El estudio de Campúa en la Gran Vía de Madrid

Sobres originales del primer estudio de Pepe Campúa, que el fotógrafo usaba para guardar el archivo de retratos

Sobres originales del primer estudio de Pepe Campúa, que el fotógrafo usaba para guardar el archivo de retratos

Al terminar la Guerra Civil española, José Demaría Vázquez «Campúa» regresó a Madrid y siguió trabajando como reportero con Víctor de la Serna, primero en Informaciones y luego en La Tarde.

Pero paralelamente a los reportajes de actualidad, fue desarrollando con fuerza la otra vertiente de su trabajo fotográfico: el retrato y la fotografía de estudio. Durante esos años hizo sesiones con personalidades y artistas de la época, al igual que cuando en los inicios de su carrera fotografiaba a personajes teatrales en los jardines de Sorolla. Muchas de esas fotografías de actores y actrices de cine se publicaron también en Cámara, pionera como revista cinematográfica en España.

Era evidente la necesidad de tener un estudio donde revelar los materiales y con un buen plató donde hacer los retratos tanto de personalidades de la escena madrileña como de particulares que acudían a hacerse retratos con motivo de su boda o a encargar una foto familiar. El lugar elegido por Pepe Campúa para ubicar su estudio fue la misma manzana de la Gran Vía donde había estado situado el cine Madrid-París que él mismo dirigió en los años 30, en el número 32, a diferencia de que en ese momento la calle principal de Madrid se llamaba Avenida de José Antonio.

Según el libro Gyenes, el fotógrafo del optimismo, de Fernando Olmeda, el estudio fue inaugurado el 10 de enero de 1941. Así lo contó Juan Gyenes -que en aquella época trabajaba con Campúa- en una entrevista a Miguel Ángel Gonzalo publicada en la revista Época, tal y como señala el libro de Olmeda:

«Siempre recordaba que aquel día la nieve llegaba hasta la rodilla»

Más adelante el diario ABC en su edición de la mañana del 17 de octubre de 1944 publicaría una breve nota sobre la inauguración del estudio, que probablemente respondía a la apertura de la temporada o a la inauguración de una exposición de sus fotos, ya que parece claro por el trabajo fotográfico que se conserva -tanto de Campúa como de Gyenes- que el estudio llevaba funcionando desde años antes. En esta inauguración que reseña ABC el fotógrafo ofreció una gran fiesta a la que acudieron las principales personalidades de la sociedad, la política y el mundo del arte, y de la que dio cuenta el diario:

En la sección de Informaciones de Madrid, el diario ABC dio cuenta de la apertura del estudio fotográfico de Campúa en el número 32 de la entonces llamada Avenida de José Antonio, la Gran Vía.

En la sección de Informaciones de Madrid, el diario ABC dio cuenta el 17 de octubre de 1944 de la apertura del estudio fotográfico de Campúa en el número 32 de la entonces llamada Avenida de José Antonio, la Gran Vía.

Del archivo de Campúa rescatamos algunas imágenes de cómo era el estudio en aquella época, con una tarima de columnas que servía de escenario para las sesiones, al igual que el sofá que le acompañaría después a su siguiente estudio, que estaría situado en la calle Bárbara de Braganza. Una chimenea simulada completaba la decoración para, con distintos juegos de luces conseguir los efectos típicos del retrato de aquel tiempo, con sombras dramáticas y poses a menudo teatralizadas. (Las imágenes pueden ampliarse para verlas en modo galería haciendo click en cualquiera de ellas)

Fue en aquella época también cuando el fotógrafo de origen húngaro Juan Gyenes se inició como ayudante en el estudio de Campúa, tal y como puede verse en la siguiente imagen. De hecho, otro de los datos que corroboran esta versión es el hecho de que el gran fotógrafo conocería en el estudio de Campúa a la que luego fue su mujer, Sofía Vázquez, que trabajaba allí como secretaria y con la que se casó en 1943.

Juan Gyenes en los años 40 en el estudio de Campúa

Juan Gyenes en los años 40 en el estudio de Campúa

Por el estudio de Pepe Campúa en la Avenida de José Antonio nº 32 pasarían en los años siguientes incontables personalidades relevantes, pero también mucha gente anónima a las que el fotógrafo retrataba con la misma maestría y singularidad, convirtiéndolas en «artistas de cine» fuera cual fuera su apellido. En esta sede estaría el estudio hasta enero de 1949, cuando José Demaría Vázquez «Campúa» se traslada a la que ya sería su sede definitiva en la calle Bárbara de Braganza nº 2.

La estancia en Suiza de Pepe Campúa

Cuando José Demaría Vázquez «Campúa» estaba en la veintena, su salud era muy frágil. Extremadamente delgado y con tendencia a padecer problemas pulmonares -a lo largo de su vida sufrió una treintena de pulmonías-, los viajes y las condiciones extremas en los que realizó algunos de sus primeros reportajes, se hacían sentir en su estado físico. Tal y como escribe el periodista Marino Gómez-Santos en una entrevista con el fotógrafo publicada en Diario Pueblo el 19 de junio de 1963 al recordar el viaje a Las Hurdes que realizó en junio de 1922:

El viaje a Las Hurdes, acompañando a don Alfonso XIII y su séquito, pudo costarle la vida a José Campúa, porque por aquellas fechas ya había padecido dos pulmonías de las que había salido con dificultad. […] La fatiga de aquella expedición con jornadas larguísimas a caballo, bajo el sol abrasante de Extremadura, le dejó extenuado. Entonces se fue a un sanatorio en Suiza, donde estuvo un año y medio.

Justo antes, además, había estado en la guerra de Marruecos y, paralelamente, había trabajado de forma intensa como reportero en Madrid. «Pajarito», como le llamaba Alfonso XIII, no llegaba entonces apenas a los 40 kilos de peso y necesitó una cura de reposo.

«Mi padre hizo el hombre un sacrificio. A los tres o cuatro meses llegó Justito Sanjurjo -hijo del general-, que en una de sus escapadas a Madrid compró un décimo de lotería y nos tocaron 750.000 pesetas».

De aquella época se conserva este retrato que Pepe Campúa se hizo en la ciudad de Davos junto a una patinadora y que fue publicado en la revista Mundo Gráfico el 21 de febrero de 1923.

El pie original de la foto, publicada en Mundo Gráfico, señalaba: "Nuestro compañero Pepe Campúa, patinando sobre la nieve en Davos con una linda deportista"

El pie original de la foto, publicada en Mundo Gráfico, señalaba: «Nuestro compañero Pepe Campúa, patinando sobre la nieve en Davos con una linda deportista»

En esa revista también se publicó un amplio reportaje sobre los deportes de invierno, que el fotógrafo realizó durante su estancia en Suiza ya que, pese a estar recuperándose, siguió trabajando como periodista enviando colaboraciones ocasionales desde dicho país tanto a Mundo Gráfico como a La Esfera y a Nuevo Mundo.

En la galería siguiente recogemos, con sus pies originales, las imágenes del reportaje publicado por Mundo Gráfico aquel 21 de febrero de 1923:

Analizando las fotografías e informaciones publicadas en la prensa gráfica de la época parece, sin embargo, que la estancia de Pepe Campúa en Suiza no fue tan larga como relataba la crónica de Marino Gómez-Santos. De hecho, en Mundo Gráfico el 27 de junio de 1923 -cuatro meses después de las fotografías anteriores- se daba noticia de su recuperación y regreso a Madrid en la sección «Retratos de la semana».

Noticia de la recuperación de la salud de Pepe Campúa y su vuelta a Madrid, publicada en Mundo Gráfico el 27 de junio de 1923

Noticia de la recuperación de la salud de Pepe Campúa y su vuelta a Madrid, publicada con una fotografía de Cortés en Mundo Gráfico el 27 de junio de 1923. El pie original da la noticia:
«PEPITO CAMPÚA. Hijo de nuestro director, colaborador gráfico de Prensa Gráfica, que ha regresado de Suiza repuesto totalmente de su dolencia y que de nuevo embellecerá las páginas de estas publicaciones con sus interesantísimos trabajos fotográficos.

Campúa en el viaje del ministro Martín Artajo a la Argentina de Evita Perón

Recuadro de la revista Luna y Sol que señala: "Reportaje gráfico por José Campúa, enviado especial y agregado a la misión diplomática española que fue a la Argentina"

Recuadro de la revista Luna y Sol

Durante los años 50, entre otras labores periodísticas, José Demaría Vázquez «Campúa» fue el encargado de acompañar al entonces ministro de Exteriores, Alberto Martín-Artajo, en varios viajes oficiales al extranjero.

Una de las coberturas más destacadas fue la de la visita a Argentina entre los días 10 y 18 de octubre de 1948. Pepe Campúa acompañó a la comitiva desde el viaje en avión, durante el cual tomó las primeras instantáneas que recogemos en la siguiente galería de imágenes. En aquel viaje también le saldría una oportunidad de trasladarse a Argentina para trabajar desde allí como reportero, pero el fotógrafo decidió finalmente rechazarla y quedarse en Madrid.

El vuelo aterrizó en el aeródromo de Morón, que entonces era el aeropuerto de la ciudad de Buenos Aires, ya que el actual -Ezeiza- estaba aún en construcción. Desde la escalerilla del avión Pepe Campúa retrató con su tomavistas al ministro llegando ante una multitud que le esperaba. Es posible que el reportero hiciera este viaje junto con un ayudante, ya en varias fotos aparece Campúa con su cámara de cine en distintos actos de la visita oficial.

Pepe Campúa filmó con cámara de cine algunos momentos del viaje de Martín-Artajo a Argentina. En este positivado de época aparece filmando el descenso del ministro en el aeropuerto de Buenos Aires.

Pepe Campúa filmó con cámara de cine algunos momentos del viaje de Martín-Artajo a Argentina. En este positivado de época aparece filmando el descenso del ministro en el aeropuerto de Buenos Aires.

Pepe Campúa rodó con su cámara de cine algunos de los momentos del viaje del ministro Martín-Artajo a Argentina en 1948. Se desconoce si esas imágenes en vídeo se conservan en algún archivo público.

Pepe Campúa rodó con su cámara de cine otros momentos del viaje del ministro Martín-Artajo a Argentina en 1948, como este desfile militar. Se desconoce todavía si esas imágenes en vídeo se conservan en algún archivo público.

Durante el viaje visitaron, junto a distintos cargos políticos de Argentina, incluida Evita Perón -que había visitado España el año anterior- la Fundación de Ayuda Social Maria Eva Duarte de Perón, tres de los llamados «Hogares de Tránsito» o el Instituto Nacional de Ciegos entre otras entidades benéficas. El primer día de estancia en Buenos Aires la comitiva también fue recibida por el general Juan Domingo Perón en la Casa del Gobierno.

El ministro Martín-Artajo visitó junto con Evita Perón diversas entidades benéficas en Buenos Aires. Como en este instante de la visita, retratado por la cámara de Pepe Campúa.

El ministro Martín-Artajo visitó junto con Evita Perón diversas entidades benéficas en Buenos Aires. Como en este instante de la visita, retratado por la cámara de Pepe Campúa.

Positivado de época de la recepción que el general Juan Domingo Perón ofreció con motivo de la visita del ministro Martín-Artajo a Argentina.

Positivado de época de la recepción que el general Juan Domingo Perón ofreció con motivo de la visita del ministro Martín-Artajo a Argentina.

A día siguiente, antes de asistir a una gala y al torneo en el hipódromo de San Isidro, se celebró un Te Deum en la Iglesia Catedral Metropolitana durante el cual Martín-Artajo realizó una ofrenda floral ante la tumba del general San Martín.

Ofrenda floral de Martín-Artajo al general San Martín en la catedral de Buenos Aires.

Ofrenda floral de Martín-Artajo al general San Martín en la catedral de Buenos Aires. El pie de foto original describe: «Colocación de flores ante la tumba del general San Martín. Acompañan al ministro el gobierno, el embajador de España y Séquito. Catedral de Buenos Aires.

Entre las distintas visitas también se incluyó un recorrido por Mar del Plata, la ciudad de la Plata, así como por diversas instituciones y ministerios. Entre los momentos más destacados de aquellos que captó la cámara de Campúa estuvo la concentración en la plaza de Mayo convocada por las juventudes peronistas.

Programa con el itinerario de la visita de Martín Artajo a Argentina

Programa con el itinerario de la visita de Martín Artajo a Argentina

Recepciones, discursos y desfiles completaron la agenda de aquel viaje oficial que refrendaba la alianza entre Argentina y España en aquellos años en los que el país gobernado por el dictador Francisco Franco sufría el aislamiento internacional.

Años antes, los dos países habían firmado un tratado comercial que concedía a España un crédito de 350 millones de dólares, a bajo interés, que aseguraba el suministro de trigo, maíz y carne congelada. Por ese motivo este tipo de viajes eran estratégicos en los tiempos de la posguerra española.

Tal y como relataba la revista Luna y Sol en el reportaje firmado por Ramón Bermejo y Miranda sobre la visita oficial, publicado en su número de diciembre de 1948:

Fueron seis días de inacabables jornadas patrióticas, en las que se puso constantemente de manifiesto la gran compenetración existente entre España y Argentina, cuyo colofón y remate tiene por base los protocolos suscritos por ambos países.

Pepe Campúa, empresario cinematográfico

Pepe Campúa retratado como empresario cinematográfico en 1933, foto publicada en Mundo Gráfico.

Pepe Campúa retratado como empresario cinematográfico en diciembre de 1933. Fotografía publicada en Mundo Gráfico con motivo de un homenaje ofrecido al reportero y empresario.

Además de su trayectoria como reportero, José Demaría Vázquez «Campúa» desarrollo una intensa actividad como empresario cinematográfico, área en el que fue pionero en Madrid. Su padre José Demaría López ya había iniciado esta línea de trabajo, con diversos teatros y salas de espectáculos. Así, con menos de 20 años, recibió Pepe Campúa de su padre la dirección del cine Royalty, que estaba situado en la madrileña calle de Génova. Tal y como lo explicaba el fotógrafo en una entrevista publicada en diario Pueblo el 18 de junio de 1963:

«Me encargó a mí la dirección pues vio que tenía cierta disposición para ese tipo de negocio y él tenía que ocuparse del periódico. Me puso de sueldo cincuenta duros y con aquella ayuda pude comprarme mi primer coche, un Amílcar. […] En el cine Royalty conocí a Rafael Sánchez Mazas, que concurrió a las primeras sesiones de cine amateur que se dieron en Madrid».

Esa fue su primera experiencia en un sector que apasionaría al fotógrafo. Más tarde, tras una estancia de medio año en Suiza por motivos de salud debido al viaje que realizó con Alfonso XIII a Las Hurdes, a mediados de los años veinte José Mª Carretero, El Caballero Audaz, le presentó a unos empresarios que iban a fundar una productora de películas que se llamaría Renacimiento Film, de la que Pepe Campúa fue nombrado directorEmpezaba el cine sonoro y querían producir películas en español.

«La primera actuación de Imperio Argentina en el cine [sonoro] fue con un contrato que yo la firmé en Renacimiento Film. Yo la conocía de haberla visto trabajar en los teatros de mi padre. […] La película era una coproducción franco-alemana-española y se rodó en Berlín. Recuerdo que Imperio Argentina vivía en la pensión Latina». La película se tituló El profesor de mi mujer. «Tuvo un éxito regular, pero a nosotros nos costó muy barata, unas ciento cincuenta mil pesetas».

Tal y como explicaba el periodista Marino Gómez-Santos en la entrevista de diario Pueblo, en aquella empresa se desdobló la personalidad de José Campúa como un gran hombre de negocios cinematográficos. Compró para la compañía que presidía toda la producción de Walt Disney, introduciendo en España sus películas de dibujos.

«Me puse en contacto con la Columbia, para donde trabajaba este gran artista y por ciento cincuenta mil pesetas adquirí treinta películas de dibujos y otras treinta películas largas, con tres copias de cada una. […] ¿Pero puede creerse hoy que este material no tuvo aceptación? Los empresarios debieron tomarme por loco. Dijeron que era recargar el programa y que no les interesaba esta iniciativa mía. Tanto es así que me costó presentar la dimisión en Renacimiento Film y me quedé en la calle».

Exterior del cine Actualidades en 1933Fotografía sin autor reconocido extraída del número 5 (1933) de la revista Arquitectura, procedente de la Hemeroteca Municipal de Madrid.

Exterior del cine Actualidades en 1933
Fotografía sin autor reconocido extraída del número 5 (1933) de la revista Arquitectura, procedente de la Hemeroteca Municipal de Madrid.

Pero Campúa era amigo de la familia Stuick y un día hablando con el empresario taurino y de espectáculos Livinio Stuick le propuso el negocio de un cine de actualidades en Madrid, donde se proyectaran noticiarios y películas cortas.

«Don Livinio dijo que no le parecía mal la idea y nos pusimos a realizarla. Encontramos un local en la Gran Vía y formamos una sociedad integrada por Ulargui, el conde de Elda, Livinio Stuick y varios amigos más. Total, que hicimos en Madrid el primer cine de actualidades que se llamó así: Actualidades, con refrigeración y todo. Nos costó todo, con maquinaria de cine, butacas y demás, seiscientas cincuenta mil pesetas. El resto del capital lo invertimos en comprar películas».

Así, Campúa deja la máquina de fotos y comienza a hacer pequeños reportajes con la cámara de cine. Si se jugaba un partido de fútbol por la mañana o por la tarde, allí estaba Campúa con su cámara para registrarlo y que el público pudiera verlo en el cine por la noche. Igualmente hacía con las corridas de toros y con los acontecimientos más sobresalientes de la vida española. Llegó a hacer incluso un reportaje durante la Revolución obrera de Asturias en 1934 y las colas para ver aquellas películas de actualidad eran enormes.

Reseña sobre el programa del cine "Actualidades" en 1933, que destaca la labor de Pepe Campúa como pionero del uso de la imagen en movimiento en el reporterismo deportivo.

Reseña sobre el programa del cine «Actualidades» en 1933, que destaca la labor de Pepe Campúa como pionero del uso de la imagen en movimiento en el reporterismo deportivo.

«Se ganó mucho dinero, hasta el punto de que a mí me concedieron el diez por ciento de los beneficios, además de las mil quinientas pesetas de sueldo que tenía. En el primer ejercicio se ganó un millón quinientas mil pesetas, por tanto, tenían que darme ciento cincuenta mil; pero en el Consejo de Administración se armó por ello un gran escándalo. Menos mal que el señor Brandón, un francés que era el presidente, dijo que no sólo merecía esos beneficios sino que debían hacerme un gran regalo. Me regalaron un Ford de ocho cilindros y me pagaron el viaje para asistir, en Roma, a la boda del príncipe de Asturias, de la cual hice un reportaje que luego se pasaría en nuestro cine».

Recogemos a continuación algunos artículos publicados en la época con motivo de un homenaje que recibió José Demaría Vázquez «Campúa» en diciembre de 1933.

Fotonoticia del homenaje a Pepe Campúa como empresario cinematográfico en 1933.

Fotonoticia del homenaje a Pepe Campúa como empresario cinematográfico, publicado en el diario Nación en diciembre de 1933.

Crónica del homenaje a Pepe Campúa como empresario cinematográfico.

Perfil con motivo del homenaje a Pepe Campúa como empresario cinematográfico publicado en el diario Informaciones. El artículo señala cómo aprendió «no solamente las necesidades de una cabina para mejor orientar las características del negocio, sino también el corte y montaje de películas con arreglo a los gustos del público»

Más tarde, en 1935, se lanzaría a otra aventura abriendo la sala de proyecciones Madrid-París -en el nº 32 de la Gran Vía, donde habían estado ubicados los almacenes Madrid-París y, actualmente, se encuentra la sede del Grupo Prisa- de cuya inauguración daba cuenta el diario La Libertad el 20 de abril de 1935.

Entrada del cine Madrid-París, inaugurado en la Gran Vía madrileña en 1935. Fotografía de autor desconocido, publicada en la revista Nuevas Formas, depositada en la Hemeroteca Municipal de Madrid.

Entrada del cine Madrid-París, inaugurado en la Gran Vía madrileña en 1935. Fotografía de autor desconocido, publicada en la revista Nuevas Formas, depositada en la Hemeroteca Municipal de Madrid.

Bajo la dirección de Campúa se ha construido en Madrid-París una gran sala de proyecciones obra del insigne arquitecto Teodoro Anasagasti. El nuevo local es amplio, sencillo y elegante y está dotado de moderno confort y de instalaciones de calefacción y de refrigeración que permitirán su funcionamiento durante todo el año. Su pantalla, extensible, hace posible la proyección a gran tamaño y sus equipos sonoros son de lo más perfecto de la técnica actual. […] La diferencia con los demás locales estará en que Madrid-París proyectará su programa en sesión continua sin descanso alguno y comenzará a las once de la mañana.
Para la sesión inaugural Campúa ha elegido un maravilloso dibujo en colores y la grandiosa y espectacular revista «Música y mujeres», llamada la revista de las elegancias.

Su trabajo, cámara de cine en mano, era reconocido por la prensa de la época, con referencias como la siguiente publicada en El Heraldo de Madrid el 26 de febrero de 1936, sobre la programación del cine Actualidades:

El Éclair Journal recoge los sucesos más importantes de la semana, dedicando a Madrid buena parte del espacio para que el popular reportero Pepito Campúa haya lucido una vez más sus habilidades de toma de vistas impresionando los acontecimientos más interesantes, entre los que destacan las elecciones de diputados a Cortes, la llegada del aviador Menéndez Peláez a barajas, el homenaje del pueblo madrileño a Pedro Rico y demás concejales al hacerse cargo de la Alcaldía, la crecida del «calumniado» Manzanares y, por último, los Carnavales en el paseo de la castellana, todo ello recogido con gran acierto.

Después de la guerra civil -durante la cual trabajó fundamentalmente con la cámara fotográfica- Pepe Campúa volvió a compaginar el reporterismo gráfico con el mundo del cine y fue empresario durante quince años del famoso cine del Palacio de la Prensa en la Gran Vía. Después construyó en Madrid los cines Palace, Ibiza, Argel y el Colisevm de Barcelona. Además, siguió experimentando prácticamente durante toda su vida, no solo con la máquina de fotos, sino también con la cámara de cine o el tomavistas.

(Para redactar e ilustrar este artículo ha sido muy valiosa la información de la web 100 años de Gran Vía
http://granvia.memoriademadrid.es/)

Algunas vivencias de José Demaría Vázquez «Campúa» durante la guerra civil española

Una de las etapas más intensas de la vida personal y profesional de Pepe Campúa fue la guerra civil española. Cuando estalla el conflicto, en 1936 el fotógrafo está en Madrid y recibe el primer golpe personal cuando, el día 20 de septiembre detienen a su padre y lo matan dos días después al sacarlo de la checa de Fomento.

Tal y como Pepe Campúa relata en la entrevista con Marino Gómez Santos, publicada en el diario Pueblo el 18 de junio de 1963 bajo el título “Campúa cuenta su vida”:

Ese mismo día mi vida peligraba también y me fui a la Embajada Argentina. Estaba de Encargado de Negocios Pérez Quesada, que era amigo mío. Me admitieron de verdadero milagro, porque la casa de la Embajada estaba llena de gente. Allí me encontré con Paco Casares, Benito Pico, los Urquijo, Gandarias, Blanquita Borbón…

En la primera expedición pudimos salir disfrazados de milicianos de la C.N.T., pues la Embajada Argentina había comprado uniformes a un tipo de la C.N.T., a condición de que se le pasara a él también.

Algunas de las personas que, junto con Pepe Campúa, se refugiaron en la Embajada de Argentina en Madrid durante la guerra civil

Algunas de las personas que, junto con Pepe Campúa, se refugiaron en la Embajada de Argentina en Madrid durante la guerra civil.
En el reverso de la imagen, el fotógrafo escribe: «Embajada Argentina en Madrid, noviembre 1936. Perseguidos por los rojos la Argentina los amparó» y los nombres del Marqués de Santa Cruz, el Ministro de la Monarquía Sr. Tormo, el Marqués de Santo Domingo y la Marquesa Viuda de Esquilache.

En la siguiente galería pueden verse algunas de las imágenes que captó Pepe Campúa durante aquellos días en la embajada:

Allí, en la embajada argentina, comenzó el largo recorrido que el reportero realizaría en los años de la guerra civil. Al llegar disfrazados a Alicante, donde ya no manda la C.N.T. sino las izquierdas republicanas, la expedición quedó confinada en un piso durante veinticuatro horas:

«Gracias a Pérez Quesada pudimos salir de allí, a las dos de la madrugada, para embarcar en el «Tucumán». Aquella tarde había embarcado también, vestido de marino, Serrano Suñer».

Aquel barco le llevó a la ciudad de Marsella y, desde allí, Pepe Campúa llega a la zona tomada por el bando nacional. Al entrar se encuentra con el periodista Victor de la Serna que le ayudó y le prestó dinero, puesto que el fotógrafo ya no tenía nada. Según narra en la entrevista de Pueblo:

«Yo llegaba materialmente sin cinco céntimos, entonces me indicó lo que procedía hacer para poder trabajar y me presentó a Vicente Gay, que era Director de la Delegación del Estado para Prensa y Propaganda».

En ese momento Campúa es nombrado Jefe de la Sección de Fotografías y Carteles. Le pusieron un coche e inició su recorrido por los frentes españoles, comenzando por el País Vasco, acompañado por Victor de la Serna y por el periodista de origen portorriqueño que se convertiría en el cronista de Franco, Víctor Ruiz Albéniz conocido como «Tebib Arrumi» (por los años que ejerció como doctor en Marruecos, ya que el seudónimo quiere decir doctor cristiano). Tal y como lo contó el fotógrafo, con la terminología habitual de la prensa de la época:

«A partir de 1937 yo he estado en la toma del Norte, en Extremadura, Levante, Cataluña… Hasta la Liberación, en todos los sitios. Me concedieron dos cruces rojas al Mérito Militar, la medalla de la Campaña, y el Caudillo, al poco tiempo, me concedió la medalla de Isabel la Católica».

Fue muchísimo el material fotográfico recogido por Campúa en dichos años en los que recorrió gran parte de España -ya que incluso consiguió un salvoconducto de la República Argentina para poder moverse por la zona republicana. Una selección de sus fotografías se expondrían en San Sebastián aún durante la contienda. Recogemos a continuación varias imágenes de distintos momentos de la guerra captados por el objetivo de Campúa o bien retratos del propio fotógrafo en distintos momentos de dicha época.

Campúa inició su recorrido por el País Vasco y allí captó innumerables imágenes, como esta de la camioneta del servicio de desinfección en Zarautz, Bilbao con Perico Chicote el 23 de junio de 1937

Campúa inició su recorrido por el País Vasco y allí captó innumerables imágenes, como esta de la camioneta del servicio de desinfección en Zarautz, Bilbao con Perico Chicote el 23 de junio de 1937

Pepe Campúa retrató en 1938 al comandante Vara del Rey junto con el avión "Satanás"

Pepe Campúa retrató en 1938 al comandante Vara del Rey junto con el avión «Satanás». La información de archivo no precisa el lugar donde fue tomada la fotografía.

Pepe Campúa en Benasque, mientras realizaba el reportaje del Frente del Pirineo en 1938

Pepe Campúa en Benasque, mientras realizaba el reportaje del Frente del Pirineo en 1938

Tras la toma de Vinaroz, Pepe Campúa retrata a Franco en el puerto de dicha ciudad valenciana en mayo de 1938

Tras la toma de Vinaroz, Pepe Campúa retrata a Franco en el puerto de dicha ciudad valenciana en mayo de 1938

Para realizar el trabajo de reportero de guerra unas veces hacía falta disfrazarse de sindicalista de la CNT y otras vestir el uniforme falangista. En esta imagen aparece Pepe Campúa a la izquierda en Badajoz en abril o mayo de 1937

Para realizar el trabajo de reportero de guerra unas veces hacía falta disfrazarse de sindicalista de la CNT y otras vestir el uniforme falangista. En esta imagen aparece Pepe Campúa a la izquierda en Badajoz en abril o mayo de 1937

Campúa retratado por el dibujante Manuel Alonso Moyano

Traemos a esta sección de «Campúa visto por otros» esta caricatura de José Demaría Vázquez «Campúa» realizada por el dibujante sevillano Manuel Alonso Moyano «Manolo», que colaboró a principios del siglo XX en el semanario Don Cecilio.

Caricatura de Campúa, fechada en agosto de 1042, realizada por Manuel Alonso Moyano

Caricatura de Campúa, fechada en Madrid en agosto de 1942, realizada por Manuel Alonso Moyano

El año en que este dibujo fue realizado -1942- fue difícil para Pepe Campúa ya que, según los documentos conservados en el Centro Documental de la Memoria Histórica, en esa época fue sido juzgado y condenado por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo que ordenó su encarcelamiento en la Cárcel de Porlier a principios del mes de julio. Allí se dice que permaneció durante al menos tres meses y medio, acusado de haber pertenecido a una logia masónica, por lo que este dibujo habría sido realizado durante dicho periodo de privación de libertad.

Desconocemos las circunstancias en las que el dibujante lo llevó a cabo. Quizá a partir de una fotografía,  quizá durante una visita a prisión o tal vez por encontrarse el propio autor de  la caricatura encarcelado… No se han encontrado todavía documentos que permitan saber cómo Alonso Moyano, «Manolo», realizó este magistral retrato en el que el fotógrafo, paradójicamente, esboza media sonrisa y tiene un semblante tranquilo. Sea como fuere, Campúa guardaría el dibujo de «Manolo» entre sus recuerdos personales durante toda la vida.

Pepe Campúa y su relación con la familia Sorolla

Campúa padre, José L. Demaría López, coincidió a menudo con el pintor Joaquín Sorolla en el ambiente cultural de la época. De hecho le retrató en alguna ocasión, como la fotografía del maestro valenciano pintando al Rey Alfonso XIII en La Granja (1907), que se conserva en la colección del Museo Sorolla con el nº de inventario 80076.

Campua padre retrató en 1907 a Sorolla mientras retrataba a Alfonso XIII con uniforme de húsar. A la izquierda el cuadro de Sorolla y a la derecha la fotografía de José L. Demaría López "Campúa"

Campua padre retrató en 1907 a Sorolla mientras retrataba a Alfonso XIII con uniforme de húsar.
A la izquierda el cuadro de Sorolla y a la derecha la fotografía de José L. Demaría López «Campúa»

Sin embargo, la relación más estrecha fue la que mantuvo Campúa hijo con el pintor y su familia. Pepe Campúa era amigo de Joaquín Sorolla hijo, Joaquinito, pero el encuentro se produce más tarde cuando el fotógrafo apenas llegaba a los 20 años. Así lo narraba el propio reportero gráfico en el artículo «Campúa cuenta su vida» de Marino Gómez Santos, publicado en el diario Pueblo el 18 de junio de 1963:

Bueno, es que yo quise ser pintor. Esa es otra historia. Yo era amigo de su hijo Joaquinito, y cuando vino la artista Esperanza Iris a Madrid, que era muy amiga de la familia Sorolla, fui a hacerle a esta artista un reportaje al teatro de la Zarzuela y allí me presentaron al maestro. «A mí me gusta mucho la pintura y me agradaría ser pintor», le dije. Entonces, ni corto ni perezoso, le tracé unas líneas en un papel. «Bueno, bueno, vete a casa y ya veremos, che», me dijo don Joaquín.

Campúa frecuentó el estudio de Sorolla y allí comenzó sus experiencias, pero pronto se dio cuenta de que con los pinceles nunca haría carrera y desistió.
– Don Joaquín me apreciaba mucho, yo estaba allí todos los días, me quedaba, incluso, a comer, porque me quería mucho, pero un día recomendó: «Mira, Pepito, tú sigues con la fotografía; trae, si quieres, a las artistas, y aprovechas el jardín para hacer tus retratos, si quieres». A Campúa el consejo le pareció muy acertado, y así lo hizo.

Por tanto, la breve trayectoria de Pepe Campúa en el ámbito de la pintura se llevó a cabo en el estudio de Sorolla padre, no en el de Sorolla hijo como se ha mencionado en ocasiones sin citar una fuente documental. Y así, a principios de los años 20 el fotógrafo frecuentó el estudio del pintor y en él realizó reportajes con actores y actrices de la época como el de «La eterna comedieta: Colombina y Arlequín», publicado en La Esfera el 19 de junio de 1920.

Campúa haría una de las últimas fotografías del pintor, junto a su mujer Clotilde, cuando la enfermedad de Sorolla ya estaba muy avanzada. Esta fotografía se publicó en el nº 615 de Mundo Gráfico, pocos días después de la desaparición del artista.

El pie de foto original de Mundo Gráfico decía: El ilustre pintor D. Joaquín Sorolla, con su esposa, en su hotelito de Cercedilla, pocos días antes de su fallecimiento ocurrido el día 10 del actual.

El pie de foto original de Mundo Gráfico decía: El ilustre pintor D. Joaquín Sorolla, con su esposa, en su hotelito de Cercedilla, pocos días antes de su fallecimiento ocurrido el día 10 del actual.

Y Campúa también retrató unas escenas del cortejo fúnebre del artista valenciano, del que él mismo formó parte cargando el ataúd de su admirado amigo, durante un fragmento del trayecto al entierro de su cuerpo en Valencia.

Positivado de época de una foto anónima en la que aparece Pepe Campúa -el segundo a la izquierda- cargando con el féretro de su amigo y maestro, el pintor Joaquín Sorolla.

Positivado de época de una foto anónima en la que aparece Pepe Campúa -el segundo a la izquierda- cargando con el féretro de su amigo y maestro, el pintor Joaquín Sorolla.

Fotografía de Pepe Campúa publicada en Mundo Gráfico de la comitiva fúnebre de Sorolla a su llegada a Valencia. El pie original dice: "El pueblo valenciano acompañando en imponente manifestación de duelo el cadáver del gran artista al llegar a la capital para ser entregado en el panteón de la familia. Momento de pasar la comitiva por la calle que tiene el nombre del ilustre pintor.

Fotografía de Pepe Campúa publicada en Mundo Gráfico de la comitiva fúnebre de Sorolla a su llegada a Valencia.
El pie original dice: «El pueblo valenciano acompañando en imponente manifestación de duelo el cadáver del gran artista al llegar a la capital para ser entregado en el panteón de la familia. Momento de pasar la comitiva por la calle que tiene el nombre del ilustre pintor.

La relación entre ambas familias siguió, Joaquín Sorolla hijo fue testigo en la boda del fotógrafo y estuvieron muy unidos. Tal y como sigue relatando Campúa en la entrevista de Marino Gómez Santos:

Entonces siguió su amistad con el hijo del pintor, y con él hizo su primer viaje a los Estados Unidos, cuando se colocó la obra de Sorolla en la Hispanic Society, de  Nueva York.

– Le ayudé con la colocación de los cuadros y de los retratos del doctor Marañón, Baroja, Concha Espina… Luego, cuando fui en viaje oficial con Martín Artajo, volví a ver aquellos magníficos cuadros, cuya colocación es obra mía, y me alegré íntimamente.

Fruto de esta amistad destaca el retrato a carboncillo atribuido al hijo de Joaquín Sorolla que Pepe Campúa conservó durante décadas colgado en la pared de su estudio y con el que concluimos este artículo, que por su contenido de peso en la vida del fotógrafo incluimos tanto en la categoría de «Biografía» como en la de «Campúa visto por otros».

Reproducción de un retrato a carboncillo de José Demaría Vázquez "Campúa" atribuido al hijo de Joaquín Sorolla.

Reproducción de un retrato a carboncillo de José Demaría Vázquez «Campúa» atribuido al hijo de Joaquín Sorolla.