La cámara de José Demaría Vázquez «Campúa» fue testigo de excepción de la infancia de Juan Carlos de Borbón, desde su nacimiento y bautismo hasta su periodo de formación y el camino hasta convertirse en Juan Carlos I.

Positivado de época de Don Juan Carlos de Borbón, recién nacido,
fotografiado por Pepe Campúa en Roma en 1938
El primer retrato que le hizo fue poco después de nacer, en Roma, pero los reportajes de mayor calado en la opinión pública fueron los que realizó Campúa durante el periodo de formación de Don Juan Carlos, primero en Las Jarillas y luego en San Sebastián.
A Las Jarillas, un reducido colegio de élite con tan solo ocho alumnos en las afueras de Madrid, llegó Juan Carlos en 1948. Era la primera vez que pisaba territorio español, puesto que en aquel momento la familia real se encontraba exiliada en Estoril (Portugal). Allí le hizo Pepe Campúa un reportaje que retrataba el ambiente de la escuela, la habitación del príncipe, sus compañeros y sus maestros.

El príncipe Juan Carlos estudiando en Las Jarillas, retratado por Pepe Campúa. Positivado de época con firma original del autor.
Don Juan Carlos permaneció en la pequeña escuela de la sierra de Madrid durante todo ese año académico. Pero tras el verano de 1949 el deterioro de las relaciones entre Franco y don Juan llevarían a este último a decidir que su hijo no volviera por el momento a España. Sería ya en otoño de 1950 cuando Juan Carlos regresara a formarse en el sistema educativo español, en esta ocasión acompañado de su hermano el infante Alfonso para quien ésta sería su primera visita a España.
Pepe Campúa recibió a al infante y al príncipe en la estación de tren de San Sebastián, junto con una muchedumbre que también aguardaba la llegada de los dos hijos de Don Juan de Borbón. La cámara de Campúa captó los rostros de alegría y sorpresa de los dos niños, ante tal recibimiento. Más tarde, también su objetivo reflejaría el ambiente estudiantil del colegio en el que estudiaron en San Sebastián.
A continuación compartimos esta galería de imágenes, procedentes de positivados de época, de dicha llegada.