Mariano Benlliure ante el objetivo de Campúa

El escultor Mariano Benlliure y Gil (Valencia, 1862 – Madrid, 1947) fue uno de los artistas que alcanzó mayor reconocimiento a finales del siglo XIX y principios del XX en España. Aunque comenzó su trayectoria en Valencia, se estableció en Madrid definitivamente en 1887, tan solo unos años antes de que José Luis Demaría López, «Campúa» padre llegara también a la capital. Allí se relacionaría con el entorno artístico de la época y establecería sólidos vínculos con Joaquín Sorolla y Vicente Blasco Ibáñez.

Campúa padre le fotografiaría en numerosas ocasiones, como la que recogemos a continuación, publicada en La Esfera en febrero de 1914, en el marco de un amplio reportaje sobre el estudio del escultor valenciano en Villalba. Una imagen que ha sido frecuentemente utilizada después en materiales de difusión, páginas web y biografías del artista, muy a menudo sin citar al autor original.

Retrato realizado por José Luis Demaría Vázquez, Campúa padre, al escultor Mariano Benlliure. Se publicó en febrero de 1914 en La Esfera con el pie de foto: "Benlliure trabajando en su estudio sobre una obra en mármol"

Retrato realizado por José Luis Demaría López, Campúa padre, al escultor Mariano Benlliure. Se publicó en febrero de 1914 en La Esfera con el pie de foto:
«Benlliure trabajando en su estudio sobre una obra en mármol»

Más tarde, a principios de los años 40 sería José Demaría Vázquez, «Campúa» hijo, quien retrataría a Mariano Benlliure en su estudio realizando una de sus esculturas femeninas, que constituyen un icono de su producción artística, así como contemplando una de sus clásicas figuras religiosas. Clasificadas con el nº 1431 en su archivo de retratos de estudio, este número y el tipo de material con el que fueron hechas estas fotografías permiten afirmar que muy probablemente fueron realizadas entre 1943 y 1945. No se ha encontrado aún un registro de hemeroteca de su publicación que confirme esa fecha.

En alguna biografía de José Demaría Vázquez «Campúa» se ha publicado el dato de que, durante su proceso ante el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, delató a Mariano Benlliure como masón. Esta afirmación puede dar lugar a equívocos ya que el nombre que facilitó el fotógrafo -tras llevar más de tres meses preso en la Cárcel de Porlier y después de sucesivos interrogatorios- fue el de Mariano Benlliure y Tuero, escritor e hijo de Mariano Benlliure y Gil, el afamado escultor. Así figura en los archivos del Centro Documental de la Memoria Histórica, primero en una hoja manuscrita por el fotógrafo y luego en el acta de una comparecencia del mismo ante el secretario del Tribunal Especial, fechada el 19 de octubre de 1942.

Mariano Benlliure y Tuero, hijo del escultor, retratado por Pepe Campúa. En la imagen publicada en Nuevo Mundo en 1922 un irónico pie de foto afirma: "Mariano Benlliure y Tuero, fatigado por las deliberaciones a que obliga su cargo, descansa poniendo su mano en un tatuaje comenzado por Moya"

Mariano Benlliure y Tuero, hijo del escultor, retratado por Pepe Campúa. En la imagen publicada en Nuevo Mundo en 1922 un irónico pie de foto afirma:
«Mariano Benlliure y Tuero, fatigado por las deliberaciones a que obliga su cargo, descansa poniendo su mano en un tatuaje comenzado por Moya»

Efectivamente, en publicaciones sobre la historia de la masonería, se ha señalado que Mariano Benlliure y Tuero perteneció al Grande Oriente Español y su filiación era conocida puesto que se afirma que, incluso, formó parte del consejo de redacción de la revista Latomia que publicaba la logia La Unión.

Es muy probable que Campúa hijo y Benlliure hijo tuvieran relación a lo largo de su vida, al igual que con Joaquín Sorolla hijo y otros miembros de su generación, dado el vínculo que existía entre sus padres y la cercanía en el ambiente artístico madrileño. De hecho, Pepe Campúa también retrató a Mariano Benlliure y Tuero en alguna ocasión como en esta fotografía publicada el 10 de febrero de 1924 en Nuevo Mundo, con motivo de un concurso de tatuajes artísticos en el que el hijo de Mariano Benlliure participó como jurado.

El Madrid de Campúa (IV): La noche de Reyes

La cabalgata y la noche de Reyes llevan décadas siendo un acontecimiento en la ciudad de Madrid. Es una tradición que miles de personas se acerquen a las calles del centro de la capital para ver las carrozas y el séquito de Melchor, Gaspar y Baltasar. La cámara de José Demaría Vázquez «Campúa», que en aquella época acostumbraba a captar los momentos más destacados de la vida madrileña, tampoco faltaba a la cita de la cabalgata de los Reyes Magos de Oriente.

Recogemos a continuación imágenes de dos cabalgatas por las calles de Madrid, la primera en 1949 cuyo recorrido bajaba por la Gran Vía y pasaba por la calle y la Puerta de Alcalá.

El 5 de enero de 1966 la Cabalgata de Reyes fue organizada por el Ayuntamiento por el recorrido que mantendría durante décadas desde el Parque del Retiro hasta la Plaza de la Villa. En ella desfilaron, tal y como narra la crónica publicada al día siguiente por diario ABC:

Estudiantinas, la guardia municipal montada y banda de trompetas y tambores del mismo cuerpo, escalas iluminadas, trompeteros, cuádrigas y cohorte romana en perfecta formación, rondalla del Pozo del Tío Raimundo, que fue constantemente ovacionada; galeras adornadas y la banda del Colegio-Hogar del Sagrado Corazón. Montados en camellos y seguidos de sus respectivos séquitos, Melchor, Gaspar y Baltasar, saludaban sin interrupción.

Otra de las citas clave para la tarde de Reyes eran los repartos de juguetes que realizaban diversas instituciones. A continuación recogemos dos de ellos, uno celebrado en el Cinema Palace -que fue fundado por Pepe Campúa- donde en 1954 se repartieron juguetes a los hijos e hijas del funcionariado de la Confederación Nacional de Sindicatos (CNS) y el segundo en el Asilo de San Rafael, que los Reyes Magos visitaban todos los años y a quienes el objetivo de Campúa retrató en estas fotos fechadas el 6 de enero de 1951.

Reparto de juguetes a los hijos e hijas de los funcionarios de la Confederación Nacional de Sindicatos (CNS) en el Cine Palace el 5 de enero de 1954, fotografiados por Pepe Campúa

Reparto de juguetes a los hijos e hijas de los funcionarios de la Confederación Nacional de Sindicatos (CNS) en el Cine Palace el 5 de enero de 1954, fotografiados por Pepe Campúa

Reparto de juguetes a los niños del Asilo San Rafael, fotografiado por Campúa el 6 de enero de 1951

Reparto de juguetes a los niños del Asilo San Rafael, fotografiado por Campúa el 6 de enero de 1951

Campúa y Gyenes, compañeros y amigos

El fotógrafo de origen húngaro Juan Gyenes trabajó en Madrid junto a José Demaría Vázquez «Campúa» entre 1941 y 1947, hasta que fundó su propio estudio en el que se convertiría en uno de los fotógrafos más destacados de la época.

Durante el tiempo que Gyenes trabajó en el estudio éste se encontraba en la Avenida de José Antonio nº 32, actual Gran Vía. Allí se hicieron juntos una pequeña sesión espontánea de la que se ve la complicidad y el compañerismo que unió a ambos fotógrafos. Las imágenes no están fechadas, pero por el tipo de material corresponden muy probablemente al inicio de los años 40.

Juan Gyenes y Pepe Campúa en el estudio de la Avenida de José Antonio

Juan Gyenes y Pepe Campúa en el estudio de la Avenida de José Antonio (actual Gran Vía) en Madrid

La foto que acompañaba en el archivo a esta imagen permite suponer que Juan Gyenes hizo a Pepe Campúa este retrato junto a su cámara, pese a que no está firmado y a que el negativo forma parte del archivo de Campúa

La foto que acompañaba en el archivo a esta imagen permite suponer que Juan Gyenes hizo a Pepe Campúa este retrato junto a su cámara, pese a que no está firmado y a que el negativo forma parte del acervo de Campúa

Juan Gyenes retrataría en otras ocasiones a Pepe Campúa y ambos compartirían experiencias y exposiciones, como ésta celebrada en el Hotel Palace marzo de 1947 de la cual el No-Do nº 223 B daba cuenta (a partir del minuto 6’00»).

No-Do exposición de Campúa 1947

El Madrid de Campúa (III): Navidad

La cámara de José Demaría Vázquez «Campúa» estaba siempre ávida para captar los momentos más especiales de la vida de la ciudad y de sus gentes. Uno de ellos, sin duda, era la Navidad y las fiestas de fin de año. Cada año, especialmente durante la década de los 50, Campúa salía a las calles de Madrid para retratar las iluminaciones callejeras, los puestos de productos navideños, las miradas de los niños y niñas ante los juguetes y adornos… Recogemos en la siguiente galería una selección de estas imágenes que conservan la ilusión de la Navidad.

El Madrid de Campúa (II): Lotería de Navidad

El sorteo de la Lotería de Navidad lleva desde hace décadas siendo un acontecimiento en toda España. En los años 50 los periodistas gráficos asistían a la retransmisión en la Asociación de la Prensa para captar el momento en el que dos locutores anunciaban el premio. Por su parte, los redactores esperaban en la Puerta del Sol a que los números fueran apareciendo en las ventanas, colocados a medida que iban saliendo los premios.

Los periodistas y la gente se arremolinaba en torno al edificio de Doña Manolita en para ir viendo los números premiados. Foto de Campúa tomada el 22 de diciembre de 1950

Los periodistas y la gente se arremolinaba en torno al edificio de Doña Manolita en la madrileña Puerta del Sol para ir viendo los números premiados. Foto de Campúa tomada el 22 de diciembre de 1950

José Demaría Vázquez «Campúa» asistió como un reportero gráfico más a este acontecimiento durante años y rescatamos varias imágenes de ello tomadas en 1950 y 1952, algunas de las cuales fueron publicadas en el diario Informaciones.

Finalmente la fotografía de Campúa publicada en el Diario Informaciones fue ésta. Tomada el 22 de diciembre de 1952

Finalmente la fotografía de Campúa publicada en el Diario Informaciones el 23 de diciembre de 1952 fue ésta que apareció con el siguiente pie: «La señorita Victoria Piters, alegre y emocionada, cuenta a los periodistas y ante un micrófono de Radio Nacional, cómo adquirió su padre el décimo premiado con el tercero».

Y para concluir recordamos que el noticiario No-Do también recogió en su informativo nº 541B los resultados del sorteo de aquel año en el que puede verse el trabajo de los periodistas y la alegría de las personas agraciadas.

Pepe Campúa visto por Joana Biarnés

La fotógrafa catalana Joana Biarnés (Terrasa, 1935) es una de las grandes pioneras del reporterismo gráfico español, como mujer en un mundo, hasta el momento, reservado a los hombres. José Demaría Vázquez «Campúa» y ella coincidieron a menudo, desde los primeros viajes que realizó a Madrid desde Terrasa Biarnés -a quien entonces llamaban Juanita en la capital- en los años 50, con el objetivo de cubrir distintos eventos y actos deportivos. Para poder enviar con mayor rapidez las fotos a los diarios, Juanita a veces revelaba sus carretes en el estudio de Campúa, situado en aquel entonces en la calle Bárbara de Braganza.

La trayectoria profesional de Joana estuvo marcada por dos grandes hechos históricos. Por un lado las inundaciones del Vallès de 1962, la mayor tragedia natural sufrida en territorio español, que se saldó con cerca de un millar de personas muertas. Un desastre que fue retratado de manera única por la cámara de esta fotógrafa y de su padre. La otra noticia que marcaría su carrera fue la visita a España en 1965 de Los Beatles, cuando les hizo una prolongada sesión fotográfica en la habitación que ocupaba el grupo el Hotel Avenida Palace de Barcelona.

En 1962 comenzó a trabajar en el diario Pueblo, primero desde Barcelona y luego instalándose en Madrid, donde continuó forjando la amistad y el compañerismo con Pepe Campúa. Joana Biarnés fue la autora de este retrato, que se conserva entre los recuerdos de la fotógrafa y que ha querido compartir con nosotras.

Joana Biarnés realizó a José Demaría Vázquez "Campúa" este retrato, que él consideró como el mejor que le habían hecho en su vida

Joana Biarnés realizó a José Demaría Vázquez «Campúa» este retrato, que él consideró como el mejor que le habían hecho en su vida

Una fotografía que el propio Campúa le dedicó con estas palabras:

«A la estupenda Juanita Biarnés, artista de la fotografía, que tan maravillosamente ha sabido captar esta foto mía, la mejor que poseo. Con afecto y admiración de su compañero y amigo, José Campúa. Madrid»

El retrato apareció en Pueblo en 1963, sin la firma de la autora, en una serie de tres reportajes titulada «Campúa cuenta su vida», escrita por Marino Gómez-Santos. También sirvió como ilustración de fondo para una entrevista que le realizaron a José Demaría Vázquez «Campúa» en TVE años más tarde.

Serie de tras artículos de Marino Gómez-Santos sobre la vida de Campúa, con fotografía de Joana Biarnés

Serie de tras artículos de Marino Gómez-Santos sobre la vida de Campúa, publicados en el diario Pueblo con la fotografía de Joana Biarnés

Este post no habría sido posible sin la ayuda de Laura Terré, que nos facilitó descubrir y conocer la apasionante trayectoria de Joana Biarnés.

El Madrid de Pepe Campúa

Pese a que sus orígenes estaban en Jerez de la Frontera -por parte de padre- y en Sevilla -por parte de madre-, José Demaría Vázquez «Campúa» siempre estuvo estrechamente ligado a la ciudad de Madrid.

Su primer estudio, durante los años cuarenta, lo tuvo en la calle más emblemática de la capital, la Gran Vía, que en aquel entonces se llamaba Avenida de José Antonio. Vivió en el barrio de Salamanca, en las calles de Velázquez, Hermosilla, Serrano y Diego de León en distintos periodos de su vida. Después de la guerra también tuvo residencia en la calle Orfila y en Conde de Aranda. Le encantaba ir al Parque del Retiro y tuvo casa también en el Paseo de Rosales, en la Glorieta de Ruiz de Alda (actual Glorieta de López de Hoyos) e incluso unos años vivió en un apartamento adosado a su propio estudio, el segundo que tendría, situado en Bárbara de Braganza, al lado del Paseo de la Castellana. Y sus últimos meses los pasaría en casa de su hija Esther, en el barrio de Argüelles.

Madrid fue el punto de partida de la mayoría de sus numerosos viajes pero, sobre todo, Madrid fue el lugar donde hacer reportajes callejeros, buscar escenas y sucesos que recoger con su cámara. A sus calles salía a fotografiar las nevadas, las lluvias, los acontecimientos y las gentes con su cámara de 35 mm pero también en ocasiones con máquinas de gran formato. A continuación recogemos una selección de dichos reportajes que, en su mayoría, fueron publicados en los años 50 en el diario Informaciones, con el que Pepe Campúa colaboraba en aquella época.

Restricciones de agua en Madrid, 15 de diciembre de 1950

Restricciones de agua en Madrid, 15 de diciembre de 1950

Cargando una cesta de Navidad, reportaje sobre puestos navideños, 19 de diciembre de 1951

Cargando una cesta de Navidad cuesta arriba en calle Infantas con Plaza del Rey, reportaje sobre puestos navideños, 19 de diciembre de 1951

Inauguración del tranvía entre Ventas y Pueblo Nuevo,  28 de diciembre de 1951

Inauguración del tranvía entre Ventas y Pueblo Nuevo, 28 de diciembre de 1951

Estas fotos, publicadas en su mayoría en Informaciones, nunca fueron positivadas para otro uso, con lo cual solo vieron la luz en su época reproducidas con la calidad limitada que permitía la prensa diaria de aquel entonces. Por tanto, se publican en este blog por primera en su definición y calidad real. Un ejemplo de cómo eran publicadas aquella época puede comprobarse en el siguiente artículo que, como era habitual en su rutina de trabajo, Pepe Campúa guardó recortado junto con el negativo de la fotografía en su archivo fotográfico.

Noticia de la inauguración del tranvía Ventas-Pueblo Nuevo, publicada en Informaciones en diciembre de 1951 con fotografía de Campúa

Noticia de la inauguración del tranvía Ventas-Pueblo Nuevo, publicada en Informaciones en diciembre de 1951 con fotografía de Campúa

Amparo Rivelles, una leyenda de las artes escénicas, fotografiada por Pepe Campúa

El pasado jueves falleció una de las grandes leyendas del cine, la televisión y el teatro español: Amparo Rivelles. A lo largo de su vida participó en decenas de obras de teatro y películas, desde finales de los años 30 cuando tenía apenas 15 años. A mediados de los años 50 se trasladó a América Latina, primero para trabajar en la televisión cubana y después para establecer su residencia durante veinte años en México, donde sobre todo destacó como actriz de telenovelas. Su regreso a España se produjo en 1979 con la obra «Salvar a los delfines», de Santiago Moncada, siendo ya considerada una de las actrices más prestigiosas del panorama español. Recibió en 1986 el primer Goya a la Mejor interpretación femenina protagonista por la película «Hay que deshacer la casa».

En los años 40, cuando se la conocía como Amparito Rivelles, no faltó a la cita que en aquella época era imprescindible para las artistas en Madrid: el estudio de José Demaría Vázquez «Campúa» que entonces se encontraba en el número 32 la Avenida de José Antonio (Gran Vía). El fotógrafo la retrató en diversas ocasiones y con distintos peinados y estilos, según la moda de la época. En la galería de imágenes a continuación pueden verse algunos de esos retratos de la entonces joven diva, retratada en toda su belleza por Pepe Campúa.

Campúa visto por el dibujante Manuel Bayo

Firma de Manuel Bayo MarínEl dibujante aragonés Manuel Bayo Marín fue también uno de los caricaturistas de la época que retrató a José Demaría Vázquez «Campúa». Posiblemente fue realizada entre 1933, fecha en la que el artista llegó a Madrid, y 1936 con el estallido de la guerra civil. Fue en esos años cuando Bayo realizó un trabajo más intenso como caricaturista de los círculos artísticos madrileños, retratando a las estrellas del momento con dibujos que se publicarían en revistas como Crónica, Cinegramas y Mundo gráfico. Previamente, antes de salir de Aragón, había trabajado en en el Heraldo como viñetista y después de la guerra su trabajo se orientaría hacia el dibujo publicitario trabajando, además, como diseñador comercial en Industrias del Cartonaje y realizando colaboraciones puntuales con diarios y revistas aragonesas.

Desconocemos, por el momento, los detalles de dónde y cuando fue realizado este retrato de Campúa, ya que no está fechado y tampoco hemos encontrado ninguna publicación del mismo ni referencia a esta obra en hemeroteca. Esto hace pensar que quizá fue un encargo privado o un regalo dada la vinculación de la familia Campúa con Mundo Gráfico una de las publicaciones con las que colaboraba asiduamente Bayo.

José Demaría Vázquez “Campúa” retratado en los años 30 por el dibujante Manuel Bayo Marín

José Demaría Vázquez “Campúa” retratado en los años 30 por el dibujante Manuel Bayo Marín

El uso de la geometría, las tramas de tinta y el contraste de luces y sombras caracterizaron sus obras, que fueron objeto de una exposición retrospectiva en Zaragoza en 2004 y del libro «Bayo Marín, entre luces y sombras», publicado en 2010 por el pintor aragonés Eduardo Laborda.

El estudio de Campúa en la Gran Vía de Madrid

Sobres originales del primer estudio de Pepe Campúa, que el fotógrafo usaba para guardar el archivo de retratos

Sobres originales del primer estudio de Pepe Campúa, que el fotógrafo usaba para guardar el archivo de retratos

Al terminar la Guerra Civil española, José Demaría Vázquez «Campúa» regresó a Madrid y siguió trabajando como reportero con Víctor de la Serna, primero en Informaciones y luego en La Tarde.

Pero paralelamente a los reportajes de actualidad, fue desarrollando con fuerza la otra vertiente de su trabajo fotográfico: el retrato y la fotografía de estudio. Durante esos años hizo sesiones con personalidades y artistas de la época, al igual que cuando en los inicios de su carrera fotografiaba a personajes teatrales en los jardines de Sorolla. Muchas de esas fotografías de actores y actrices de cine se publicaron también en Cámara, pionera como revista cinematográfica en España.

Era evidente la necesidad de tener un estudio donde revelar los materiales y con un buen plató donde hacer los retratos tanto de personalidades de la escena madrileña como de particulares que acudían a hacerse retratos con motivo de su boda o a encargar una foto familiar. El lugar elegido por Pepe Campúa para ubicar su estudio fue la misma manzana de la Gran Vía donde había estado situado el cine Madrid-París que él mismo dirigió en los años 30, en el número 32, a diferencia de que en ese momento la calle principal de Madrid se llamaba Avenida de José Antonio.

Según el libro Gyenes, el fotógrafo del optimismo, de Fernando Olmeda, el estudio fue inaugurado el 10 de enero de 1941. Así lo contó Juan Gyenes -que en aquella época trabajaba con Campúa- en una entrevista a Miguel Ángel Gonzalo publicada en la revista Época, tal y como señala el libro de Olmeda:

«Siempre recordaba que aquel día la nieve llegaba hasta la rodilla»

Más adelante el diario ABC en su edición de la mañana del 17 de octubre de 1944 publicaría una breve nota sobre la inauguración del estudio, que probablemente respondía a la apertura de la temporada o a la inauguración de una exposición de sus fotos, ya que parece claro por el trabajo fotográfico que se conserva -tanto de Campúa como de Gyenes- que el estudio llevaba funcionando desde años antes. En esta inauguración que reseña ABC el fotógrafo ofreció una gran fiesta a la que acudieron las principales personalidades de la sociedad, la política y el mundo del arte, y de la que dio cuenta el diario:

En la sección de Informaciones de Madrid, el diario ABC dio cuenta de la apertura del estudio fotográfico de Campúa en el número 32 de la entonces llamada Avenida de José Antonio, la Gran Vía.

En la sección de Informaciones de Madrid, el diario ABC dio cuenta el 17 de octubre de 1944 de la apertura del estudio fotográfico de Campúa en el número 32 de la entonces llamada Avenida de José Antonio, la Gran Vía.

Del archivo de Campúa rescatamos algunas imágenes de cómo era el estudio en aquella época, con una tarima de columnas que servía de escenario para las sesiones, al igual que el sofá que le acompañaría después a su siguiente estudio, que estaría situado en la calle Bárbara de Braganza. Una chimenea simulada completaba la decoración para, con distintos juegos de luces conseguir los efectos típicos del retrato de aquel tiempo, con sombras dramáticas y poses a menudo teatralizadas. (Las imágenes pueden ampliarse para verlas en modo galería haciendo click en cualquiera de ellas)

Fue en aquella época también cuando el fotógrafo de origen húngaro Juan Gyenes se inició como ayudante en el estudio de Campúa, tal y como puede verse en la siguiente imagen. De hecho, otro de los datos que corroboran esta versión es el hecho de que el gran fotógrafo conocería en el estudio de Campúa a la que luego fue su mujer, Sofía Vázquez, que trabajaba allí como secretaria y con la que se casó en 1943.

Juan Gyenes en los años 40 en el estudio de Campúa

Juan Gyenes en los años 40 en el estudio de Campúa

Por el estudio de Pepe Campúa en la Avenida de José Antonio nº 32 pasarían en los años siguientes incontables personalidades relevantes, pero también mucha gente anónima a las que el fotógrafo retrataba con la misma maestría y singularidad, convirtiéndolas en «artistas de cine» fuera cual fuera su apellido. En esta sede estaría el estudio hasta enero de 1949, cuando José Demaría Vázquez «Campúa» se traslada a la que ya sería su sede definitiva en la calle Bárbara de Braganza nº 2.