, páginas web y biografías del artista, muy a menudo sin citar al autor original.

Retrato realizado por José Luis Demaría Vázquez, Campúa padre, al escultor Mariano Benlliure. Se publicó en febrero de 1914 en La Esfera con el pie de foto: "Benlliure trabajando en su estudio sobre una obra en mármol"

Retrato realizado por José Luis Demaría López, Campúa padre, al escultor Mariano Benlliure. Se publicó en febrero de 1914 en La Esfera con el pie de foto:
«Benlliure trabajando en su estudio sobre una obra en mármol»

Más tarde, a principios de los años 40 sería José Demaría Vázquez, «Campúa» hijo, quien retrataría a Mariano Benlliure en su estudio realizando una de sus esculturas femeninas, que constituyen un icono de su producción artística, así como contemplando una de sus clásicas figuras religiosas. Clasificadas con el nº 1431 en su archivo de retratos de estudio, este número y el tipo de material con el que fueron hechas estas fotografías permiten afirmar que muy probablemente fueron realizadas entre 1943 y 1945. No se ha encontrado aún un registro de hemeroteca de su publicación que confirme esa fecha.

En alguna biografía de José Demaría Vázquez «Campúa» se ha publicado el dato de que, durante su proceso ante el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, delató a Mariano Benlliure como masón. Esta afirmación puede dar lugar a equívocos ya que el nombre que facilitó el fotógrafo -tras llevar más de tres meses preso en la Cárcel de Porlier y después de sucesivos interrogatorios- fue el de Mariano Benlliure y Tuero, escritor e hijo de Mariano Benlliure y Gil, el afamado escultor. Así figura en los archivos del Centro Documental de la Memoria Histórica, primero en una hoja manuscrita por el fotógrafo y luego en el acta de una comparecencia del mismo ante el secretario del Tribunal Especial, fechada el 19 de octubre de 1942.

Mariano Benlliure y Tuero, hijo del escultor, retratado por Pepe Campúa. En la imagen publicada en Nuevo Mundo en 1922 un irónico pie de foto afirma: "Mariano Benlliure y Tuero, fatigado por las deliberaciones a que obliga su cargo, descansa poniendo su mano en un tatuaje comenzado por Moya"

Mariano Benlliure y Tuero, hijo del escultor, retratado por Pepe Campúa. En la imagen publicada en Nuevo Mundo en 1922 un irónico pie de foto afirma:
«Mariano Benlliure y Tuero, fatigado por las deliberaciones a que obliga su cargo, descansa poniendo su mano en un tatuaje comenzado por Moya»

Efectivamente, en publicaciones sobre la historia de la masonería, se ha señalado que Mariano Benlliure y Tuero perteneció al Grande Oriente Español y su filiación era conocida puesto que se afirma que, incluso, formó parte del consejo de redacción de la revista Latomia que publicaba la logia La Unión.

Es muy probable que Campúa hijo y Benlliure hijo tuvieran relación a lo largo de su vida, al igual que con Joaquín Sorolla hijo y otros miembros de su generación, dado el vínculo que existía entre sus padres y la cercanía en el ambiente artístico madrileño. De hecho, Pepe Campúa también retrató a Mariano Benlliure y Tuero en alguna ocasión como en esta fotografía publicada el 10 de febrero de 1924 en Nuevo Mundo, con motivo de un concurso de tatuajes artísticos en el que el hijo de Mariano Benlliure participó como jurado.

El Madrid de Campúa (IV): La noche de Reyes

La cabalgata y la noche de Reyes llevan décadas siendo un acontecimiento en la ciudad de Madrid. Es una tradición que miles de personas se acerquen a las calles del centro de la capital para ver las carrozas y el séquito de Melchor, Gaspar y Baltasar. La cámara de José Demaría Vázquez «Campúa», que en aquella época acostumbraba a captar los momentos más destacados de la vida madrileña, tampoco faltaba a la cita de la cabalgata de los Reyes Magos de Oriente.

Recogemos a continuación imágenes de dos cabalgatas por las calles de Madrid, la primera en 1949 cuyo recorrido bajaba por la Gran Vía y pasaba por la calle y la Puerta de Alcalá.

El 5 de enero de 1966 la Cabalgata de Reyes fue organizada por el Ayuntamiento por el recorrido que mantendría durante décadas desde el Parque del Retiro hasta la Plaza de la Villa. En ella desfilaron, tal y como narra la crónica publicada al día siguiente por diario ABC:

Estudiantinas, la guardia municipal montada y banda de trompetas y tambores del mismo cuerpo, escalas iluminadas, trompeteros, cuádrigas y cohorte romana en perfecta formación, rondalla del Pozo del Tío Raimundo, que fue constantemente ovacionada; galeras adornadas y la banda del Colegio-Hogar del Sagrado Corazón. Montados en camellos y seguidos de sus respectivos séquitos, Melchor, Gaspar y Baltasar, saludaban sin interrupción.

Otra de las citas clave para la tarde de Reyes eran los repartos de juguetes que realizaban diversas instituciones. A continuación recogemos dos de ellos, uno celebrado en el Cinema Palace -que fue fundado por Pepe Campúa- donde en 1954 se repartieron juguetes a los hijos e hijas del funcionariado de la Confederación Nacional de Sindicatos (CNS) y el segundo en el Asilo de San Rafael, que los Reyes Magos visitaban todos los años y a quienes el objetivo de Campúa retrató en estas fotos fechadas el 6 de enero de 1951.

Reparto de juguetes a los hijos e hijas de los funcionarios de la Confederación Nacional de Sindicatos (CNS) en el Cine Palace el 5 de enero de 1954, fotografiados por Pepe Campúa

Reparto de juguetes a los hijos e hijas de los funcionarios de la Confederación Nacional de Sindicatos (CNS) en el Cine Palace el 5 de enero de 1954, fotografiados por Pepe Campúa

Reparto de juguetes a los niños del Asilo San Rafael, fotografiado por Campúa el 6 de enero de 1951

Reparto de juguetes a los niños del Asilo San Rafael, fotografiado por Campúa el 6 de enero de 1951

Su padre, José L. Demaría López «Campúa»

 Jose Luis Demaría López «Campúa» (Jerez de la Frontera, 1870 – Madrid, 22 de septiembre de 1936) ha sido calificado como «el verdadero creador del reporterismo gráfico en España». En un artículo publicado en ABC el 25 de enero de 1976 por José Altabella, dentro de la serie «Los grandes de la fotografía española» se narran sus inicios:

Desde modesto aprendiz de barbería en Jerez de la Frontera, llegó a ser el as de los periodistas gráficos en nuestro país. […] Siendo un muchacho y para ayudar a su familia, se colocó a los trece años en una barbería. Habría de recordar ya en pleno triunfo, que así ganó su primera peseta, afeitando en la cárcel y en el hospital. Por aquel entonces Diego González Ragel abrió una galería fotográfica en la calle Larga nº 15 y en ella entró el aprendiz de fígaro. Sólo estuvo escasos meses, porque en el año 1893 Manuel Compañy, a la sazón popular fotógrafo de autores y artistas, le trajo contratado a Madrid para trabajar en una de las galerías que poseía».

Retrato en cartón fotográfico fechado en 1878 por el estudio de Gervasio Alonso Montenegro en el que figura la siguiente dedicatoria posiblemente escrita por el padre del primer Campúa: "El hoy Campúa. Mi hijo Juan José Demaría López, año 1878 dedicada a mis queridos padres"

Retrato en cartón fotográfico fechado en 1878 por el estudio de Gervasio Alonso Montenegro en el que figura la siguiente dedicatoria posiblemente escrita por el padre del primer Campúa: «El hoy Campúa. Mi hijo Juan José Demaría López, año 1878 dedicada a mis queridos padres»

También su hijo, Pepe Campúa, se referiría a estos inicios paternos en una entrevista publicada en el diario Pueblo por Marino Gómez-Santos el 18 de junio de 1963:

«En muy poco tiempo también su fama de buen profesional llegó a Madrid y aquí lo trajo el famoso Compañy, que era el fotógrafo de moda en la corte. Tenía mi padre entonces veinticinco años y a los tres de prestar servicios en Madrid, Compañy le subió el sueldo a cinco duros diarios». […]

«El mozo de Jerez, no contento con sus progresos, trabajaba con entusiasmo creciente, se hacía amigos en todas las esferas sociales y, cuando ya había culminado en jefe de aquellos famosos estudios de fotografía, coincidió con que surgían los periódicos gráficos», describía Gómez-Santos en el artículo de Pueblo .

«Dejó el estudio de fotografía para dedicarse al reportaje, que entonces era una experiencia nueva con amplio horizonte. Ingresó en Nuevo Mundo con don José del Perojo»

Caricatura de José Luis Demaría López "Campúa" realizada por Brunet

Caricatura de José Luis Demaría López «Campúa» realizada por Brunet

Después llegarían La Esfera y Mundo Gráfico, los reportajes y la fundación del estudio con el que  Jose Luis Demaría López se convertiría en el iniciador de la saga de fotógrafos. Reportero bélico, alcanzó el éxito pleno a partir de la guerra de Marruecos en 1909, donde ya hizo gala de la cualidad que transmitió a su hijo «estar en el momento justo en el lugar adecuado».

Es en esa época cuando decide buscar un seudónimo como fotógrafo, según la moda de la época. Tal y como lo explicaba su hijo en la misma entrevista publicada en diario Pueblo:

«Cuando mi padre empezó a tener en Madrid un cierto prestigio como fotógrafo decidió independizarse. Sus apellidos, Demaría López, no eran realmente muy a propósito para encabezar el nombre de un estudio fotográfico y, entonces, se acordó -ignoro la razón- del nombre de Capua, que es una ciudad italiana de la provincia de Caserta. Pensó en Capua como seudónimo: «Capua, estudio fotográfico».

Ya decidido el nombre mandó a la imprenta que le hicieran los membretes y demás impresos. Pero como era un hombre muy nervioso, lo cual se reflejaba en la escritura, el cajista interpretó mal su letra y cometió una errata: en vez de Capua había puesto Campúa.

Mi padre se molestó mucho al advertir la errata, pero lo pensó luego bien y no la mandó a corregir, porque Campúa sonaba mejor y le gustaba más. Algunos años después el rey le autorizó para que utilizara Campúa como apellido«.

La admiración de José Demaría Vázquez «Campúa» hacia su padre fue muy grande y se refirió a él como «el auténtico Campúa» en un discurso pronunciado el 22 de marzo de 1955 en el Club de Prensa «Jaime Balmes» de Madrid, bajo el título La Prensa Gráfica. Sobre él decía:

Portada de la edición impresa de la conferencia pronunciada por Campúa en 1955

Conferencia pronunciada en el Club de Prensa Jaime Balmes en 1955

«Tenía tal idea de superación y de dignificar la profesión, dignificándose él, que en sus comienzos en Madrid, al terminar su trabajo, acudía a una academia para ampliar sus estudios, muy modestos por haber tenido que ganarse la vida en los primeros años, allí en poco tiempo se dio cuenta de que lo que más convenía a un periodista que ansiaba conocer mundo, era poseer idiomas».

También desarrolló una amplia trayectoria como empresario en el mundo del espectáculo. A partir de 1920, pasó a ocupar la dirección de la revista Mundo Gráfico y es entonces cuando Campúa hijo toma las riendas del oficio y asumiría el seudónimo de su padre.

Fue empresario teatral en los locales Madrid Cinema, Royalty y Romea, entre otros. Además fue coautor de diversas obras teatrales y radionovelas como «De polo a polo», escrita con Felipe Moreno y otros dos títulos escritos con Joaquín Vela: «¡Por si las moscas…!» y «Noche loca».

Murió en 1936, a los inicios de la guerra, convirtiéndose en uno de los primeros reporteros gráficos asesinados en España. Hay fuentes que afirman que fue asesinado en la puerta de su casa el 21 de septiembre de 1936, sin embargo el documento inédito que publicamos a continuación afirma que fue detenido el día 20 de septiembre y llevado a la Checa de Fomento, de donde fue sacado para ser asesinado el día 22 de septiembre del mismo año, siendo hallado su cadáver en el el Depósito Judicial.

Certificado de la Causa General de Madrid fechado en 1941 sobre las circunstancias de la muerte de José L. Demaría López "Campúa"

Certificado de la Causa General de Madrid fechado en 1941 sobre las circunstancias de la muerte de José L. Demaría López «Campúa»

José Luis Demaría Vázquez, "Campúa" padre junto a Alfonso XIII

José Luis Demaría Vázquez, «Campúa» padre junto a Alfonso XIII. En la dedicatoria puede leerse:
«Para Pepe Díaz, autor de esta para mí [emocionante] fotografía su amigo y admirador J. Campúa, 1916».
Dada la dedicatoria el autor de la foto pudo ser José María Díaz Casariego, que entonces trabajaba junto a Campúa en Mundo Gráfico

Algunos testimonios  afirman que fue asesinado por por su proximidad con la monarquía -durante años fue fotógrafo oficial de la Casa Real a partir de sus éxitos en Marruecos y mantuvo con Alfonso XIII una cercana amistad. Pero su hijo, en el mismo discurso antes citado, tenía clara la ideología de su padre y, con una frase que probablemente también podría definirle a él mismo, afirmó:

«Pepe Campúa era un trabajador de la clase humilde, del pueblo… Apolítico, como todo honrado informador gráfico, pero español cien por cien».

Su trayectoria y obra fotográfica -no suficientemente documentada- bien merecerían otro blog y un profundo estudio de investigación. A través de esta página también intentaremos publicar los retazos de su vida que sea posible rescatar. Entretanto, lo más completo que puede encontrarse en Internet es su biografía en wikipedia.

Será con una de sus imágenes como empresario teatral, rodeado de las «alegres vicetiples y girls« con la que terminemos a este post, sobre un pionero tanto de la fotografía como del espectáculo[Campúa padre aparece en el centro, marcado con un número 1 escrito a mano en la época].

Campúa padre, en un homenaje a las chicas de la compañía de Romea. Aparece en el centro rodeado de las "alegres vicetiples y girls"

Campúa padre, en un homenaje a las chicas de la compañía de Romea. Aparece en el centro rodeado de las «alegres vicetiples y girls«