Campúa, único fotógrafo en el viaje de Alfonso XIII a Las Hurdes

(Actualización de la entrada publicada el 20 de septiembre de 2013)

Entre el 20 y el 24 de junio de 1922, José Demaría Vázquez «Campúa» tendría la oportunidad de ser el fotógrafo oficial que cubriría el viaje del rey Alfonso XIII a la empobrecida región extremeña de Las Hurdes. Pudo hacer ese viaje gracias a que ganó un sorteo entre los reporteros gráficos y, con tan solo 22 años, realizó algunas de las fotografías más representativas de su carrera. Fue seleccionado como fotógrafo con el compromiso de facilitar las fotografías a toda la prensa ilustrada, tal y como señala Juan Miguel Sánchez Vigil en su tesis «La Documentación Fotográfica en España: revista La Esfera». Como redactor para cubrir el viaje fue agraciado por sorteo José García Mora, del diario El Debate.

Alfonso XIII retratado por Pepe Campúa en Las Hurdes mientras organizaba el reparto de alimentos, en el viaje que realizó junto al Doctor Marañón

Alfonso XIII retratado por Pepe Campúa en Las Hurdes mientras organizaba el reparto de alimentos, en el viaje que realizó junto al Doctor Marañón

Las imágenes que captó la cámara de Campúa se publicarían en revistas como Nuevo MundoMundo Gráfico, La Esfera y Blanco y Negro—entre otras cabeceras de prensa escrita que se hiceron eco de la visita— y se convertirían un revulsivo para la opinión pública española al tomar conciencia de la enorme pobreza que se vivía en aquella región del país. Tal y como lo relató Mundo Gráfico en su número de 5 de julio de 1922:

Otro instante del viaje de Alfonso XIII a Las Hurdes, retratado por Pepe Campúa al salir de una de las viviendas de dicha

Otro instante del viaje de Alfonso XIII a Las Hurdes, retratado por Pepe Campúa al salir de una de las viviendas de dicha

Al volver a Madrid Don Alfonso, después de su visita a Las Hurdes, habrá traído, junto a la doliente visión de aquellos lugares tan llenos de pobreza y abandono, el anhelo firme y el propósito alentador de ir haciendo los esfuerzos posibles y las gestiones necesarias a fin de que se aminoren esta miseria y este dolor que hoy llenan a la más abandonada región de España.

Con un valor artístico y documental indudable, sus fotografías transmiten el relato de la población hurdana: sus paisajes escarpados, sus casas de pizarra, la situación de miseria extrema en la que vivían y la emoción esperanzada con la que recibieron al monarca.

En una entrevista publicada en el 18 de junio de 1963 en el diario Pueblo, el reportero recordaba:

«Fueron siete duras jornadas a caballo, por caminos difíciles y abiertos en la roca. […] Había que rodear montañas a unas alturas escalofriantes y yo he visto al rey que en algunos trechos tenía que bajarse de caballo y pasar a pie, porque tenía vértigo y le daban mareos. […] En el curso de cada jornada pasábamos un calor sofocante».

Alfonso XIII, que apodaba a Pepe Campúa como «Pajarito», porque en aquel entonces estaba muy delgado y ya le caracterizaba su gran nariz, pudo estrechar lazos con el joven reportero en aquel viaje y le dedicó una fotografía en la que posaron juntos en la región hurdana.

Alfonso XIII firmó para Pepe Campúa un retrato de ambos durante su visita a Las Hurdes en 1922

Alfonso XIII firmó para Pepe Campúa un retrato de ambos durante su visita a Las Hurdes en 1922

Durante aquella ruta, además, Campúa le tomó al rey Alfonso XIII y al doctor Marañón una foto desnudos al bañarse en el río de Los Ángeles, que luego el fotógrafo recordaría como una de sus instantáneas más audaces. Según narran las crónicas completas de aquel viaje publicadas por la oficina de turismo de Caminomorisco:

Alfonso XIII le dijo a Campúa: «¡ven Pajarito!, que vas a hacer una fotografía que no me ha hecho nunca tu padre». El Rey se desprendió del pantalón y de la camisa, con lo cual quedó completamente desnudo, al tiempo que invitaba a bañarse a cuanto componían su séquito. Antes de meterse en el agua llamó al doctor Marañón, que se había quedado con el calzoncillo debajo de la rodilla. El Rey el echó el brazo por encima del hombro y Campúa disparó una placa».

Lamentablemente no se conservan las placas originales del viaje a Las Hurdes debido a los sucesivos saqueos e incendios que sufrió el estudio de Campúa. Décadas más tarde el fotógrafo aportaba en la entrevista de Pueblo algunos datos sobre el destino de aquella foto del rey desnudo:

«Esa fotografía, cuyo cliché le entregué al rey en París, no sé cómo llegaría a manos de El Caballero Audaz en tiempos de la República. El caso es que la publicó en la portada de un libro… ¡En fin, más vale no hablar de eso!»

Un viaje que marcó historia y que en el año 1998 fue repetido por los reyes de España Don Juan Carlos (nieto de Alfonso XIII) y Doña Sofía, quienes realizaron en Las Hurdes la misma ruta que cubrió Campúa. Asimismo, en 2022 con motivo del centenario de la travesía los reyes Don Felipe y Doña Letizia visitaron la región.

Dos fotógrafos y un rey: los Campúa y Alfonso XIII

La trayectoria de los fotógrafos Campúa, padre e hijo, está unida a la vida de Alfonso XIII de Borbón, casi desde su nacimiento hasta su muerte.

Campúa padre, como reportero de Nuevo Mundo, muy pronto comenzó a seguir la actividad de Alfonso XIII por toda España y poco a poco fueron forjando una relación de amistad personal. Le acompañó en 1909 por tierras andaluzas y en sus visitas a distintas ciudades de Europa. Cuando su carrera se centró más en el mundo del cine y del espectáculo como empresario, sería Campúa hijo quien tomaría el relevo como fotógrafo frecuente del rey.

La primera experiencia intensa de José Demaría Vázquez «Campúa» junto al monarca fue el viaje a Las Hurdes en el que Pepe Campúa fue el único reportero gráfico que acompañó a Alfonso XIII en 1922 gracias a un sorteo en el que fue agraciado. Desde entonces las fotos se sucederían en actos oficiales, escenas familiares y viajes, hasta el punto de que en una entrevista publicada en el Diario de Barcelona  el 16 de noviembre de 1952 el periodista Del Arco le preguntó al fotógrafo:

¿Cuál es la figura que más veces has retratado?
Don Alfonso XIII primero y, ahora, casi alcanzándole, al General Franco.

Serían innumerables, por tanto, las imágenes que podrían ilustrar este post. Fotos que se publicaron en páginas y páginas de Mundo Gráfico, La Esfera, los diarios de la época… Poco a poco las estamos recopilando para crear una galería más amplia de imágenes, pero hemos querido elegir -para empezar- dos instantáneas representativas de cómo, desde el principio hasta el final de la vida de Alfonso XIII, la saga de los Campúa acompañó al monarca en su trayectoria. Dos positivados que, además, Pepe Campúa guardaría entre sus recuerdos personales hasta el final de su vida.

Alfonso XIII niño a caballo, retratado por Jose Demaría López, Campúa padre

Positivado de época de Alfonso XIII niño a caballo, retratado por Jose L. Demaría López, Campúa padre

Positivado de época de AlfonsoXIII retratado en su madurez por José Demaría Vázquez, Campúa hijo

Positivado de época de AlfonsoXIII retratado en su madurez por José Demaría Vázquez, Campúa hijo

La infancia del futuro rey Juan Carlos, ante el objetivo de Campúa

La cámara de José Demaría Vázquez «Campúa» fue testigo de excepción de la infancia de Juan Carlos de Borbón, desde su nacimiento y bautismo hasta su periodo de formación y el camino hasta convertirse en Juan Carlos I.

Don Juan Carlos de Borbón, recién nacido, fotografiado

Positivado de época de Don Juan Carlos de Borbón, recién nacido,
fotografiado por Pepe Campúa en Roma en 1938

El primer retrato que le hizo fue poco después de nacer, en Roma, pero los reportajes de mayor calado en la opinión pública fueron los que realizó Campúa durante el periodo de formación de Don Juan Carlos, primero en Las Jarillas y luego en San Sebastián.

A Las Jarillas, un reducido colegio de élite con tan solo ocho alumnos en las afueras de Madrid, llegó Juan Carlos en 1948. Era la primera vez que pisaba territorio español, puesto que en aquel momento la familia real se encontraba exiliada en Estoril (Portugal). Allí le hizo Pepe Campúa un reportaje que retrataba el ambiente de la escuela, la habitación del príncipe, sus compañeros y sus maestros.

El príncipe Juan Carlos estudiando en Las Jarillas, retratado por Pepe Campúa

El príncipe Juan Carlos estudiando en Las Jarillas, retratado por Pepe Campúa. Positivado de época con firma original del autor.

Don Juan Carlos permaneció en la pequeña escuela de la sierra de Madrid durante todo ese año académico. Pero tras el verano de 1949 el deterioro de las relaciones entre Franco y don Juan llevarían a este último a decidir que su hijo no volviera por el momento a España. Sería ya en otoño de 1950 cuando Juan Carlos regresara a formarse en el sistema educativo español, en esta ocasión acompañado de su hermano el infante Alfonso para quien ésta sería su primera visita a España.

Pepe Campúa recibió a al infante y al príncipe en la estación de tren de San Sebastián, junto con una muchedumbre que también aguardaba la llegada de los dos hijos de Don Juan de Borbón. La cámara de Campúa captó los rostros de alegría y sorpresa de los dos niños, ante tal recibimiento. Más tarde, también su objetivo reflejaría el ambiente estudiantil del colegio en el que estudiaron en San Sebastián.

A continuación compartimos esta galería de imágenes, procedentes de positivados de época, de dicha llegada.

Los infantes Juan Carlos y Alfonso estudiaron en San Sebastián durante los cursos siguientes. Positivado de época de Campúa

Los infantes Juan Carlos y Alfonso estudiaron en San Sebastián durante los cursos siguientes.
Positivado de época de Campúa

Reverso de la foto anterior, original de Campúa con la siguiente leyenda en francés: San Sebastián.- El Príncipe Don Juan Carlos con su hermano pequeño el Infante Alfonso repasan su lección en la clase del Palacio Real

Reverso de la foto anterior, original de Campúa con la siguiente leyenda en francés:
San Sebastián.- El Príncipe Don Juan Carlos con su hermano pequeño el Infante Alfonso repasan su lección en la clase del Palacio Real